capitulo 42

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Narra Alfred
Al instante siguiente de decir esas palabras me arrepentí. Yo realmente no quería decirlas, ella me importaba y mucho, pero fue decirlas y el semblante de su cara cambió al instante.
Cuando dije esas palabras ella me contó toda la verdad sobre ese día y sinceramente la creo e incluso cuando las dije me vino un ápice de esperanza ya que me acababa de reconocer que sentía cosas por mí, pero menudas fueron las condiciones en las que lo dijo. Cuando podríamos haber estado felices por fin y manteniendo una relación real más allá del contrato voy y no la dejo hablar y le digo esas palabras.
Obviamente que no me gustó nada lo de Diego, pero fue decirlas y fue como si se me olvidara todo eso. Amaia no era de las personas que reconocía las cosas y el hecho de que para ella también hubiera significado esa noche tanto como para mí era lo mejor del mundo...
Pero claro el hecho de que ahora por mi culpa no pudiéramos estar juntos de verdad no hacía más que hacerme más y más daño.
Cuando llegué a mi casa todavía no había llegado mi hermano y por una parte me alegré. No tenía ganas de darle explicaciones sobre lo ocurrido aunque era consciente de que tendría que hacerlo...
Mi hermano había quedado con Aitana y me alegraba mucho por él ya que desde que la conoció lo veía mucho más feliz y bueno es mi hermano pequeño y siempre querré lo mejor para él.
Lo bueno de esto era que como Raoul era tan bueno jugando al fútbol lo había fichado el real Madrid castilla y eso significaba que se venía a vivir conmigo al piso. Obviamente mi piso era muy pequeño para que cupiésemos los dos, pero compraríamos otro y así poder vivir lo más cómodo posible.
Decidí escribirle un mensaje a Amaia para ver si cuando estaba más tranquila me lo contestaba, pero tenía cero esperanzas de que lo hiciera.
Alfred: bueno amaia, sé que estás enfadada, soy muy consciente de ello, pero deberías escucharme. Esas palabras que dije no las dije pensando. Era mi enfado el que hablaba. Ahora mismo no hay ningún momento en el que no me arrepienta de haber dicho eso.
Para mi significas mucho, más de lo que nunca hubiera podido pensar y me duele el no poder hablarte, oírte, besarte...
No sé lo que tienes amaia romero, pero haces que me vuelva loco. Yo sé que todo esto empezó por un contrato, pero yo realmente ahora no lo veo así, te necesito más de lo que necesité a nadie nunca y no creo que nunca más lo haga de esta forma.
Espero que leas este mensaje y me des una oportunidad o al menos dejarme hablar y explicarte todo esto.

Escribí esto y la verdad es que pensé muy detenidamente si borrar o no el mensaje. Me había costado mucho escribirlo, así que lo envié.
Era bastante tarde, pero necesitaba despejarme así que salí a correr. Necesitaba que me diera un poco el aire en la cara.
Cuando llegué de correr me encontré con un mensaje de Raul que me citaba mañana para hablar de negocios. La verdad es que no podía dejar de pensar en si vería a amaia. Ojalá que sí, pero si la veía no sabía cuál iba a ser su respuesta. Bueno a quien queremos engañar sí que la sabía, pero me daba mucho miedo verla actuando así conmigo. Es verdad que al principio actuaba de una manera no muy buena conmigo, pero después de haberla sentido tan cerca mía y de la manera tan bonita que me había tratado se me hacía imposible verla así...
Al fin llegó Raoul a casa y venía con una sonrisa de oreja a oreja. Hay que ver lo que puede llegar a cambiar la vida de una persona en apenas unos momentos. Antes de quedar con ella era yo el que estaba muy enfadado con ella, sin embargo ahora era ella la que no podía ni verme. Supongo que me estaba bien merecido por no escucharla y seguir con el enfado. Algunos lo llaman karma, yo lo llamo mala suerte, pero da igual como lo llamemos que termina siendo lo mismo...
Raoul me contó que todo con Aitana iba genial e incluso le iba a pedir que fuera su novia. Desde luego que este niño era adorable cuando se lo proponía ya que iba a pedírselo de una manera súper romántica.
Un poco de envidia sí que me dio ya que yo con amaia nunca había tenido eso, ya que estaba siempre el estúpido contrato de por medio y con ello miles de dudas.
Cuando llegó la hora de dormir me acosté, pero no podía evitar pensar en lo que podría haber sido y no fue y en como hubieran cambiado las cosas si hubiera estado más callado de lo que lo hice.
Después de dar mil vueltas en la cama acabé por quedarme dormido y por fin lo conseguí, pero después pasó muy poco tiempo hasta que sonó el despertador para ir a ver a Raul y ojalá que a amaia también.
Me miré al espejo y tenía unas ojeras bastantes considerables y es que de hecho el no dormir me afectaba más de lo que era capaz de reconocer. Cuando yo no dormía hacia que estuviera de mal humor durante todo el día, aunque sin embargo ahora era más tristeza que simple enfado.
Me puse unos vaqueros y mi camiseta levin blanca. No tenía muchas ganas de comerme la cabeza pensando lo que iba a ponerme. Tenía miles de cosas en las que pensar que eran mucho más importantes que esta.
Mientras estaba desayunando la verdad es que me quedé mirando al horizonte en varias ocasiones y es de hecho cuando tenía algo que me preocupaba tanto solía pasarme.
Cogí la moto ya que necesitaba despertarme y que me diera un poco de aire en la cara. Me encantaba la libertad que se siente cuando la cojo, ya que es como si nada malo fuera a pasarme.
Llegué al edificio de universal y subí las escaleras como había hecho en múltiples ocasiones, pero esta vez lo hice de otra manera. Tenía la esperanza de verla, pero también el miedo por ver cómo me despreciaba. Lo que me daba más coraje de todo esto es que si me despreciaba era con todas las razones del mundo ya que nadie se merecía que le dijeran las palabras que yo le dije a ella.
Seguí subiendo las escaleras, y entonces la vi. Tenía un peinado desenfadado e iba con uno de sus vestidos que mejor le quedaban. Estaba guapísima, pero había algo que le faltaba en su rostro y era su sonrisa habitual. Esa sonrisa de la que me había enamorado y ese brillo en sus grandes ojos castaños que no dejaban de brillar cuando habla de algo que le gustaba.
Me puse al lado de ella e intenté hablarle.
Alfred: hola...
Como es de imaginar no obtuve ninguna respuesta de ella. Eso no me sorprendió lo más mínimo, pero aun así me dolió y mucho...
Raul nos hizo una señal para que ambos entráramos allí. Yo le seguí con paso firme. Tampoco quería que esto durara mucho y por el semblante de ella diría que estaba pensando igual que yo.
Raul: bueno amaia tú ya lo sabes, pero bueno se lo voy a decir también a Alfred lo que te conté
Amaia: si ya lo sé no se para que has hecho que viniera
Raul: no empecemos que ya sabes la respuesta a eso
Amaia miró para el otro lado mientras Raul seguía hablando
Raul: bueno Alfred. Después de este tiempo de supuesto noviazgo las redes arden deseando una colaboración de ambos y ahora es el mejor momento para ello. Esto impulsaría mucho tu carrera y la de ella y es la mejor oportunidad que podríais tener.
Alfred: pero...
Raul: no hay peros que valgan
La idea de hacer una canción con amaia me gustaba mucho aunque por otra parte estaba el enfado de ella. Sabía que era muy cabezota y más cuando se trataba de un enfado, ya que una vez me dijo que ella era incapaz de perdonar.
Me daba mucho miedo el hecho de que nunca consiguiera que me perdonara...
Raul: la idea es que ahora intentemos escribir algo de la canción. A ver si vosotros tenéis alguna idea.


Amor pactado (Terminada Y Editando )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora