Teatral

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La mañana llegó y el ejército enemigo nuevamente atacaba; eran guerreros más allá del rango 8 con innumerables pociones de vitalidad por lo que una noche en vela no bastaba para frenarlos.

La humedad de la mañana facilitaba el avance de la corriente de mis torres eléctricas; sin embargo, estas habían disminuido tanto en número cómo en potencia, por lo que sólo los guerreros de rango 07 caían tras enfrentarse a las descargas durante unos minutos. De éste modo, el enemigo decidió usar sólo guerreros de rango 07 en adelante.

Aún así, los guerreros eran lentos y desde el otro lado del río, mis tropas disparaban sin descanso y cuando sus cristales se quedaban sin energía, enseguida otro batallón avanzaba desde atrás a cubrir sus puestos. El punto era no dejar de disparar.

Muchos de los enemigos caían, pero no tantos como quisiera, pues eran protegidos por poderosos escudos o hábiles magos; a este paso, al final del día solo habría unas cuantas miles de bajas de su parte.

Yo por otro lado, solo me preocupaba  conservar suficientes cristales de esencia para resistir el asedio, pues tampoco saldría a matar criaturas a diestra y siniestra para abastecer mis filas.

De éste modo, no hubo avance durante la primera mitad del día y para la noche, tras usar continuamente los generadores, las torres eléctricas finalmente sintieron el peso de su uso y la maquinaria comenzó a quemarse.

Otra noche de guerra llegó, y dado que los enemigos eran demasiados, incluso la armada nocturna sólo correría peligro al lanzar un gran ataque.

Al final, recurrimos a la misma estrategia de la noche anterior.

Grifos y grifos de sombras, ocultos por la oscuridad de la noche, volaban a varios kilómetros de altura, volviéndose inalcanzables e imperceptibles mientras soltaban bombas en el campamento enemigo.

Los grifos de nuestros contrincantes trataban de detenerlos; pero la mayoría de los humanos no podían ver tan bien cómo mis jinetes durante la noche y no tenían esa conexión con los grifos que pueden llegar a desarrollar los Beast-Skin; además, mientras los grifos enemigos solo recibían una dieta regular, los mios eran bien criados y alimentados tanto con cristales de esencia como con comida hiper saludable, potenciando su desarrollo.

En resumen, mis fuerzas tenían la ventaja en el aire.

Solo quisiera poder sorprenderlos por la retaguardia.

-¿Qué maldita bestia tienen tras de ellos? Mavis ¿averiguaste algo?

Mi esposa se acercó con mala cara.

-Envié a varias de mis hermanas a investigar y mi conexión con cada una se perdió sin importar desde dónde se acercaran.

-Dame las coordenadas; al menos podemos usarlas para definir el epicentro y establecer un rango seguro alrededor de esa criatura.

-De acuerdo.

-¡Mi reina! -un mensajero llegó-. Hemos detectado a un grupo espía de Biznu escabullendose hacia acá.

-¿Enserió? La mayoría aquí puede ver tan claro como en el día ¿y tratan de escabullirse usando la noche cómo cobertura?

-Así parece, mi Reina.

-O son idiotas o tratan de llevarnos a una trampa.

El enemigo sabía que nuestros números no eran tan grandes como los de ellos, así que, al igual que nosotros, probablemente trataban de desgastar nuestras fuerzas poco a poco.

-¿Qué hacemos?

-Iré yo misma.

Monté a Charlie y salí por un costado de la muralla evitando ser vista. Me acompañaban Shiba y Eris montadas en la salamandra que se quedó con nosotras en la ciudad de los esclavos y el gato de arena. También tenía otra sorpresa conmigo.

Reina Salvaje (Volúmenes 15 - 17)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora