🌺Once🌺

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A la noche siguiente, Laito espero a que todos estuvieran haciendo las tareas que los docentes ordenaban.

Como sus hermanos que tenían que buscar árboles de diferentes nombres que le mandaron a buscar, y debían de traer un hoja para luego examinarla con los docentes de Físico Química.

Claro que Laito también tenía que hacer la tarea, él no era la excepción, pero de todas formas no hacía caso, y lo hacía a última hora, y de pasó porque sus profesoras lo cubrían con el director.

Así que una noche más, Laito se escapó, camino unos largos metros por dentro del bosque, y luego se trasportó al lago.

En donde encontró a Irupé sentada en el césped, mirando el cielo oscuro en donde su mirada se perdía entre las estrellas, y empezó a cantar con una melodiosa voz.

Cosa que el castaño, se posó en el tronco de un cerezo que estaba a unos centímetros del lago, sus hojas rosas se movían de un lado a otro, al compás del viento, algunas caían levemente al césped y otras al lago, reflejándose en las aguas azules.

Laito la observó con atención, con una sonrisa en los labios, disfrutando de su voz cantarina, melodiosa y aterciopelada.

Pero por la letra de la canción, Irupé le estaba cantando a su madre, mientras observaba la luna, se notaba a leguas que extrañaba a su madre con todo su corazón.

Madre, vine a cantarte.
Versos que han salido del alma mía.
Desearía que estuvieras siempre a mi lado.
Lástima que el tiempo se devora a sus propios hijos.

Madre, eres tú la que aconseja
La que soporta mis rabietas y condolencias
La que piensa en mi bienestar y mi felicidad.
Tu eres mi mejor amiga, mi confidente, y mi subconsciente.

Oh madre, te quiero tanto que sin no viviría.
Te agradezco tus regaños, tus enseñanzas y tu vida dedicada a mí.
Gracias por consolarme cuando la triste me invadía.

Eres tú mi ángel guardián,
Eres tú mi amiga,
Eres tú mi madre, la mejor de todas.

Sin ti, mi vida es un abismo oscuro
Sin ti, mi alma es un jardín marchito.
Pero contigo en mi corazón la vida es más dulce.

Irupé se quedó callada, dándole fin a la canción, para largar un suspiro pesado y largo, cerrando los ojos pensativa.

— ¿La extrañas mucho Bitch~chan? — preguntó el castaño.

Irupé abrió los ojos sorprendida, para voltear y mirar al castaño y sonreírle.

— ¡Laito pensé que no ibas a venir! — comentó ella —. ¿Qué haces ahí? ¡Ven siéntate!

Laito sonrió, y se sentó al lado de ella, observándola.

— Te escuchaba cantar, cantas muy lindo bitch~chan. — La alago con una sonrisa traviesa.

— Gracias... Le cantaba a mi madre. — Comentó ella, con una sonrisa de tristeza.

— Tú dijiste bitch~chan que vives con tu padre, pero ¿Qué le pasó a tu madre? — preguntó con curiosidad.

— Es difícil de explicar... No es muy linda la historia... — Respondió Irupé, bajando la mirada.

— Creo que lo podré comprender bitch~chan. — Contestó el castaño, con la misma frase que ella alguna vez le había contestado.

Ella sonrió a recordarlo.

— Mi madre también fue asesinada... — Habló haciendo una pausa, para tomar una bocanada de aire y continuar —. Pero por mi padre. — Agregó, haciendo silencio —. Todo fue cuando tenía nueve años, y mi madre a pesar de estar muy enamorada de mi padre, y a ver dejado la herencia y a su familia, lo terminó engañando con un compañero de trabajo de William, mi padre. Ella lo engaño por el simple hecho de que su amante le daba más cariño y afecto que mi padre que es un hombre frío, desde que trabaja por supuesto, porque según mi madre cuando el era joven era todo un amor, una gran persona, pero ahora está peor, desde que vino de su trabajo encontrado en su propia cama a mi madre con su amante, y les disparo a cada uno asesinándolos, ya ni siquiera pisa esa habitación al contrario se duerme en el sillón por su borrachera de todas las noches, lo hace para no pensar. — Agregó, con los ojos cristalizados —. Y a mi desde los nueve me tiene encerrada, no me manda a la escuela, no me deja salir para que yo no lo abandoné según lo que dijo el una vez que estaba lúcido, pero de todas formas me gane varios golpes por preguntar y desafiarlo.

Laito la miraba atentamente, escuchando su historia, y empezó a recordar lo que hizo anoche en la madrugada, cuando vio al padre de Irupé dormido en el sillón.

Pero centrándose más en la historia, entendía a la muchacha, le daba lástima la vida que tuvo Irupé, la comprendía.

Pero si lo que no llegaba a entender, era como es que ella aguantaba tanto estar encerrada, o que la mantengan en encierro, el pensaba que debería ser ingenuidad o miedo.

— Bitch~chan ¿Por qué no te vas de aquí? — preguntó confundido.

— Porque no quiero dejarlo solo, o que piense que soy igual a mi madre, ya se que él tal vez jamás me demuestre cariño paternal o tomé el rol de padre, pero no lo traicionare como mi madre, además si quisiera irme no tendría a donde, no conozco él mundo. — Respondió Irupé, mirando al vampiro.

Laito la entendió, y la abrazo por los hombros observándo su rostro.

— Tranquila bitch~chan, yo te daré todo lo que necesitas. — Exclamó Laito, pasando su dedo índice por su mejilla, bajando hasta su mentón, levantando la mirada de la rubia.

Irupé sonrió observándolo, acariciando el rostro del castaño, acercaron sus rostros para besarse.

— ¡IRUPÉ!

Ella abrió los ojos como platos de asombró, temblando de miedo. En cambio, él de sombrero estaba asombrado y confundido.

— ¡Oh no! Es mi padre, debo de irme antes que se entere que salí. — Habló ella con desesperación.

— ¡IRUPÉ! ¿¡DÓNDE ESTAS?! — gritó William desde la cabaña, saliendo.

— Tranquila bitch~chan ~nfu~ — agarra a Irupé d ella cintura y se trasporta hasta su habitación, dejándola arriba de la cama —. Has te la dormida bitch~chan te veo mañana — exclamó para desaparecer del campo de visión de la muchacha, dejándola confundida.

«¿¡Qué fue eso?! ¿Cómo hizo...eso?» se preguntó ella mentalmente.

Empezó a escuchar pasos desde el pasillo, entonces ella prefirió hacerle caso a Laito, y hacerse la dormida.

Su padre encontró y la encontró acostada, suspiró con alivio para cerrar la puerta con llave e irse.

Ella se sentó en la cama mirando la puerta, confundida, ahora era ella que deseaba con desesperación que llegará la otra noche pero para encontrarse con el, quería saber la verdad, sombre Laito.

Porque el castaño no era lo que mostraba ser, si no algo muy diferente, tenía un secreto que Irupé deseaba saber, y lo haría aunque eso le costará la vida.

Flor Cautiva ||Laito Sakamaki - Diabolik Lovers|| Libro №1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora