Capítulo 24.

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He dicho varias veces que volver a entrar en una relación para mí es difícil, he expuesto las razones por las cuales se me dificulta, es más, he creído que sin decirlo en voz alta se notaría lo asustada que estoy del amor, de verdad que lo he creía y además los rumores a veces me ayudaron a que la gente se enterara y luego lo confirmaran al verme y escuchar lo que pienso de eso. Pero definitivamente Lucas ignoró todas las advertencias que le di y a pesar de eso intento justificarlo para no enojarme así que aunque quiera salir corriendo por lo aterrada que me encuentro desde que él me entregó un ramo de flores y me preguntó si quería ser su novia, no lo he hecho.

—¿Y qué dices? —insiste mirándome fijamente mientras yo intento sostenerle la mirada y trasmitirle algo, luego miro a mi secretaria que es la única que hay en mi empresa porque hoy decidimos las dos quedarnos tarde.

—¿Esperaste mucho? —le pregunto y él niega con la cabeza—. Ximena, puede irse ya.

—Está bien, jefa, nos vemos mañana —me dice y escucho su risa mientras se va, yo miro a Lucas con una pequeña mueca involuntaria en mis labios. Camino hacia la banca que está cerca e intento realmente tranquilizarme un momento,pensar que voy a decirle, que haré con respecto a esa pregunta que por tanto tiempo me hacía huir. Me siento y luego escucho como él se sienta a mi lado.

—Oye, Lucas, entiendo que te guste y la verdad me llamas mucho la atención —comienzo a decirle, lo veo y está aguantando las ganas de reír—. ¿Qué?

—Entiendo todo ese asunto que tuviste hace mil años, también entiendo el miedo que tienes luego de haber durado tanto tiempo sin pareja, pero no todos somos iguales ya aunque esto te suene a lo más común entre las cosas que decimos los hombres pues la verdad, Ruth, porque no es justo que me juzgues solo por los otros novios que has tenido—expresa y se levanta de la banca—. Piénsalo un poco y me das la respuesta mañana, ¿te parece?

Pregunta mi opinión como quedamos en nuestra primera cita, eso me alegra mucho porque me presta atención así que acepto, debo pensar muy bien que voy a hacer.Entiendo todo esto, el hecho de que esta es mi oportunidad de equivocarme o no, sé todo la realidad de lo que significa aceptar estar con él románticamente, tantas cosas malas pero a la vez tantas buenas que me hacen dudar respecto a todo, lo veo a él a mi lado hacerme reir y me hace sentir tan bien, luego nos imagino discutiendo, diciéndonos demasiadas cosas que hieren y pienso que no quiero eso en mi vida, una complicaciones que yo misma acepté y eso es lo que me cuesta. Quizá debería dejar de pensar mucho y lanzarme en el mar donde quizá habrá algunos animales que pueden o no hacerme daño, lo único seguro es que no me va a matar, desearía ser así, pero no lo soy así que debo pensarlo mejor. Me levanto de la banca, busco las llaves de mi carro y me encamino hacia ahí cuando él me agarra del brazo de repente, me hace voltearme y me abraza fuerte. 

—Quiero realmente estar contigo —me susurra en el oído, luego me da un beso en la mejilla y al separarse vacila un poco pero al final se va y aun así no supe qué decir. 

Al llegar en el carro y adentrarme en el enseguida introduzco la llave y me voy de ahí cuanto antes con el corazón en la mano dirigiéndome hacia el único lugar que en este momento me daría paz. Parqueo el carro cuando llego, salgo, camino a la puerta y toco el tiembre.

—No entiendo porque sigues tocando el timbre cuando te di la llave —se queja, pero me deja pasar como siempre hace—. ¿Mamá o yo?

—Mamá —respondo, ella asiente y al irse camino hacia el cuarto de mi nana, la que me cuidó desde que era pequeña—. Hola, nana. 

—Hola, mi niña bonita —me saluda al mismo tiempo que me abre espacio en su cama y abre los brazos, yo enseguida recibo el abrazo—. ¿Como has estado, mi niña? 

—Bien —digo pero al final suspiro y la abrazo más fuerte—. Nana, un chico me pidió ser su novia. 

Escucho como ríe, yo me muevo hasta poderla ver bien y ella me sonríe.

—Ya veo que es diferente a los demás —afirma y sé que es la verdad—. ¿Por qué tanta duda, mi niña?

—¿Como que por qué tanta duda, nana? no quiero que me rompan el corazón.

—¿Y que te asegura que lo hará?

—¿Que me asegura que no? —le devuelvo la pregunta sentándome y mirándola fijamente. 

—Nada, pero el amor vale vivirlo a pesar de no tener seguridad del final —me responde—. ¿Él lo vale? te mereces una nueva oportunidad.

—No lo sé. 

—En el amor nunca estamos seguro, solo hay que preguntarse si quieres estar con él independientemente de lo que sea. 

Y de repente sucede algo que no entiendo, comienzo a tener ganas de llorar así intento no hacerlo pero las lágrimas exigen salir y ya no puedo parar. Me duele todo esto, una parte de mí quiere estar con él, pero la otra ya ni encuentra las razones reales para decir que no pero aún así sigue en la misma posición; mi nana me agarra la mano y me la aprieta, la miro y tiene esa sonrisa cálida que siempre me reconfortó. 

—Ve —me dice, pero no me muevo —. Ve donde ese muchacho y dile que sí. 

Asiento mientras le sonrió nerviosa, la abrazo y corro afuera de la casa directamente a mi carro. Al entrar estoy mucho más decidida, tomo mi celular y lo llamo, a los segundos contesta. 

—¿Donde estás? —le pregunto enseguida, me contesta y le cuelgo. 

Prendo el carro y voy directo hacia el lugar que me dijo Lucas, entre más me acerco más estoy emocionada. Puedo con esto.  Me bajo del carro cuando lo parqueo en el parqueadero del centro comercial Buenavista, camino lo más rápido que puedo hacia el segundo piso que donde está la plazoleta de comida, al llegar ahí lo busco entre la gente hasta que lo veo haciendo fila en Frisby. Voy donde él, hago que se volteo, lo abrazo y lo beso.

—Sí quiero —le susurro al dejar de besarlo, él me mira feliz y me abraza más fuerte.

—Ya estaba pensando en el tiempo que iba a esperar para volver a pedirte que seas mi novia —me dice cuando deja de abrazarme y entrelaza una de sus mano con la mía, me rio un poco—. Pero debo admitir que valió la pena esperar tu respuesta, con ese beso.

—Callate —digo acostándome mi cabeza en su hombro. 

—Pero... —comienza a decir, lo miro enseguida—. Resulta que mi papá está acá conmigo y puede que haya visto tu espectaculo.

—¿Qué? 

Se ríe fuertemente y yo sigo sin saber qué hacer. 

—No pasa nada, actua normal, ahí viene —dice sonriéndome como si fuera un ángel, volteo a mirar a su padre con una sonrisa y no veo a nadie y escucho la risa de nuevo de Lucas. 

—No llevamos ni 10 minutos como novios y ya me estás molestando —expongo. 

—¿Siendo qué? —pregunta mirándome con una sonrisa tierna en sus labios. 

—Novios —le repito sonriéndole involuntariamente.

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Lo siento x120304995 por no actualizar, pero vine con la novela completa así que ya no tienes que preocuparse. Faltan pocos capítulos, gracias a los que me esperaron.

Próxima actualización: Martes 24.

Los quiere, Mellanie L.A

Sin ellos.Where stories live. Discover now