BLOOD PACT/PACTO DE SANGRE

31 (SPANISH)

Krist tragó con dificultad para, inmediatamente, lanzar una mirada de súplica hacia el lugar en el que se encontraban sus majestades.

"Por favor..."

Mint, notando la palidez en el rostro del joven, dio un leve codazo a su marido que, con el ceño fruncido, se volvió hacia ella para, inmediatamente, seguir la mirada de la joven reina.

No bien había posado sus ojos sobre ellos que, con un leve gesto contrariado, se disculpó con el noble con el que estaba hablando y comenzó a acercarse hacia donde estaban. 

La Reina siguiéndole a tan sólo unos pocos pasos de distancia.

- "Príncipe Jared" - musitó Singto en el mismo instante en el que sus padres llegaban y, haciéndose un hueco entre todos aquellos que estaban ya observando, se colocaban al lado de Krist - "me parece que no conoce muy bien nuestras costumbres... especialmente en lo referente a nuestros Consortes".

El joven licántropo, con una sonrisa socarrona, negó con la cabeza.

- "Tampoco es que me interese... me basta con lo que he oído acerca de su compromiso" - contestó sin importarle el murmullo que comenzó a desarrollarse a sus espaldas.

- "¿Y qué es lo que ha oído para que se haya atrevido a comportarse de una manera tan poco apropiada para alguien de su posición?" - preguntó Singto mientras fruncía el ceño - "Que yo sepa, incluso en su país se respetan las uniones de sangre".

Jared se encogió de hombros.

- "Cierto... pero siempre se han llevado a cabo cuando ambas partes estaban dispuestas a ello. No como aquí..." - comentó mientras desviaba su mirada hacia Krist - "Primero fue mi viejo amigo Jae... comprometido en contra de su voluntad... y ahora... ahora un joven que tenía novia hasta hace un par de meses".

Krist palideció.

¿Novia?

¿Que tenía novia?

¿Pero de qué estaba hablando ese tipo?

No fue hasta unos instantes después en que recordó a la joven Khao.

"¡No puede ser!", se dijo mientras recordaba a la sirvienta, "pero...¡si realmente nunca estuvimos juntos!"

Lo cierto era que, desde su última llamada a la mansión, no había vuelto a saber nada de la joven. Tan sólo que, finalmente, había comenzado a salir con el joven veterinario de la familia.

"Una preciosa pareja", había dicho Nath a través de la esfera de comunicaciones, lo que sin duda, había acabado con el sentimiento de culpa que aún sentía por haber hecho sufrir a la muchacha.

Pero, si ella lo había logrado superar...

Si por fin había encontrado a alguien mejor que él, que la quisiera como se debe...

Tal vez era tiempo de dejarlo atrás y continuar con su vida.

Con su vida al lado de su Singto...

"Y ahora..  ahora este tipo volvía a sacar esa historia cuando ya todo estaba olvidado...", se dijo Krist mientras miraba con el ceño fruncido hacia Jared - "pero ¿por qué? ¿por qué ahora?".

- "Siento decirle ésto... pero me parece que le han informado mal" - dijo Krist  - "yo jamás he tenido novia y.. con respecto al Pacto de Sangre, lo he aceptado voluntariamente".

Jared dejó de sonreir.

- "No es necesario que mientas...lo sé todo. Sé cómo, al ser un esclavo, te has visto en la obligación de aceptar esta unión pero no es necesario que sigas con esta farsa.. puedes venir a mi reino. Allí serás libre... y, tal vez, nosotros podamos conocernos mejor. Yo..."

Sin embargo no llegó a decir nada más ya que una mano le agarró por la garganta y, como si no pesara nada, lo elevó del suelo.

- "Parece que no entiendes...¡Krist es mío...MÍO!" - susurró Singto mientras miraba fijamente a los ojos al joven que, infructuosamente, intentaba soltarse del agarre -"¡es MI CONSORTE!"

Tanin se acercó con rapidez a su hijo e, intentando detener lo que iba a ser sin duda un conflicto internacional, posó una mano sobre el brazo de Singto.

- "AHHHHHH" - exclamó el monarca mientras daba unos pasos hacia atrás. 

Y es que su mano, la misma con la que había tocado a Singto, se encontraba completamente ensangrentada y quemada.

- "¡No lo toques!... o el resultado será mucho peor" - dijo Mint mientras corría hacia su marido y, con cuidado, impedía que éste comenzara a tocar las heridas que comenzaban a formarse en sus dedos - "tienes suerte de sólo haber rozado su piel.. ¡o estarías muerto!"

Tanin levantó la mirada de su mano para, al igual que todos los demás, posarla en el joven príncipe que, sin moverse ni un milímetro, observaba cómo el rostro de Jared enrojecía cada vez más.

Krist, que hasta el momento se había quedado completamente quieto, comenzó a caminar hacia Singto.

- "¡Krist!" - exclamó Kim a unos pocos pasos de distancia. La joven, con Therra y Takuya a su lado, observaba la situación con una expresión de terror en el rostro.

Y es que ella, al igual que Krist, había podido notar las marcas que, muy levemente, comenzaban a aparecer en el cuello del joven vampiro.

"Está comenzando a transformarse", se dijo Krist mientras recordaba, con temor, la última vez que el joven lo había hecho y cómo había acabado perdiendo el control. Y lo peor de todo es que ahora no estaban en un jardín... sino en una sala y rodeados de decenas de personas.

- "Sing..." - susurró el joven mientras se acercaba al príncipe y, haciendo caso omiso de las palabras de todos rogándole que se apartara, posó una mano sobre la que el vampiro estaba usando para agarrar a Jared.

No bien su piel había hecho contacto con la de Singto que éste se volteó, dejándole ver unos ojos rasgados y felinos.

- "Sing... no es necesario" - musitó nuevamente Krist, con una leve sonrisa en su rostro - "nadie va a alejarme de tí... soy TU Consorte".

Singto le miró fijamente, sin decir nada. Sin embargo, minutos después, soltó al joven que, con los dedos del vampiro grabados en su cuello, cayó sobre el suelo de mármol con un leve quejido de dolor.

Las ventanas se abrieron en ese preciso instante y, un fuerte viento, comenzó a entrar a la sala haciendo que todos comenzaran a mirarse con una única pregunta en sus rostros. 

"¿Estamos a salvo o... ésto no es más que el comienzo?"