-50 monedas de platino por el pequeño pajarito - El Rey carligula lucía tranquilo y confiado mientras ofertaba por Eris.
-Bella - Traté de acercarme a ella, pues no sabía que hacer, pero.
-Retrocede a una esquina, no dejes que te vea.
-Pero...
-60 monedas de platino - Bella me ignoró y ofertó, así que fingí desconocerla.
-70 monedas de platino - Ofreció nuevamente carligula.
-80
-Ohhh - El Rey veía con interés a Bella - 90.
-100 - La rubia se mordía los labios mientras aumentaba la cantidad.
-100 también - Extrañamente, carligula ya no aumentó el precio.
-102.
-102 también - Sus acciones parecían ilógicas, si tenía más dinero ¿Por qué no ofertarlo todo?
Bella volteó a ver a carligula con un rostro preocupado y éste le sonrió.
Ambos quedaron en silencio y finalmente, el presentador interrumpió - Tenemos un empate ¿Saben lo que eso significa?
El producto volverá a la arena, donde peleará una vez más antes de ser subastada.-Pero...
-Son las reglas - Respondió el presentador ante el intento de protesta de Bella.
La rubia apretó los puños mientras Carligula se retiraba con una sonrisa, no sin antes brindar sus saludos al pasar a su lado - Fue un placer competir con usted, señorita, ya nos veremos luego.
La sala se vació y Bella se quedó en su lugar por unos minutos antes de comenzar a moverse también.
-¿Qué fue todo eso? - Me acerqué con prisa a preguntar.
-Una trampa - Respondió la rubia con desánimo - A ese tipo no le interesaba comprar a Eris, el sabía que ella no podría entrar a la ciudad sola, así que trataba de averiguar quién era su colaborador y yo caí completamente.
-No tenias opción - Respondí - Era descubrirte o dejar que ese imbecil la comprara.
Bella y yo suspiramos con desánimo.
-Hay que adelantar el plan.
-No podemos, las hermanas de Mavis aún no están listas y se agotaron con el escándalo que armaron para que pudiéramos ir a buscarte.
-Lo siento - Respondí desanimada.
-No te preocupes, no es tu culpa - Bella acarició mi cabeza tratando de sonreír - Debemos regresar, no podremos conseguir nada más hoy.
-¿Y si nos siguen?
-Estamos en un coliseo repleto de gente, es imposible hasta para un mago divino el ubicarnos, solo tenemos que movernos con sigilo.
Salimos al pasillo y tal como ella dijo, las personas deambulaban por doquier, llendo y viniendo a ver a los esclavos y guerreros en exhibición dentro de sus jaulas.
Algunos eran humillados y maltratados, otros sodomisados y violados, se trataba de un espectáculo de muy mal gusto.
Al final de las jaulas, se encontraba la de Eris, vestida ahora con un diminuto bikini y los barrotes de su jaula estaban recubiertos por una ventana de vidrio para que nadie se acercara o lanzara cosas dentro, pues ella era vista como un producto de alta calidad y si bien, debía ser mostrada al público luego de la pelea, no permitirían algo que la dañe antes de su siguiente presentación.
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Reina Salvaje (Volúmenes 15 - 17)
FantasyContinuación de los primeros libros de Reina Salvaje