Capítulo 15

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-¿Rocío?- Preguntó Alba sorprendida al abrir la puerta.

-¡Hola!- Saludó alegre.- ¿Están mis madres?

-Se fueron a tomar algo con mi padre a una cafetería.- Respondió echándose a un lado para que su amiga entrara en casa.

-Joder, hacen más planes que nosotras.- Dijo antes de dejar un beso en la mejilla de la rubia.

-Ya ves. Lo que tiene tener cuatro exámenes por semana.- Cerró la puerta.- ¿Y tú qué haces aquí?

-Estaba en la biblioteca estudiando, pero ya terminé y como no quería quedarme ahí aburrida hasta que me fueran a buscar pues vine pensando que iban a estar. Pero vamos, ya veo que estos viven de puta madre.- Alba rio y comenzó a caminar hacia su habitación esperando que la morena la siguiera.

-Estoy haciendo deberes, pero puedes sentarte en la cama, si quieres.- Rocío asintió, a pesar de que la otra chica no pudiera verla. Cuando llegaron a la habitación, se tumbó boca arriba en la cama como si estuviera en su casa. En cierto modo, era así.

-¿Y qué asignatura haces?

-Matemáticas, pero esta vez lo llevo bien.- Rocío soltó una risita antes de ponerse boca abajo para poder mirarla.- ¡Que es verdad!

-Pero eso me lo dices siempre, Albi.- Se levantó y fue a sentarse en la silla que siempre quedaba libre junto a su amiga. Echó un vistazo a los ejercicios que llevaba hechos.- Estos dos los tienes bien, pero en los demás se te ha olvidado cambiar el signo. Lo tienes todo bien, pero donde te salen números positivos son negativos y viceversa.- Rocío levantó la cabeza para mirarla encontrándose con un puchero adorable.- ¡Oye, no!- Dijo dándole con el dedo índice en el labio.- Sí que se te está dando mejor que otras veces.

-Si fallo en eso, ¿me restan mucho en el examen?

-Bueno...

-Vamos, que sí.- La morena asintió.- Bueno, gracias por ayudarme. En los que me quedan me voy a fijar, ¿vale?

-Vale.- Respondió sonriendo. Cogió la larga melena rubia y la echó hacia un lado para darle un beso a Alba en la mejilla. Cuando esta se giró para sonreírle, sus labios casi chocan, por lo que ambas se separaron ligeramente. Fue la más pequeña la única que llegó a ruborizarse, así que volvió a centrarse en sus deberes antes de ser demasiado obvia.- Voy a volver a tumbarme, ¿vale?- Alba asintió y continuó concentrándose en las odiosas mátemáticas.

Habían pasado más de tres meses del cumpleaños de Rocío. Tres meses desde que ambas confesaron que sus sentimientos por la otra habían ido a más. Tres meses en los que habían dormido juntas varias veces, cada vez disimulando menos las ganas que tenían de estar en contacto. Tres meses desde que pensaban que sentir aquello estaba mal, que solo les traería problemas. Sin embargo, esa misma noche descubrirían lo contrario.

-Joder, por fin.- Suspiró casi media hora después.

-¿Ya?- Preguntó Rocío incorporándose. Alba respondió afirmativamente al mismo tiempo que cerraba los ojos y movía la cabeza para destensar los músculos del cuello.

-¿Me haces un hueco?- Se levantó y caminó hacia la cama.

-Claro.- La morena se echó hacia un lado, dejando el espacio suficiente para que Alba entrara junto a ella. Sin embargo, esta se limitó a sentarse y llevar la mano izquierda a su hombro derecho.- ¿Te duele?- Preguntó Rocío estirando el brazo para acariciar la espalda de la otra chica.

-Se me carga mucho cuando hago deberes.

-¿Quieres que te haga un masaje?

-¿Qué? No, no.- Respondió muerta de vergüenza.

My youth is yours; albocíoDove le storie prendono vita. Scoprilo ora