- Buenos días profesor – salude al hombre en silla de ruedas cuando lo mire en la puerta – Gracias por venir – observe a los otros dos profesores que lo acompañaban – Pase, por favor – me corrí hacia un lado permitiéndoles la entrada.
- Se escuchaba preocupado por teléfono – menciono el profesor Charles - ¿Todo está bien con James? – suspire al no saber la respuesta a esa pregunta.
- No lo sé – mencioné lo más sincero que pude – James ha estado bien, como cualquier niño de su edad, ayer mi compañera Natasha vino y estuvo un momento con nosotros, comimos y después James se quedó dormido. En la madrugada desperté y nuestra mascota se puso muy inquieto en la puerta de James, creí que se quería meter a la habitación a dormir con él, pero cuando miré hacia dentro la habitación estaba completamente quemada.
- ¿Quemada? – cuestiono la pelirroja - ¿Estaba en llamas?
- No – negué – Las paredes estaban carbonizadas, estaban de color negro y la habitación tiene un extraño olor. No es olor a quemado, es un extraño olor.
- ¿Dónde está su esposa? – pregunto el profesor de lentes.
- Tuvo que salir del país por asuntos personales. Solo estamos los niños y yo.
- ¿Ahora están los niños en casa? – pregunto de nuevo la mujer.
- No – negué – Están con sus abuelos. Los desperté temprano y los llevé a casa de los padres de mi esposa. No quería que James viera su habitación.
- ¿Algo más que debamos saber? – pregunto el profesor.
- Las cosas levitaban en su habitación – respondí a su pregunta recordando la escena de ayer – James dijo que había tenido una pesadilla. Estaba sudando en frío cuando fui por él, se quejaba y al parecer soñó con algo que lo puso mal.
- ¿Sabe lo que fue? – negué - ¿Puedo pasar a ver la habitación? – pidió
- Claro – asentí sin problema alguno – Solo que...
- Descuide – sonrió – Puedo subir las escaleras con la silla – asentí un poco confundido, pero al ver que aquella levitaba entendí a qué se refería.
***
Miraba a mis a James jugar en el jardín de los padres de Ana, mi hijo perseguía a nuestra mascota y después Yei a James. Ambos eran muy buenos amigos, que no sabría lo que tendría que hacer el día que uno de los dos se separara del otro.
- Estas preocupado – Caroline tomo asiento a mi lado - ¿Todo está bien? – pregunto de manera preocupada.
- Si – asentí – Todo está bien – respondí con una pequeña sonrisa - ¿Cómo estás tú? – ella solo se encogió de hombros - ¿Te duele algo? – negó - ¿Segura?
- Segura, Steve – afirmo – Me siento un poco incomoda, algo cansada y con un poco de mal humor, pero bueno – se volvió encoger de hombros - ¿Qué le puedo hacer no? – pase mi brazo por sus hombros pegándola a mi cuerpo en un abrazo y dejando un beso en su frente.
- Te amo demasiado – asegure descansando mi barbilla en su coronilla.
- Yo también – aseguro pasando su mano por mi espalda y dándome un abrazo de costado - ¿Es difícil ahora que mamá no está, no es así?
- Un poco – afirme – No sé cómo tu madre tiene tiempo para hacer todo lo que hace, pero es muy complicado y a la admiro más por eso. Ahora que estoy en sus zapatos, se cuan complicado es. Pero ahora paso más tiempo con ustedes – la mire hacia abajo - ¿No te agrada que pasemos más tiempo juntos?
YOU ARE READING
Libre Sexta Temporada
FanfictionLos años pasan, así como el tiempo que no regresa. Nadie dijo que la vida de casa seria fácil, ahora por lo que nos preocuparnos es por levantarnos temprano para llegas a la escuela y trabajos. Mis batallas son sacar las manchas de la ropa, las ord...