capitulo 15

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Narra Alfred
Salí al patio a ver que estaba pasando, la verdad que nada bueno se me asomaba por mi cabeza. En mi mente se pasaban muchas cosas y me daba demasiado miedo. Ya estaban tardando mucho, cualquier cosa que estuvieran hablando  no tardarían tanto. Los peores pensamientos se asomaban una y otra vez por mi cabeza, quería darles intimidad y que hablaran de lo que tuvieran que hablar, pero no sé porque pero me importaba mucho que estuvieran a solas. Nunca me había sentido así, era algo parecido a celos, pero eso no podían ser celos ya que no sentía nada por ella. No se la razón ya que Amaia no es verdaderamente mi novia y no debería importarme lo que hace o deja de hacer con según que tíos, pero la pregunta era ¿Por qué sí que me importaba hasta tal punto de ir fuera a ver qué estaban haciendo? ¿Por qué había tenido ese tipo de sueño con ella antes de venir aquí? Al fin y al cabo era solo una chica que acababa de conocer y con la que no había hecho muy buenas migas en un principio. Así hice lo que me decía mi instinto y ojala no lo hubiese hecho nunca ya que lo que encontré era de todos menos agradable. Sé que puede resultar para cualquier persona una respuesta infantil, pero cuando los vi y vi que sus miradas se clavaban en mí solté lo primero que me vino a la cabeza.  No quería estar aquí. Sabía que sobraba aquí. Una vez más mi hermano me volvía a hacer más daño en donde más me dolía. Ya me había pasado con mi última novia ya que la encontré con él en la cama.  Nada más ver esa escena me acordé de eso así que no pude evitar querer salir de allí y así lo hice.
Me fui corriendo, fui hacia el baño ante la atenta mirada Raoul y Aitana que menos mal me dejaron mi espacio y no hicieron preguntas ya que creo que entendieron que en estos momentos lo único que quería era estar solo. Me sentía fatal. No sabía que algo me podía afectar tanto como lo estaba haciendo esto. No sabía que Amaia me importaba de esta manera para sentirme así, pero sin embargo así era ya que si no me importara no estaría llorando de la manera que lo estaba haciendo en estos momentos.
Estuve un rato desahogándome y me encontraba un poco mejor aunque no entendía muy bien porque esto me había molestado tanto, al fin y al cabo no éramos nada, no paraba de repetírmelo en mi cabeza, pero nada parecía tener efecto en mis pensamientos. Además aunque hubieran sido otras las circunstancias en las que nos hubiéramos conocido una chica como ella jamás se fijaría en un chico como yo y obviamente si se fijaban en Luis. Esto era algo con lo que siempre me había tenido que enfrentar, pero esta vez parecía que me importaba más que otras veces.
En ese momento escuché su voz, sinceramente era con la persona que menos ganas tenía de hablar de todos, pero ahí estaba ella intentando hablar conmigo. Yo lo único que quería era desaparecer y no escuchar hablar de nada lo relacionado con ella pues al fin y al cabo ella estaba siendo la causa de mi sufrimiento, pero no podía hacer nada para que se fuera de allí ya que eso significaría enfrentarme a la realidad y eso me costaba demasiado ahora mismo ya que me encontraba sin fuerzas.
Aunque no tuviera muchas ganas de hablar con ella el hecho de que ella hubiera querido venir a hablar conmigo era un paso bastante grande y lo valoraba mucho, ya que ella no es una persona que vaya pidiendo perdón a todo el mundo, pero no podía decir nada así que me quedé petrificado.
Yo era muy consciente de que ella tenía mucho orgullo y si había venido a hablar conmigo algo le importaba ¿No? No sé si eso era lo que yo quería pensar en mi mente o era realmente verdad que le importaba algo. Todas estas dudas se aparecían en mi mente en estos momentos y no encontraba ninguna respuesta.
En ese momento escuché como ella explicaba todo y me quedé sin habla, no dije nada, pero de pronto escuché como empezaba a llorar.  Fue escucharla llorar y empecé a sentirme mucho peor que al verla con  él. Me sentía miserable por no haber sido capaz de responder nada ante lo que me había dicho. No me gustaba que llorara y mucho menos ser yo la razón de su pena, es verdad que me había hecho daño, pero más daño me estaba haciendo el verla sufrir de esa manera por mi culpa. Así que no pude evitar hacer lo que hice en ese momento.
Rápidamente salí del baño para verla y no pude evitar darle un abrazo. Sentí que tenía que protegerle de cualquier peligro no causarle tormento como había hecho sin quererlo por su preocupación hacia mí.
No sé cómo lo hacíamos, pero nos estábamos haciendo mucho daño mutuamente sin poder evitarlo, pero a la vez ese abrazo sanaba nuestras almas de una manera muy complicado de describir. Casi parecía surrealista que hace un momento fuera yo el que estaba sufriendo por ella y ahora fuera al revés. Los dos nos necesitábamos demasiado. No sé porque ese abrazo me había hecho sentirme de una manera inimaginable, así que no pude evitar decirle una palabra que me salió desde lo más profundo de mi corazón.

Amor pactado (Terminada Y Editando )Where stories live. Discover now