25. Aún lo hago

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- ¿Te lastime? – pregunto el soldado hacia la chica que tenía enfrente sentada en la misma camilla. Ana observo a el soldado y negó con la cabeza.

- Estoy bien descuida – aseguro ella, pero el soldado pareció no creerle, tanto que no aparto la mirada penetrante de la chica.

Ante la mirada de James sobre Ana, esta se removió incomoda evitando mirarlo, se puso de pie dispuesta a salir y pasear un rato por los pasillos de HYDRA, pero este la sostuvo de la mano impidiéndole seguir avanzando.

- Te golpe – comento – Lo recuerdo.

- Solo dejaste un moretón – comento ella, pero aún seguía sin creerle lo que ocasiono que Ana rendida por el comportamiento levantara su blusa mostrando su torso desnudo donde se encontraba la enorme marca de aquella batalla – Lo ves – bajo su playera nuevamente – No ha sido nada.

La joven se soltó del agarre del soldado y salió de la habitación para ir a cualquier lado que no estuviera él. James por su parte se quedó en su mismo lugar pensando en que, el golpe que le había dado a la chica había sido uno muy fuerte solo para que tuviera un moretón donde de seguro, debía tener las costillas rotas. Y es que así era, James había fracturado varias costillas de Ana, pero aquel suero que le había inyectado lograba su recuperación más temprana, por lo tanto, aquellas costillas rotas habían sanado en tan solo una hora.

***

-Mantén la calma – comento el soldado mirando a la chica – Todo está en la respiración. Sí controlas tu respirar, controlas todo.

James tal cual como le dijo a Ana comenzó ayudarla a controlar su fuerza, ambos se encontraban en una sala más pequeña en la que podían entrenar si lo deseaban y a la hora que quisiera, el soldado se la pasaba en aquel lugar el mayor tiempo posible cada vez que podía.

Ana golpeaba cada vez que el soldado le indicaba y como él le indicaba, hacia todo tal cual como James le decía, su respirar en cada golpe, su exhalar tranquilo, la manera de no agitarse tan rápidamente y como controlar su fuerza en un punto, en el punto exacto que ella deseara sacarla lo haría.

Mientras ellos entrenaban, del otro lado alguien los observaba. El jefe de HYDRA se había detenido a mirar aquel dúo que practicaba aun después de que el ordeno no hacerlo, pero por una extraña razón no le molesto que desobedecieran su regla por esta vez. Sino, todo lo contrario, se emocionó tanto al ver como aquellos dos eran más de lo que había deseado, era su éxito obtenido. Aquellos dos experimentos serian el arma de HYDRA por una larga, larga temporada. Ese dúo seria su mejor carta para cualquier jugada.

***

- Eras un buen instructor – comente mirando a James con una sonrisa – Eras paciente a pesar de todo y aguantabas cada golpe que te daba, casi sin protestar – James soltó una pequeña risa.

- Pegabas duro – comento con una sonrisa ladeada.

- Mira quien habla – comente sonriendo de manera divertida – Quien me dejo un enorme moretón que no se quitó en días. No eras tan malo – asegure volviéndome a poner seria – Solo eras callado y un poco amargado – James sonrió amargamente – Eras alguien bueno, James. De hecho, lo sigues siendo, siempre lo fuiste.

- Supongo que era porque me caías bien – negué con una enorme sonrisa.

El sonido de un aparato me hizo guardar silencio, era como un celular, pero el mío no era, fruncí el ceño al mirar la pantalla en negro de mi celular, pero aquel sonido seguía escuchándose, tal vez y alguna persona se había perdido por acá, pero aun así se escuchaba muy cerca, era imposible.

Libre Sexta TemporadaWhere stories live. Discover now