Final

27.5K 2.7K 2K
                                    


Me levanté con aquel brillo de esperanza inundando mi corazón, gritando con cada latido, mandando nervios a cada punta de mí ser. Mirando mi reflejo me vestí con mi mejor traje y salí a mi negra camioneta. Siendo uno de los eventos más oídos, no fue difícil encontrar la ubicación, a las afueras de la ciudad, en un "lindo" bosque. No me quedaba cerca, por lo que a toda velocidad, el chófer condujo hasta aquel lugar. Con cada metro que nos acercamos mi corazón saltaba más fuerte y mi respiración se hacía más lenta.

Una hora y media, una puta hora y media habíamos tardado en llegar. Apurado salí de mi camioneta, los invitados comenzaban a sentarse después de la recepción, obviamente el amante nunca es un invitado, (a excepción claro, de la chica pelinegra de vestido amarillo floral con moretones en su espalda de la noche anterior que sonreía hipocrítamente, deseando ser ella la novia) tras las sillas acomodadas perfectamente en líneas con asientos blancos siendo interrumpidas por un asqueroso camino de pétalos de rosas blancas hacia una pequeña plataforma donde estaría el hombre que sellaría su destino y las personas que serían condenadas a pasar su vida con la contraría, justo atrás había una cabaña "perfecta", donde aquella persona por la que latía mi corazón se preparaba. Ahí me dirigí.

Entré sigilosamente, no había nadie, la pequeña cabaña de madera era simple, parecía más un vestidor con el tamaño de una casa pequeña.

El único que estaba ahí frente a un espejo era él. Tan bello como estaba siempre, como nunca dejaría de ser. Sentí mis piernas flojearon al verlo con aquel perfecto traje negro con pequeños adornos formales y unas amarillas flores en el bolsillo a la izquierda de su saco. Su cabello lacio caía deliberadamente sobre su frente, era simplemente demasiado bello para el cosmos. Solo faltaba algo. Algo que lo haría ser diez mil veces más hermoso. Una sonrisa en sus labios.

Sé miraba detenidamente desde los pies hasta la cabeza, deteniéndose en mis ojos por el reflejo del cristal, abriendo los suyos al doble, entreabríendo su preciosa boca suavemente. Sé giró con detenimiento mientras yo me acercaba a él, hasta quedar a medio metro el uno del otro. Una distancia tan pequeña pero tan infinita, tan dolorosa y ardiente.

— ¿Qué haces aquí? Tú no... —habló. Su voz tembló en la primera oración.

— No me voy a rendir, no contigo... —contesté decidido mirando sus ojos negros. La verdad, mis piernas temblaban horrores y el nudo en mi garganta ardía mientras el agua se acumulaba en mis ojos.

— Ya hablamos de esto Jeon... —susurró, luego enderezó su voz- no entiendo por qué haces esto, te lo dije, no harás que yo...

— Me pediste una razón para que te quedaras, para que no te casaras con él, solo una, y la tengo...

— No me impor... —su mirada decía lo contrario.

— No te voy a pedir que dejes a Hoseok justo donde está porqué yo te amo, sé que no es suficiente, tampoco porqué el no te ama, por qué de alguna manera ha sabido luchar, esta razón es mucho más grande, más importante que mis sentimientos y los suyos, los tuyos... —negó lentamente, sus ojos comenzaban a humedecerse— Tú no lo amas.

— No puedes decirme a quien amo y a quien no...

— Puedo decir lo que sé, y sé ésto, tú no lo amas, lo sé, porqué si lo amaras, no habrías ido conmigo en tu primera oportunidad, no habrías estados besándome y mirándome como lo hacías, ¿Realmente seguirás con esto? No beneficia a nadie...

— No sabes lo que dices, por favor, cállate...

— No lo haré, no lo haré porqué todo lo que buscas solo lo encontrarás conmigo, anda ve con él e inténtalo, inténtalo las veces que quieras, las veces que creas suficientes para olvidarme, hazlo una y otra vez, y sabes que no me olvidarías, así como yo no puedo hacerlo contigo. Solo te dejaré cuando sepa que no sientes nada por mí, cuando me veas y no se dilaten tus pupilas, no haya ese brillo que amo en ellos, el día me beses y no sienta nada, ni tu pasión, ni tu necesidad, cuando te toque y no sienta aquel temblor en tu piel, cuando no me deseés como yo te deseo, solo entonces te dejaré

La suerte de no tener suerte ||KookV|| (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora