¿Tom?

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Se supone que  iba ha subir bien chido el capítulo. Pero la neta se fue muy raro :v disfruten. Ando encabronado por cosas de la escuela pero no puedo dejarlos sin el cap.

Suspiro enojado, cerró los ojos mientras se apoyaba en la maldita silla incómoda. Sentía la espalda rígida y el trasero adormecido. Estaba a punto de cerrar los ojos para poder dormir un rato. Nadie notaría que estaba cómodamente dormido alrededor de todo ese bullicio a su alrededor.

—¿Y qué tal la fiesta?—Comet apareció de la nada asustando le un poco.

—¿No tú deberías estar sentado ahí?—señalo a los chicos que estaban sentados a mitad del salón con esos tontos trajes elegantes.

—No soy él mayor—acepto tomando lugar a lado de él—mi hermano es quien representa al reino en este tipo de cosas—sonrió feliz tomando a Marco del brazo.

Marco hizo una mueca mirando al chico de cabello blanco con sombras azules, ojos azules que caminaba con un hermoso traje de color blanco y azul. Casi afelpado, podía ver que la única marca que tenía era en su ojo derecho.

—¿Cómo que no eres hijo único?—cuestiono interesado en él chico de ojos azules—Y en especial, ¿Por qué tienes la varita tú?

—La alta comisión de magia dice que no es su derecho—él rubio hizo un pequeño puchero que pasó desapercibido para él moreno-pero toma el lugar en las fiestas, porque su rival aparece. Yo digo que se gustan.

—¿De qué hablas?—saco su mano con cuidado de no verse grosero—¿Por qué no tu hermano tiene la varita?—cuestiono serio mirando como de a poco se llenaba el lugar.

Con reyes que no conocía, príncipes que apenas estaban empezando a entender cuál era su debe real. Princesas que parecían ser caprichosas por su manera de exigir y sonreír. Reinas que no parecían más que un simple adorno como una vez dijo su madre. Entonces no entendía porque él, ¿No su madre había estado en total desacuerdo en darle el trono? ¿Qué lo hacía diferente a Comet?

—Es que su marca está en su ojo—señalo uno de los propios con calma—las marcas en las mejillas son muestra de nuestro poder. Por eso la comisión de magia decidió que era mejor darme la varita a mí.

Marco torció los labios con disgusto. Se ajustó el saco de ese horrible traje que traía encima, se apartó un poco de los brazos del chico. Y se quedó callado esperando a que el baile diera inicio. Pudo escuchar los cuchicheos de los otros gobernantes. Algo sobre que el reino fue tomado por ratas, eso sonaba tonto. Los Butterfly nunca habían dejado que el reino fuera invadido por ratas.

—¿A quien esperamos?—le pregunto mirando a Comet que parecía desesperado.

—A los Lucitor, van tarde y madre parece a punto de explotar—su risa del muchacho le hizo sonreír un poco.

Él castaño observo a la mujer de pulcro vestido en tonos morados que tomaba la campana con fuerza suficiente, y en su rostro se deslizaba una sonrisa aparentemente feliz.

—Como cada año, celebramos este hermoso baile en honor y muestra de nuestras alianzas—recito Star como si toda la vida hubiera estado leyendo un papel con esas palabras.

—Recuerden que las reglas del baile son las mismas del año pasado—uno de los sirvientes de la familia hablo luego de la mujer—cada uno de los representantes y herederos al trono—lo último lo dijo como si estuviera dudando de sus palabras—deben bailar.

Marco se centró en algún hechizo que le permitiera saber de qué hablaba el mayor de los Butterfly con el que parecía ser un heredero de los Pony Head. Parecía serio, demasiado resignado.

—¿Recuerdas que aquí se conocieron?—la burla venía impresa en esas palabras.

—Pony, no—él de cabello blanco negó sentándose aún más derecho y resignado—nada de ese tipo de comentarios.

—Estas enojado porque le gusta tu...—no le dejo terminar de hablar al momento que cerró su boca con la mano.

—Nada de dramas—sentenció señalando con enojo hacia sus padres—prometí que me centraría en crear una reputación suficientemente buena para casarme con alguna princesa-murmuro enojado.

Star le callo haciendo que librará a su amigo. No estaba de acuerdo con todo el circo armado. Pero podía vivir sin ser demasiado obvio cuanto a sus sentimientos hacia él hijo único de los Lucitor.

—En este baile se conocieron, recuerdo que eran la mejor pareja, Snow.

Él chico de cabello blanco negó cerrando los ojos para no discutir más. Eso fue hasta el que ruido estruendoso de la puerta siendo quemada delató la llegada del príncipe faltante.

—Mira quien llego—comento burlón—tan dramático como siempre.

—Usar gafas de sol de noche—rodó los ojos desesperado—tan típico de Mateo.

Marco se rió ante lo poco práctico que estaba siendo su supuesto sobrino. Sonrió cuando miro al chico de cabello rojizo caminar con calma, el fuego detrás de sus pasos le recordaba tanto a Tom. Estaba perdiendo las esperanzas de ver al hombre, hasta que esté entro imponente, con un simple traje negro, cambio su tamaño para no hacer un completo desastre en el lugar.
Y sus ojos se llenaron de lágrimas que amenazaban por bajar por sus mejillas.

—Démosle la bienvenida al rey Thomas Lucitor y su Mateo Lucitor—él sirviente llamado Manfred sonrió un poco durante la presentación.

Miro a los dos hombre con anhelo, Tom miro con cuidado hacia donde se encontraban todos los reyes y sonrió triunfante como si estuviera esperando que sus exigencias fueran escuchadas sin quejas o negaciones.

—¿No te parece guapo?—susurro perdido mirando al hombre de cabello salmón caminar con elegancia hacia donde se encontraba sentado.

Él pequeño rubio miró al rey Thomas y negó haciendo pequeñas muecas de disgusto.

—Esta casado, aunque realmente nunca aparece su esposa en público—comento como no queriendo la cosa—no creo que sea buena intentar algo con él.

Marco se rió al ver la cara de Comet desfigurarse en una mueca de horror cuando Tom se sentó a lado de Marco. ¿Cómo era posible que se atreviera? Era una total ofensa para él castaño y la esposa que tenía Tom.

—Hola, Tom—la voz del chico del lunar salió suave y demasiado dulce.

—Marco, un gusto—tomo su mano dándole un beso en el torso de esta—volverte a ver.

Comet miró toda la interacción sorprendido. Había escuchado que él rey del Inframundo no era muy caballeroso o galán con algún ser vivo además de su esposa. Y de Marco no sabía nada, había escuchado que estaba casado pero no estaba seguro cuando todos los registros oficiales fueron eliminados aún encontrá de los deseos de la reina Eclipsa.

—¿Y qué tal si luego tomamos el té solos?—ofreció divertido él de cabello castaño.

—Con gusto mi...

—¿Yo puedo ir?—él de cabello rubio y truenos en las mejillas se deslizó a la plática con ímpetu.

La corona del Rey.Where stories live. Discover now