~CHAT DESCONOCIDO~

~Capitulo 10~

No podía ir y decirles la verdad, él me vigilaba. 

— ¿Marlyn todo bien?. –Pregunta mi hermano con preocupación–

— Estoy bien, es sólo que me da pena por los padres de Sara, han pasado más de una semana desde su desaparición. Es increíble que nadie haya encontrado rastros de ella y del hombre que la secuestró.

— Si es una lástima, espero que esté bien. 

•••

Después de un largo recorrido por la mansión, Manuel me dice que podría dar un paseo sola ya que tenía que irse por asuntos personales.

Era extraño pero fué un alivio para mí ver que se marchara, sin embargo, ahora que no estaba podía divagar a donde yo quisiera.

— Mi niña ¿todo está en orden?. –Aparece Maryeré con una tasa de porcelana y un pequeño plato como base.– ten, te traje un poco de chocolate caliente.

— Muchas gracias, –lo recibo– sabe, esta sala es bastante grande, diría que es ideal para armar una fiesta. 

— Oh sí, pero no se hace ninguna clase de fiesta aquí, el señor Manuel es un hombre muy ocupado, por lo tanto, la mayor parte del día no se encuentra.

— Entiendo, ¿y de qué trabaja?.

— No sabría decirte querida, tendrías que preguntarle.

Es curioso, pero había algo en el que no me ha dejado claro en todo este asunto, y esa era Marlyn. ¿Lo conocerá?.

— Bueno mi niña, si necesitas algo avísame, estaré en la cocina.

— Muchas gracias.

Sólo era cuestión de que se fuera para dejar la tasa de chocolate en una mesita e irme en busca de respuestas.

•••

No sé cuánto tiempo pasó desde que leí el mensaje de Bell, pero sin duda, era importante hacerle saber en persona.

Faltaba poco para la fiesta de Marlyn, sin embargo, debía pasar primero por la casa de Bell ya que acordamos en que iría por ella, pero cuando llegué, algo ocurrió. La puerta de su casa estaba abierta mientras que la luz de adentro parpadeaba.

— Bell.

Corrí a toda prisa en su búsqueda, pero lo que encontré me desconcertó; los muebles, las mesas, las sillas, los cuadros, todo estaba hecho un desastre como si hubiera pasado un tornado. Fuí de prisa hacía su habitación pensando que lo peor no fuera a suceder.

— ¡Bell!, ¡¿Bell donde estás?!

Busqué y busqué en cada parte de la habitación con desesperación y miedo.

Revisé todos los baños y ya sólo me quedaba buscar en la habitación dónde dormían sus padres.

— ¡Bell!, ¡¿Bell dónde est...?! –Detuve mis palabras en seco.–

Había una gran mancha de sangre en la alfombra del cuál tenía rastros que conducían un costado de la cama. Entonces, ahí estaba ella, tirada, cubierta de sangre y agonizando.

— ¡Bell no!. –Me arrodille y la tomé en mis brazos– Bell resiste te llevaré al hospital. –Estaba asustado, no quería que ella muriese, tenía una gran herida perforada en su estómago acompañado con moretones en su rostro.–

— Adrien... –débil– ... S-se d-donde está Sara... Hay q-que en-contrarla...

— Bell no te esfuerces.. voy a llevarte ahora.