22. Solo fue un sueño.

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Narrador.

Caroline se había introducido a la regada, cuando el agua comenzó a correr por su cuerpo, observo como se transformaba en un tono rojizo que escuraría por sus piernas, fue en ese mismo instante que se dio cuenta que su menstruación había llegado y que a partir de ese momento su cuerpo comenzaría a cambiar tanto por fuera, como por dentro.

Afuera del baño un Steve sumamente nervioso se encontraba sin saber mucho que hacer. Para el Capitán América todo eso era nuevo y no tenía mucha experiencia en el tema. En momentos como ese era que odiaba que su esposa estuviera lejos. Había mandado un par de mensajes y por suerte su amiga los había respondido, sintiéndose un poco más aliviado.

- Caroline – dejo dos pequeños golpes en la puerta del baño, donde su hija seguía bajo los chorros de agua.

- ¿Mande? – pregunto la rubia asomando su cabeza por la puerta corrediza del baño para poder escuchar mejor a Steve.

- Te dejo un cambio de ropa en la puerta – menciono Steve dejando la ropa en el piso de la entrada.

- ¡Gracias Steve! – grito la pequeña por lo alto volviendo a sumergirse bajo el agua.

***

- Gracias a Dios, Nat – el rubio suspiro quitándose un peso de encima al mirar a la pelirroja – Gracias por venir.

- ¿Dónde está? – pregunto Natasha hacia Steve al ingresar a la casa.

- ¡Tía Nat! – la pequeña y emocionada voz de James se escuchó desde el jardín trasero de los Rogers - ¡Hola!

- Hola mi pequeño precioso – Natasha cargo al pequeño James en brazos - ¿Cómo está mi hombrecito? – la pelirroja dejo un beso en la mejilla del menor.

- Muy bien tía – sonrió este realmente feliz de ver a la espía en su casa – Que bueno que viniste, así podemos jugar los dos. Podemos jugar con Yei. ¿Me puedes hacer unos panqueques? – James hizo un pequeño puchero – Es que a papá no le quedan como a mamá –Natasha observo a Steve y este sonrió de lado incómodamente.

- Claro que si – aseguro ella – Pero primero debo ir a ver a tu hermana y vuelvo para hacerte todos los panqueques que quieres. ¿Malteada de nieve? – pregunto ella mirando al pequeño en brazos que se le ilumino la mirada - ¿Y qué tal chispas de chocolate y mucha miel?

- ¡Si! – grito el feliz de la vida.

- Entonces ya vuelvo – Natasha dejo un beso en la frente del pequeño dejándolo nuevamente en el suelo. Observo a Steve en busca de una respuesta.

- En el baño – señalo la planta de arriba. La espía asintió y subió las escaleras con un poco de rapidez para llegar a su destino.

- ¿Sí? – pregunto Caroline al otro lado del baño enredándose en una toalla.

- ¿Puedo entrar? – pregunto Natasha esperando la aprobación de la adolescente.

- Si – la pelirroja tomo el cambio de ropa del suelo y abrió la puerta – Hola – sonrió en dirección de Caroline – Toma – le extendió la ropa - ¿Cómo te sientes? – pregunto.

- Me duele mucho el estómago y abajo – respondió la pequeña con una mueca de dolor. Natasha pudo ver con claridad la cara de fastidio que Caroline tenia, en ella se veía claramente que no traía mucho humor.

- Lo entiendo cariño – comento la pelirroja – Todas pasamos por esa etapa. No te diré que con el tiempo mejorara, pero te acostumbraras – hizo una pausa para pensar sus palabras y recapacito – Bueno, solo un poco. Al final es algo de rutina del cuerpo humano.

Libre Sexta TemporadaWhere stories live. Discover now