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Caroline no sabía cuánto había demorado su madre, pero en ese tiempo ella quedó profundamente dormida, tal vez era por el aburrimiento o por los medicamentos qué le había recetado el doctor, pero al despertar vio a su madre secando el baño, al parecer se había olvidado de cerrar la canilla y había llegado a rebalzar.

-Lo siento.- Comentó con su voz adormilada.

-No hay problema, bebé.- Liz dijo amorosamente, mientras se sentaba en su cama al lado de su hija.

A pesar de qué el doctor le había prohibido hacer muchos movimientos, por un lado se alegraba de qué aún tuviera su espíritu luchador, en los años qué había estado en la policía había visto algunos accidentes parecidos a los de Caroline, pero con un resultado diferente por eso estaba más qué contenta al ver qué a pesar de todo aún conservaba su carácter especial.

Ambas estuvieron hablando un poco hasta qué Elena y Bonnie llegaron, la mayor las dejó a solas sabiendo qué la compañía de las chicas le haría muy bien, la castaña tomó el lugar al lado de la rubia mientras qué Bonnie se sentaba a los pies de la cama.

-Nos diste un buen susto.- La castaña dijo y se apoyaba en el respaldo de la cama de la rubia.

-Sinceramente no es algo qué me hubiera gustado hacer.- La rubia quería estirarse pero ni bien lo hizo tuvo un pequeño dolor en todo su cuerpo.

-Lo importante es qué estás bien y muy pronto vas a seguir haciendo tú vida cómo siempre.- La morena acaricio la pierna de su amiga como un pequeño mimo para la rubia.

Las tres estuvieron hablando un poco más mientras qué la noche se iba acercando, aquella visita le había hecho bien y luego de un par de horas, ellas decidieron dejarla descansar.

Al ser la hora de la cena Liz y su hija comieron juntas, en el cuarto de la menor, ambas vieron una película hasta qué Caroline tomó las pastillas qué le tocaban y luego de un tiempo se volvió a quedar dormida.

-Buenas noches, mi vida.- Susurró Liz besando la frente y llevando las cosas para luego irse a dormir.

Habían pasado unas cuantas horas desde qué Liz había quedado dormida, cuando se despertó debido a un fuerte grito, proveniente del cuarto de su hija.

Se levantó lo más rápido qué pudo y fue corriendo a ver lo qué le pasaba, ni bien encendió la luz vio a su hija moviéndose de un lado al otro y gritando.

Le costó despertar a la menor, pero cuándo lo hizo estaba completamente agitada, su rostro estaba bañada en lágrimas y había logrado destaparse, la menor la tranquilizo con qué fue sólo una pesadilla pero la cara le decía otra cosa.

Esa noche Liz se quedó dormida al lado de su hija, aunque la mayor fue la única qué pudo hacerlo ya qué Caroline sólo estaba observando por la ventana cómo si la luna pudiera darle alguna respuesta de lo qué había soñado.

A/N: ¿Qué les parece? Esperó qué les guste y me dejen su opinión. Se qué es corto pero ya tengo algo pensado para el jueves.

Our LoveWhere stories live. Discover now