Reina Salvaje (Volúmenes 15 - 17)

Aceptación

Autor.

¿Recuerdan cuando publicaba dos veces a la semana?

Sólo preguntó.

:v

Que buenos tiempos.

Ya de regreso en mi habitación, y con la pared parchada entre tablas y telas, Alice limpiaba mi cuerpo mientras hablaba con Bella y con Nix. Terminé muy sucia con el alboroto de antes.

—Entonces... Estás embarazada —Nix parecía confundida—. ¿Cómo no te diste cuenta?

—¡Tú también dijiste que no olía a embarazada! —me quejé.

—Pero es tu cuerpo; tú presentas los síntomas. Además, si no te bañaras de una a dos veces al día, seguro podría haberme dado cuenta ¿Cómo esperas que note algo si no hueles a nada más que jabón?

—¿Ahora es malo querer estar limpia? —recriminé.

—Nadie que tenga la consciencia limpia se bañaría tan seguido —fue su respuesta final y yo... Sinceramente no tenía ganas de responder a eso, así que la dejé hablar—. Como sea ¿Qué hay de los síntomas?

—Estuve haciendo muchas cosas, así que no los noté por completo; lo más raro, supongo que fue el alcohol empezando a provocarme náuseas.

—Obviamente; tu parte instintiva de loba, te advierte y rechaza cualquier sustancia que pueda hacerle daño a tu cachorro.

—No digas cachorro, por favor —negué con la mano en el rostro. Me asustaría mucho tener a un infante transformado en lobo aguardando en mi vientre... Aunque eso no podía saberlo ahora.

Pensándolo bien, tal vez sí sea muy necesario regresar a la tierra; la tecnología moderna podría ayudarme a estar adecuadamente preparada.

—De acuerdo —Nix habló sería, pero tranquila—. Continúa.

—Luego no podía transformarme en Licantropa, cachorra o loba. Estaba atada a mi forma humana o Semi-humana.

—Obviamente. Imagina ir en un carruaje y que de la nada reduzca o aumente su tamaño. Tu cuerpo no correría el riesgo de dañar al bebé de forma tan idiota, así que suprimió tu transformación —explicó.

—¿Entonces no podré transformarme en un tiempo?

—No, al menos hasta que des a luz.

—Mierda —mis orejas se bajaron con desánimo y una cubetada de agua fría me cayó encima... Literalmente —. ¡Alice! —me quejé.

—Lo siento, tenía que enjuagar tu cabello —fue su explicación mientras me peinaba con los dedos—. Te llenaste de tierra.

—No fue mi culpa —me quejé mientras miraba a la rubia, quien también parecía algo apenada.

—Lamento haberte atacado.

—No te preocupes... Igual no habrías podido ganarme —obviamente no perdí la oportunidad de desquitarme un poco.

—¿Estás segura de eso?

—Tan segura como de que me ayudarás a cambiar pañales, cariño —podría parecer muy arrogante de mi parte, pero molestar a Bella era muy divertido.

—Espero que estés dispuesta a probarlo —sus ojos se iluminaron con una sonrisa retadora. Tampoco se tomaba mis palabras muy enserio; la situación ya había pasado.

Un golpe con la mano abierta en mi espalda baja, me hizo retorcerme de dolor.

—No peleen de nuevo me obligarán a intervenir.