Lucha Libre

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Autor.

El día 26 de este mes, que será en unos minutos, cumplo 24 años. Si quieren darle a su querido autor un regalo, algún dibujo sobre uno de mis personajes sería un lindo detalle.

Si gustan hacerlo, pueden enviarlo a mi página de Facebook, la cuál está en mi perfil wattpad y cuyo link dejaré también en los comentarios.

Saludos y disfruten.

Durante la mañana, el latifundio idiota no dejaba de preguntar por mi "sirvienta"; quería arrancarle la lengua y dársela de comer a Kiba, pero el pobre lobo seguro se enfermaría por comer algo tan sucio.

Tenía que soportar con una sonrisa por el bien de la misión; debía calmarme, pero al parecer, él tenía incomodidad con dejar a una demonio rosa vagar por allí.

¿Enserió también era racista?

¿La alianza de verdad lo necesitaba?

No en realidad, pero necesitaba que resguardara a su gente para que las copias de "El grande", no encontraran salida en ellos. Un descuido tan magistral nos costaría todo el plan.

Siendo así, decidí guardarme las cosas; ya le arrancaría la cabeza cuando pudiera prescindir de él... Aunque quizás estaba exagerando.

De cualquier forma, dejé que me mostrara el pueblo; incluso me regaló algunas prendas coloridas y adornos que allí se vendían. Trataba de quedar bien conmigo mientras no dejaba de hablar sobre el evento que tendría lugar en la noche.

Según parecía, sería una especie de torneo en el que los luchadores más machos de los machos se enfrascarían en fieras peleas de fuerza bruta y resistencia.

Los ataques de aura estaban prohibidos, así como usar cualquier poder más allá de lo físico para pelear.

Esto sería un buen entrenamiento para los guerreros de mi ejército, y sinceramente, aunque me parecía apenas menos bárbaro que las peleas de coliseo, estaba algo emocionada por todo el adornado que ponían en las calles para celebrar precisamente este evento.

La gente bailaba y cantaba vivaracha sobre el asunto. Los trabajos habían sido suspendidos por hoy y desde temprano, había gente embriagandose en los bares.

Durante la tarde, un ring de lucha del doble del tamaño reglamentado en la tierra, había sido armado en la plaza; muchos de los fornidos luchadores que participarían y sus seguidores, se encargaron de armarlo.

Podría jurar que no había tantos enmascarados cuando llegué al pueblo, pero según me dijeron después, se apresuraron a llegar desde los pueblos vecinos para tener la oportunidad de coronarse como "El rey de los luchadores".

Para el anochecer, un ring tan resistente como una muralla, fue levantado. La gente de todo el pueblo se había reunido alrededor para presenciar las peleas y los luchadores habían recibido números.

Este era un gran método para mantener la moral.

Dos números fueron sacados de una papeleta y el referí en el cuadrilátero hizo las debidas presentaciones.

—¡En esta esquina! ¡Midiendo dos metros con cinco centímetros! ¡Pesando doscientos veinte kilos de músculo sobre músculo!

¡El actual rey de este evento!

¡El grande! —el luchador en cuestión, saltó al ring con la agilidad de un mono y rigió hacia el público. Parecía más animado que cuando lo vimos en el bar.

En cuanto al oponente.

—¡En la otra esquina! ¡Midiendo un metro con setenta y seis centímetros! ¡Pesando ciento diez Kilos y habiéndose entrenado para esta ocasión!

Reina Salvaje (Volúmenes 15 - 17)Where stories live. Discover now