🌺Veintiuno🌺

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El viento soplaba con fuerza, en el monte, el otoño se acercaba y las hojas se iban secando y cayendo lentamente al suelo.

Irupé se puso el vestido que Laito le había regalado, pero acompañado con un saco largo de color rojo que le pertenecía a su madre, Mariana y luego era todo normalmente, su cabello suelto y desordenado con sus ondas doradas, y su rostro sin ningún rastro de maquillaje.

Ella se sentó en el los tréboles, jugando con el agua con su mano derecha, mientras que con la otra sostenía su rostro.

— ¿Por qué Laito-kun tardará tanto? — se preguntó, mirando la luna.

— ¡Mneko~chan! ¿qué haces tirada como una flor? — habló Kou, apareciendo de repente en el lugar.

«¡Ay dios por Afrodita y todos los dioses de las diferentes religiones! ¡Santa madre! ¿¡Acaso no se dan cuenta qué apareciendo así de repente como fantasma pueden matar a una persona de un infarto?!» Pensó Irupé, sobresaltándose.

— ¿Qué haces aquí Kou-kun? — preguntó Irupé sorprendida.

— Hoy decidí venir más temprano, ya que ayer no pude venir a visitarte. — Exclamó Kou, haciendo un puchero —. Además pronto me iré, y no podré verte más.

— ¿Irte? ¿A qué te refieres con eso Kou-kun? — preguntó Irupé, confundida.

— ¿Acaso Laito-kun no te dijo que faltan tres días para que el campamento finalice?  — preguntó como respuesta, el idol.

«¿¡Irse?! ¡No!» Pensó Irupé, mientras llevaba sus manos a su pecho, sintiendo un dolor sentimental en el pecho.

— No, Laito-kun no me lo digo, tal vez me lo iba a decir hoy. Ya que no vino. — Exclamó Irupé, con la mirada triste, parándose del pasto.

— Seguramente Mneko~chan. — Exclamó Kou, observándola de pies a cabeza —. Que lindo vestido ¿De dónde lo sacaste?

— Eh.... Me lo regaló Laito-kun... — Respondió la chica, juntando sus labios en una fina línea.

Kou borro su sonrisa a una expresión de amargura y enojo, no le agrada a para nada que Laito le regalé cosas a Irupé, que era la primera chica que robó su corazón en tan poco tiempo.

— Parece que Laito~kun tiene buen gusto para los vestidos. — Exclamó Kou.

— Si, le perteneció a la madre de Laito~kun... — Aclaró la joven.

— Ya veo. Pero parece que no fue lo único que te dio, si no también algo rojo que tienes el cuello. ¿Es un collar? — preguntó Kou, entrecerrando los ojos, forzando la vista para ver a través del cuello del saco rojo.

Ella se sonrojo al escuchar la respuesta y recordar los besos lujuriosos del castaño, trato de buscar una excusa pero ya era demasiado tarde.

— ¿¡Eso son..?! — pronunció Kou, frunciendo el ceño enojado y asombrado —. ¿¡Te acostaste con él?!

— ¿¡Eh?! — pronunció Irupé, asombrada por la pregunta del Mukami —. ¡Qué locuras dices! Laito solo me beso en el cuello...no pasó nada, además me ofendes con esa pregunta tan descortés de tu parte y no debo darte explicaciones ni a ti ni a nadie, solo eres un desconocido. — Espectó Irupé, enojada y ofendida.

— ¡Claro que debes de darme explicaciones Mneko~chan y se nota que eres una verdadera gatita masoquista! Sí el lo hizo ¿Por qué yo no? Él no te ama, él no quiere a nadie solo busca divertirse. En cambio yo no, ¿Acaso no te gusto? ¿Crees que tú eres superior a mi? Solamente porque fui amable. Eres una mujer muy superficial. Debería castigarte por a ver traicionado mi corazón. — Exclamó Kou con seriedad.

«¿Esté hombre es bipolar o qué?» pensó Irupé, sorprendida.

El rubio se acercó a paso rápido hacia la rubia que retrocedía, Kou se lanzó como fiera arriba de la chica que cayó al césped, con un fuerte dolor de espalda.

Irupé gimió de dolor al sentir el duro piso en su espalda, y sus manos que se aferraban al pasto mojado por el rocío de la noche, humedeciendo sus manos.

— ¿¡Qué haces?! ¡Sal de arriba mío el este instante si no quieres que me defienda imprudente! — alzó la voz, enojada.

— ¡Crees que puedes ordenarme Mneko~chan te dejaste morder por él y ahora no quieres hacerlo conmigo! — Habló Kou, enojado mientras su ojo derecho se volvió rojo, asombrado a la rubia.

«¿S-su ojo..? ¡Dios!» Pensó Irupé, buscando algo en el suelo para golpear a Kou, pero no había nada más que pasto y flores.

— ¡¡¡Suéltame Kou-kun por favor!!! — pidió Irupé, forcejeando pero las fuerzas del rubio eran superiores a las de ella.

Él la sujetó de las muñecas para que dejara de forcejear y morderla en las manos.

— ¡¡No!! Solo Laito~kun me puede morder. ¡Solo Laito! ¡Laito! ¡Por favor!— Pidió Irupé, casi gritando con desesperación.

Ella cerró los ojos esperando las mordidas, pero de pronto el peso que sentía la rubia en su cuerpo, ha la desaparecido y Kou la soltó.

Ella abrió los ojos asombrada al no sentir el peso del muchacho, y vio a Kou tirado en el suelo retorciéndose.

— ¿Ah? ¿Kou-kun...? — preguntó Irupé, horrorizada.

— Sabía que tú necesitabas más hombres, Bitch~chan pero nunca pensé que me traicionarías con algo tan bajo.

Flor Cautiva ||Laito Sakamaki - Diabolik Lovers|| Libro №1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora