Reencuentro.

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Todo quedó en silencio. Un silencio mortal donde hasta el más mínimo movimiento podría escucharse. Era como el eco que se escuchó en el campo de batalla luego de la muerte de Solaria o cuando Star bajo al campo de guerra tomando el lugar de reina ante los ojos de todos. De la alta comisión de magia. Todos los reinos invitados se miraron entre si con gran desconcierto. El baile entre los herederos (representantes) del trono Butterfly y Lucitor había terminado con los dos chicos mirándose a los ojos como si estos pudieran contener todos los secretos del universo. Mateo sostenía ha Snow como si algo dentro suyo hubiera Sido encendido. Una extraña sensación que en él despertó, cada sensación nueva recorriendo desde su espalda hasta la punta de los dedos de sus pies. Era un sentimiento tan frenético y joven, algo que nunca había experimentado con tanta intensidad. Una emoción que evitaba que soltará al de ojos azules. Lo sostendría hasta que el mundo se derrumbara, no necesitaba ha Comet cuando él chico entre sus brazos podía hacerlo sentir tan completo con solo mirarle.

Quería sentarse a su lado, esperando que sus sentimientos lo sostuvieran, arrastrando sus miedos. Entonces una mano lo salvaría, le miraría con tanto amor y sus temores implacables serían sometidos ante lo magnífico que era su poder, su magia. Su amor. Porque esperaría por él si es que no se encontraban en la misma página, porque Comet siempre le había gustado y nunca miró los sentimientos de Snow. No como ahora que le sostenían como su padre lo hizo alguna vez con su papá. Tuvieron que alejarse cuando se dieron cuenta de cómo ya no quedaba gente a su alrededor.

—¿Y dónde esta?—Marco interrogó mirando a todos los que consideraba cómplices ante la peor atrocidad hacia él, hacia su descendencia y su reino.

—Calma, cariño—Tom susurró tomando al castaño en un abrazo reconfortante—Mateo, él está bien. Solo no lo reconoces por los años.

—Nadie vive trescientos años Tom—sollozo aferrándose al hombre de cabello salmón—¿Vivió bien?—pregunto con el estómago adolorido.

—Es él—comento suave y de manera difícil gracias a la posición en que estaban sentados—Mateo, nuestro hijo está bailando. Es un demonio Marco, ya no estás siendo racional.

—respiró profundo intentando poner un poco más de razón en sus palabras—Cierto, eres su padre y de seguro buscaste la manera de que siguiera aquí.

El salón se apagó rápidamente. Star se agitó enojada disculpándose con todos para que se retirarán más temprano de lo que normalmente ocurría. Comet se encogió en su silla, ante la potente ira que brillaba en los ojos de sus madre. Esos ojos azules como el cielo, ahora estaban llenos de un enojo asesino, maltratador. Como si nunca pudiera cansarse de torturar al objeto de su odio.

—¿Cómo te atreves?—reclamó cuando el último invitado fue alejado del castillo.

Qué engañosa apariencia, con perfectos modales y sonrisa hermosa logro calmar a todos. Pero cuando los carruajes se alejaron al horizonte, con el cabalgar de caballos o guerricornos jalando las pesadas y muy valiosas carretas, pudo mostrar que era atroz. Fuerte, decidida. Era Star la impávida. No renunciará al apodo, ni por su hijo.

—¿En qué estabas pensando?—grito enojada señalando a su hijo con furia—¡Eres él heredero de esta familia, no puedes actuar como un niño idiota!

—¡Qué estabas pensando tú!—Comet enloqueció.

Roto, usado, entre mentiras. Toda su luz se escapaba sin que pudiera evitarlo, una y otra vez en un ciclo interminable, infinito. Todo se estaba repitiendo, no iba ha dejarse aplastar tan frágil como las hermosas mariposas.

—¡Borraste del registro a su esposo!—miró aterrorizado sus manos—¡Me he enamorado de alguien casado, que nunca podría corresponder mis sentimientos!

—Comet—la suave voz de su hermano mayor le hizo mirarlo—por favor. Hablemos de esto en privado.

—¡No!—las lágrimas bajaron por sus mejillas haciéndolas brillar—¡Estoy cansado de huir, de esconderme, de sonreír cuando no hay nada bueno en este trono! ¡Siempre subestimado, siempre él que no puede lograrlo. Me he enamorado de alguien, perdí. Ahora resulta que nada está en los registros!—sus labios temblaron. Enredo sus dedos por el cabello rubio dando pequeños tirones.

Cualquiera pensaría que sufría un ataque de pánico. Pero parecía más estar mirando todo bajo un nuevo sentido.

—¡No somos nada! ¡No deberíamos estar en el trono!

Star retrocedió mirándole aturdida. No estaba entendiendo a su amado hijo, de hecho lo miraba como si hubiera perdido la cabeza. Eran Butterfly, claramente la corona era suya.

—Aun eres un príncipe, cariño—llamo dulcemente intentando tocarlo.

—¡No lo somos!—respiró profundo señalando con dolor su pecho—Eclipsa no debería haber gobernado, yo no debería gobernar. Madre, aceptalo no soy nada, no eres nada. Nunca seremos algo, somos mentirosos, traicioneros y despreciables. Hemos traicionado a nuestra propia familia.

—Comet—Marco le llamo suave, intentando calmar al niño que parecía listo para armar una guerra mágica contra Cualquiera—respira profundo. Somos familia, sin portar que. Aún con todo lo malo y bueno, la familia está siempre junta.

—¡Por todo eso es que terminaste siendo cristalizado, los has perdonado porque los amas pero ellos a ti no!—grito usando su magia para escapar.

Marco se quedó mudo por lo dicho. Tenía razón, había Sido duro contra sus enemigos. Había eliminado a todos aquellos que se opusieron, mató hasta lo imposible para salvar y poner el ejemplo. Pero su familia siempre fue su punto débil. Nunca espero recibir una puñalada por la espalda (sin contar a su hermosa madre que era capaz de matarlo si estaba enmedio de lo que ella planeaba) de parte de la gente que amaba más que a nada en el mundo.

—Él tiene razón—hizo una mueca extraña intentando no mirar a nadie—fui duro con todos los que alzaron contra mí. Eliminé a todos aquellos que se atrevieron a hablar sobre el gobierno y el poder de nuestra familia. Pero nunca fui lo suficiente duro con mi familia.

Tom negó con la cabeza acariciando su hombro. Mateo miro todo curioso, se alejó de todo el desastre observando con atención esa cara, ese peculiar lunar en la mejilla. Esa cara triste, la había visto en otro lado. Su voz sonaba tan familiar, cuando se dió cuenta ya estaba tomando al hombre de la mano.

—¿Papá?—su voz salió rasposa y rota—¡Papá!—se lanzó encima del chico con tan poca elegancia cayendo los dos al suelo—oh dios, eres tú.

Sé que Lapis no tiene nada que ver aquí, pero me encanta la canción. :v no se asusten, Comet se quedará con Marek. Mi arte es un fracaso, porque no soy bueno con las manos y los pies. He estado practicando para lograrlo. Así que no se enojen por eso :"v shoro. Mateo ya logro mirar hacia Snow. ¿Pero podrá superar sus antiguos sentimiemtos por él chico rubio? ¿A caso Comet le dará la varita ha Marco? ¿Marco llorara al darse cuenta que su hijo es un apuesto hombre ya? Esto y más en el siguiente capítulo de la corona del rey. Sintonizarnos en el mismo canal a la misma hora la siguiente semana. ¿Acaso leíste esto con voz de patrocinador?

La corona del Rey.Where stories live. Discover now