Cap. 53

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1000 i'wos después de la caída de Saturno

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1000 i'wos después de la caída de Saturno.

La Tierra. Ciudad de Nyx. 01:23 am.

No me importaba que me vieran como hibrida. No me importaba revelar mi identidad frente a mi raza. Lo único que me importaba era sacarlos a todos de aquí.

Nos teletransportamos abajo en un segundo, y lo primero que siento es el sonido de las paredes agrietándose.

Me quito los tacones y corro antes de que Thayer y Ryker puedan pensar en un plan, porque en lo único en que pienso es en todas esos pobres alienígenas en la otra sala corriendo por sus vidas, por intentar averiguar qué es lo que pasa, por defender a su legión, cada uno de ellos.

El pasillo que da al gran salón tiene todas las farolas destruidas y lo único que lo ilumina son las luces oscuras de emergencia. Cada pared esta agrietada y el piso esta algo pegajoso, como si una cañería no muy lejos hubiera explotado.

-¿Qué maldita sea paso aquí?—murmura Thayer, cuando me alcanza en mi carrera hacia el gran salón.

Ryker se une a nosotros, pero guarda silencio y sus ojos iluminan nuestro camino, al igual que los míos.

Ahora, con la luz de nuestros ojos y la de los focos de emergencia puedo ver más restos de la decoración de los pasillos destrozados y pisoteados en el suelo.

Algo en mis venas, más que sangre, me hace estremecer.

Me detengo y mis ojos se abren más de lo normal, cuando uno todas las piezas y comprendo el plan de nuestros enemigos. De mi madre.

-era una trampa. —murmuro.

Ryker se acerca un poco.

-¿de qué hablas?

Lo observo. Realmente lo observo por primera vez en toda la noche, dejando de lado todos nuestros problemas y cosas por no resolver. Y me doy cuenta de que no creo que pueda perdonarme a mí misma si algo le pasa a Ryker por no decirle la verdad.

-mierda. –exclama Thayer, más allá, comprendiendo a que me refiero. O más bien, escuchando mis pensamientos a través de nuestra conexión.

Ryker , que está en medio de nosotros no entiende de que hablamos y verlo tan confundido, me recuerda a ese chico de luz con quien me tope en el ascensor de mi edificio hace unos meses. Ese chico que me sonrío con solo buenas intenciones en su corazón sin saber nada de mí.

-Kohn y Celeste jamás quisieron confesar nada. –explico, cada vez más al borde de mi autocontrol. –ellos solo seguían ordenes de los Kigenis, y como esos bastardos no pueden entrar aquí y hacer un colosal desastre, pidieron a sus más leales emisarios que lo hicieran, pero mi madre sospechaba que yo estaría aquí y quizás se puso de acuerdo con Kohn para distraernos y causar pánico acá abajo, mientras nosotros intentábamos sacarles información...--mis ojos calipsos centellan más y no me importa si algún alienígena cercano siente mi esencia. Ya no quiero ocultarme. –todo fue calculado para que yo, para que nosotros, no interfiriéramos en sus planes. Y lo más probables es que Kohn y Celeste hayan derribado los campos de protección para que en algún momento los Kigenis pudieran entran aquí...

Crónicas Saturnianas I : Híbrida (No Editada) Where stories live. Discover now