Libre Sexta Temporada

20 Nuevo Compañero.

Logre esquivar el brazo de metal de James, su puño paso a un lado de mi cabeza, mire el metal a mi lado y tomando su brazo rápidamente con fuerza me sujete fuertemente de él y lleve mis piernas a su cuello logrando derribarlo al suelo.

James tomo mi pie jalándolo y haciéndome caer de bruces al suelo, golpeando mi cara con el verde césped. Su mano metálica me tomo de la cintura y ya que esta estaba desnuda el frio me hizo estremecer. Se puso de pie, conmigo sobre su cuerpo y entonces se levantó dejándome caer de espaladas al suelo, aun asi permanecí en mi misma posición. James una vez más hizo el mismo movimiento, pero esta vez fui más inteligente y rápida, que, soltándome de su cadera, fue esta vez su rostro quien estampo en el suave suelo.

Una vez más yo me encontraba de pie, aunque no por mucho tiempo, pues pateo mis pies haciéndome caer de nalgas al suelo. James iba a darme una patada, que logre esquivar dando una vuelta y poniéndome de pie. Ambos frente uno frente al otro mirándonos fijamente, mi respiración era demasiado agitada, ambos estábamos dando una buena pelea, y terminaría como siempre. Con el otro rindiéndose, si es que eso pasaba.

Fui la primera en avanzar y dar el primer golpe, que como era de esperarse logro esquivar, aunque sabiendo el movimiento que haría logre ponerlo justo como lo quería. James cayo, gracias a mi rodilla impactando en su rostro. Me situé arriba de él, pisando su mano humana, dejándolo inmóvil y con mi rodilla en parte de su cuello y rostro, presionando para dejarlo sin aire. Su mano metálica se posiciono en mi cuello apretándolo y dejándome sin oxígeno, por lo tanto, apreté aún más con mi rodilla sobre su cuerpo.

-¡Me rindo! – dijimos al unísono soltándonos el uno al otro al mismo tiempo.

Mi cuerpo cayó a un lado de el de él realmente agotado, me encontraba sudando como ningún otro día, mi respiración volvía a ingresar a mis pulmones quemando todo a su paso, mi pecho subía y bajaba agitadamente, mis ojos se cerraron un momento y me quede descansando por uno minutos.

- Estuvo pesado esta vez – comento James a mi lado con su voz un tanto agitada.

- Sí que lo estuvo – asegure abriendo mis ojos – Estoy agotada – gire mi rostro para ver a James – Estas sangrando – tome asiento – Justo ahí – señale la pequeña cortada.

- Tu igual – James tomo asiento y toco mi mejilla. Limpio algo con su pulgar y me mostró la pequeña mancha roja que se encontraba en su dedo.

- Me quitare el sudor y la tierra – comencé a quitar mi leggin quedando en ropa interior y metiéndome a el agua que teníamos como alberca natural.

Introduje todo mi cuerpo y comencé a nadar más adentro de aquel rio, me sumergí por completo nadando por debajo del agua. Tomé el aire necesario en mis pulmones cuando salí a la superficie y comencé a lave mi rostro y cualquier residuo de tierra.

- ¿Ana? – James llamo mi nombre. Él también se encontraba dentro, su cabello se encontraba goteando, al igual que su rostro y parte de su cuerpo.

- ¿Sí? – le observe atenta y curiosa.

- ¿Puedo preguntarte algo? – él se notaba curioso, pero con timidez.

- James – regañe – Sabes perfectamente que puedes preguntarme lo que sea sin necesidad de preguntarme antes si puedes o no hacerlo. Tu solo suéltalo.

- ¿Recuerdas cómo nos conocimos? ¿La primera vez que nos vimos? – el ceño de James se veía notablemente fruncido y uno de confusión.

- ¿Tu no? – le respondí con otra pregunta, cosa que normalmente no hacía. James negó, sonreí y asentí – Si, si lo recuerdo. Fue poco después de que me inyectaran el suero, tenía en ese entonces 17 años.