Epílogo: El Deseo De Una Madre.

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La Reina Salvaje ganó la guerra con un poco de ayuda.

¿Qué si estaba molesta?

Definitivamente sí; mis camaradas fueron asesinados y perseguidos hasta el final del bosque, pero así es la guerra y además, también me encontraba feliz de que al final, Bella estuviera a salvo.

No fui la mejor madre del mundo, pero no quería perderla. Ella podría haberle dado la espalda a nuestros dioses, pero seguía siendo mi hija y además ¿Quién sabe? Quizás yo fui la culpable, quizás yo profecé mal nuestra fe y la forcé a alejarse.

Quizás estuve equivocada toda mi vida, pero se que al dejarla aquí, al fin estoy tomando la decisión correcta.

Un intenso dolor invadió mi estómago cuando observaba la escena de los soldados del Reino Libre, persiguiendo como bárbaros a los enemigos vencidos.

-Quizás me esforcé demasiado -me dije con tranquilidad mientras me daba la vuelta; después de todo, éste dolor me lo causé yo.

No podía usar todo mi poder; ni siquiera debería pelear ya, pero aún así, me decidí a enfrentar a mi hija; ver que se había vuelto tan fuerte me hizo sentir orgullosa y me sobre exigí un poco, pero quedé tranquila, pues ahora se que ante cualquier peligro, ella podrá sobreponerse.

Hija... mi querida hija Bella, mi bella hija Bella, al fin estarás a salvo de mi.

Suspiré con algo de risa y a la vez tristeza, pues lo mejor ahora sería alejarme, así que emprendí mi camino.

-Bella, se que no fui la mejor madre, per tal vez pueda redimirme con el regalo que me dejó tu padre poco antes de morir -mencioné acariciando con cariño mi vientre levemente hinchado y oculto entre mis túnicas.

Se que no lo hice tan mal, pues al final crié a una chica feliz y segura de si misma, pero esta vez me propuse a hacerlo mejor.

-Cuídate mucho Bella, y no espero que me perdones por todo el daño que te hice, pero espero que cuando nos volvamos a ver, me haya convertido en una madre de la que puedas estar tan orgullosa como yo de ti.

Con esas palabras, ya no volví a mirar atrás y mis pasos se volvieron constantes.

Con esas palabras, me despedí de mi dulce niña.


Reina Salvaje (Volúmenes 15 - 17)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora