04.

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Donghyuck dio un largo sorbo de su jugo de manzana y tragó intentando también llevarse así la bronca que comenzaba a arremolinarse en su pecho y subir por la garganta.

— ¿Te quedarás allí mucho tiempo? — Bramó cuando ya casi no podía soportarlo más.

— Sí. — Canturreó como respuesta Mark.

Después de la confrontación con Danbi, Mark no se había despegado de él. Había intentado con ir al baño de mujeres y salir minutos después, pero él lo esperaba allí. Luego intentó cruzar el campus corriendo, pero en cuanto se descuidó, Mark apareció detrás de él con un "no te librarás de mí tan fácil" en la boca. Y, tras intentar con todos los métodos que se le ocurrían para despegarse a aquella garrapata, desistió al ser todos intentos fallidos.

— ¿Qué quieres? — Azotó con fuerza la caja del jugo haciendo que un poco del mismo gotee por el sorbete. Mark lo miró sorprendido, al igual que Iseul. — ¿Dinero? ¡Está bien! Te lo daré, ¡pero lárgate!

— No quiero dinero. — Respondió Mark divertido.

— ¡¿Entonces qué?! —Gritó. Todos en la cafetería, que es donde se encontraban, se voltearon a verlos.

Mark sonrió ladinamente, mirándolo a los ojos. La verdad era que el que ella lo tratase así y reaccionara de esa forma no lo entristecía, sino todo lo contrario. Eso era lo que él quería, que ella reaccionara así. Que le gritara, que lo odiara.

— A ti. — Respondió entonces, sabiendo que eso le molestaría a ella por el hecho de que todo el internado estaba con la oreja pendiente de su conversación. Mark no respondió, sólo se dedicó a mirarlo con seriedad. — ¿Sabes algo? — Mark se puso de pie y se acercó a ella mientras no apartaba la mirada de sus ojos. — Acabas de interesarme. ¿Qué ha pasado que en dos días has cambiado tanto tu personalidad? ¿Has tocado fondo? ¿Nunca has sido sumisa y solo nos dejabas hacer lo que queríamos para evitar problemas? ¿Te han hecho abrir los ojos? — Se detuvo cuando estuvo a unos pasos de ella, sorprendido de que no haya retrocedido. — No sé qué ha desencadenado este cambio, pero me agrada lo que has hecho contigo.

— Oh, créeme. — Donghyuck sonrió ampliamente y avanzó un largo paso hacia él, dejando sus rostros a centímetros de distancia. — La respuesta es mucho más genial de lo que te imaginas. — Mark también sonrió.

— ¿Un corazón roto y resentido por el rechazo de Jaemin, tal vez? — Musitó. Sin embargo su objetivo no era que sólo ella escuchara, si no que todos los allí presentes lo hicieran. Y tal vez no todos lo hicieron directamente, pero los que llegaron a oír sus palabras corrieron la voz tan rápidamente que al cabo de diez segundos toda la cafetería sabía lo que acababa de salir de su boca.

La sonrisa se borró de los labios de Donghyuck al oír aquello.

¿Acaso ese imbécil se estaba burlando del corazón roto de su hermana?

En un abrir y cerrar de ojos, Donghyuck tomó la caja del zumo de manzana que había estado tomando y que aún estaba lleno hasta la mitad y le quitó el sorbete. Apuntó hacia el rostro de Mark y, sin darle el tiempo suficiente de siquiera pensar en lo que estaba sucediendo, apretó el envase con todas sus fuerzas haciendo que todo el líquido que estaba dentro saliera disparado como si de una pistola de agua se tratase hacia el rostro del repetidor de curso. Y el silencio reinó en el lugar hasta que Donghyuck volvió a hablar.

— Cuida tus palabras, cariño. La próxima podría no ser jugo, pues tengo pensado pedir café de ahora en más. Y el café, como bien sabes, no se hace con agua fría. — Dijo sin cambiar su expresión neutra. Dejó caer la caja de jugo a los pies de Mark y se volteó para salir de la cafetería sin mirar atrás, dejando un silencio sepulcral detrás de él.

GENDER BENDERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora