Libre Sexta Temporada

18 El comienzo de algo nuevo para todos II

- Y asi, con la primer arma que tome en mi vida, asesine a una persona – comente sin más.

- Esos bastardos – James lucia realmente molesto, su mandíbula estaba notablemente tensada – Eras una niña y ellos te metieron con un tiempo para que lo asesinaras – sus manos se hicieron puños – Eso debió traumarte de por vida.

- Al principio mojaba la cama – mencione con cierta vergüenza – Veía a ese hombre en mis sueños. Después – mi ceño se frunció notablemente – No recuerdo como fue, pero entonces ese recuerdo estaba distorsionado. Cómo sea. Tiempo después me entere que era un señor que estaba enfermo y HYDRA lo utilizo como conejillo de indias para sus experimentos. Mi primer asesinato y fue a un pobre hombre que padecía de sus facultades mentales y tan solo era un niño en su mente.

- Él te pudo asesinar – aclaro James – Con justa razón debías hacerlo – sonreí con amargura – Dios Ana eras tan solo una niña ¿Qué tan dañados están para hacer eso?

- No fui la única – coloque mi playera – Mientras iba a uno de mis tantos entrenamientos, habían dejado la puerta abierta y logre escuchar que por fin habían encontrado a la niña indicada. No hay que ser muy inteligente para saber que antes de mi hubo más.

- ¿Y qué pasaría con ellas? – cuestiono James sumamente confundido y curioso.

- No lo sé – me encogí de hombros – Supongo que murieron. Es lo más probable. No quiero abrumarte con todo esto.

- No – interrumpió – Esta bien. Me intriga mucho saber lo que pasaste en aquel lugar. Claro antes de conocernos. Pero no te obligare a contar algo que tu no quieres – aseguro de forma inmediata.

- A mí no me molesta. Me hace bien hablarlo – sonreí – Hablar con alguien que me entienda por completo. Tal vez llegamos en diferentes circunstancias, pero aun asi ambos pasamos por lo mismo – James coloco su brazo sobre mis hombros y lo abrace de costado – Después mi entrenamiento comenzó oficialmente. Claro, después de borrar toda mi memoria y dejarme en blanco.

Flashback

Los años pasaban y Ana ya no era más una pequeña niña de seis, siete u ocho años, ella ahora tenía 13 años. Cualquiera que la viera ahora, quedaría muy sorprendido de la adolescente que se había convertido. Aquel semblante de niña tierna, pura e inocente había cambiado radicalmente por uno frívolo y serio, donde antes había unos ojos vivos y expresivos, ahora se habían convenido en unos inexpresivos y vacíos. Su voz ya no era la misma, esta se había vuelto más madura, y la mayoría del tiempo solo salían gritos, gruñidos, quejidos de dolor, entre otras cosas.

La ahora adolescente Ana se encontraba rodeada por cuatro agentes de HYDRA en la ya tan familiar sala de entrenamiento. Solo contaba con una vara y una soga, ellos solo tenían su respectivo uniforme y sus protecciones en ellos.

El primer agente se dejó ir sobre la joven, Ana coloco la vara verticalmente en el suelo y salto apoyándose en ella para asi golpear el rostro del agente. Una vez en el piso, lanzo la soga a un pie del agente a su lado haciendo abrir de pies y dando la media vuelta estampo su pie en el rostro del agente.

Los otros dos agentes se quedaron viéndose el uno al otro, la comisura derecha de Ana se curvo en una sonrisa triunfante y satisfactoria. Ana movió el bastón entre sus manos golpeando a ambos agentes haciéndolos caer al suelo. El primer agente su puso de pie sujetándola por la parte de atrás, la pequeña, piso el pie de aquel hombre, golpeo su masculinidad con el puño cerrado y hecho su cabeza hacia atrás dando en la nariz del agente, estampo su puño en la mandíbula de aquel agente. Ana se trepo en el cuerpo del agente haciéndole una llave y tirándolo de espaldas al suelo mientras ella se encontraba en su torso y desenfundaba el arma del agente.