Capítulo 19.

192 19 0
                                    

Me levanto con pesadez en el cuerpo que me fastidia demasiado, busco el celular sin abrir aún los ojos y al encontrarlo lo prendo e intento abrir los ojos pero veo borroso, al poder ver bien observo que tengo varias mensajes en WhatsApp, entro y encuentro del grupo donde estamos Barbara, Margarita, Paola y yo; luego de la misma Bárbara, dos mensajes de Felipe y varios mensajes de Lucas. Entro enseguida a ese chat y empiezo a leer.

Descansa, borracha.
Ahora que ya duermes, te dejaré una explicación breve de lo que sucedió para hacerte la vida imposible jiji.
Las enumeraré para que no te vuelvas tan loca.
1. Bailaste una canción de Patito feo que decía: aquí no entran feas.
2. Tomaste alcohol.
3. Te emborrachaste.
4. Pasaste bailando.
5. No querías irte cuando ya habías aceptado hacerlo.
6. Besaste mi carro.
7. Casi nos rompiste el tímpano a Barbara y a mí.
8. Cuando ella se va, gracias a Dios te quedaste dormida. Por cierto, bonitas babas.

Termino de leer, pero realmente si me acuerdo de todo porque no estaba borracha sino un poco entonada, es decir, tenía dentro de mi todo ese alcohol pero aún así era consciente de lo que hacía.

Necesito darme un baño, pero también quiero dormir. Bostozo sonoramente mientras me acomodo mejor en mi cama para así descansar solo un poco mas y esperar que a mi cuerpo se le quite la flojera, aunque es obvio que eso no sucederá si sigo acostada. Necesito levantarme.

Luego de 4 horas.

Un sonido constante que se escucha desde lejos me comienza a molestar y cada vez se vuelve mas fuerte obligandome asi a abrir los ojos y al ser consciente de todo logro identificarlo y es el timbre de mi casa, me levanto como puedo, bajo las escaleras muy lento y todavia estan timbrando. Les juro que mataré a esa persona.

—¡Ya voy!—grito un poco fuerte y abro la puerta dejando que me asombre—. ¿Tú?

—No creí que te viera así luego de tres años sin vernos—opina y yo lo miro mal.

—Por favor, eso es mentira, me has visto peor—le recuerdo, él ríe y yo le hago una señal para que entre así que cuando lo hace cierro la puerta y me encamino a la cocina con él detrás mío—. Ahora te llamas Mario, ¿no?

—No fue un gran cambio, ¿o sí?

—La verdad no —le respondo mientras abro la nevera y tomo un jugo de naranja—. María, Mario, María, Mario...

—Ya ya, stop, please.

Agarro la jarra del agua y me tomo de ahí sin importarme los quejidos mi amigo.

—Que asco.

Me siento en una de las sillas que están al frente de la mesa del comedor al igual que él. Lo veo e intento sonreír, pero realmente me siento mal y no sé exactamente que tomar.

—¿Desde cuando tomas?

—Desde nunca, solo ayer tomé un poco.

—¡Ruth María, ¿por qué no...

Entra Barbara a mi casa y se detiene enseguida al verme a mí y a mi visita, veo como sus manos empiezan a temblar y lagrimas caen en su rostro.  

Y debería contarles que sucede aquí... o tal vez no, mejor saquen sus conclusiones.

***

Últimamente me he dado cuenta de algo, los hombres o hasta nosotras mujeres cambiamos cuando pasamos de amigos a ser novios. Me refiero a una de las cosas que son más importantes en una relación: el interés.

Cuando se gustan y no son nada, normalmente quieren pasar hablando, se demuestran mucho el amor que sienten, todo es lindo; pero cuando se convierten en novios, al comienzo puede ser igual, ya después empiezan a hablar menos, a no demostrar cuánto se quieren. ¿Y sabes que?  Siempre uno solo es el que sigue siendo igual y a ese le duele todo, aunque sigue creyendo que esa chico o chica si quiere permanecer a su lado. ¡No entiendo!

—El amor es complicado, no, las personas son complicadas, dificiles de tratar y comprender —digo en voz alta.

¿Cómo estoy dispuesta a someterme en esa locura? una parte de mí quiere vivir sin el amor de un hombre y otra sabe qué tal vez eso hace parte de "vivir", porque ya saben, tener hijos, formar una familia, etc. Eso sí quiero hacerlo, pero ojalá pudiera tener un control que me llevara al momento exacto donde me estoy casando con el hombre que sea lindo conmigo o al menos realmente me ame y me acepte como soy. Lastimosamente no se puede y debo sufrir besando algunos bacalaos para luego conseguir a mi persona especial.

Mi celular suena de repente, veo quien es y contesto.

—Hol...

—No puedo asegurarte que seré aquella persona que sea perfecta para ti, que te merezcas y esas pendejadas que piensan algunas chicas —dice y al final resopla—. Pero quiero intentarlo, ser ese chico con quién puedes hablar sin pensar que te juzgare, él que te ayude a ser feliz y no a llorar y mucho más, porque me tienes loco desde que hablamos.

Me quedo en silencio sin saber que decir, intento que mi cerebro organice algo que pueda comentar, pero esta vez decide no ayudarme. Y mi corazón que simplemente está ahí latiendo tampoco me guía.

—Está bien.

—¿Que significa eso? ¿que puedo ser tu novio? ¿que te gusto?—dice enseguida—. Se más directa, por favor.

—Que voy a intentar dejar de ser tan desconfiada contigo —explico—. Pero ni creas que de un día para otro te volverás la persona en la que más confío.

Sé que probablemente me esté equivocando en esto, pero quizá a veces vale la pena atreverse a hacer cosas y equivocarse. Todo es experiencia, ¿no? enseñanzas y esas cosas.

—Vale, entonces seremos amigos y los amigos salen a divertirse así que... ¿paso por ti en 2 horas? —dice—. Vale, te veo en 2 horas.

Y cuelga sin dejarme siquiera contestarle.

-*-

¡Hola!

Ya sé que está un poco corto, pero bueno, el próximo estará largo.

Próxima actualización: 13 de Abril.

Los quiere, Mellanie.

Sin ellos.Where stories live. Discover now