VII

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11:08 a.m.
13/03/2019

Dave:

Domingo. Pienso en que debería cambiarle el nombre a este día. Domingo. En realidad pienso mucho y muchas cosas sin sentido. Sin sentido para el mundo tal vez. Pero con mucho más sentido para mi mente que para mí. Porque sí, mi mente es independiente, es algo así como otro yo pero dentro de mí.

Estoy acostado mirando hacia arriba. Diría mirando al techo pero en realidad miro las tablas de la cama de arriba. Aunque es mitad y mitad porque no tiene colchón así que en teoría también estoy mirando al techo.

La casa está en silencio. Hay dos opciones, Graciela está durmiendo -cosa que no creo porque esa mujer se levanta antes que el sol salga- o Graciela no está. Efectivamente no está, no me levanté a fijarme porque no es necesario que lo haga, sé que no está.

Los domingos estoy solo. Los domingos son mi día digamos, aunque siempre depende de mi mente, ella tiene cada ocurrencia. Graciela se va quién sabe dónde y no vuelve hasta eso de las 09:00 p.m. No sé a qué hora se va concretamente, aunque supongo que no muy temprano ya que primero me deja la comida lista. Por suerte no me despierta temprano, al menos no los domingos.

Pero en fin, "Domingo". Sigo acostado de igual forma. Domingo es lo único que escucho en mi cabeza. Quiero cambiarle el nombre a estos días porque ya no son domingos, no como antes; no como los que me gustaban.

Domingos eran esos en los que despertaba cuando el sol me daba en la cara porque mamá levantaba la persiana de la pieza y con una sonrisa y un beso me daba los buenos días. Domingos eran cuando salía al patio y papá estaba preparando el Asado mientras los abuelos sentados en sus sillones contaban historias de sus épocas. Domingos eran las reuniones familiares donde todos reíamos y siempre un tío se emborracha. Domingo eran los cumpleaños, las risas y las despedidas al anochecer cuando todos se tenían que ir.

Esto no es un domingo. Bueno sí pero no como esos en los que tenía 8 - 9 años, esos en los que era feliz sin saberlo. Sin embargo estoy acá, acostado mientras el silencio invade toda la casa y todo mi ser.

Cuento hasta tres para levantarme, admito que soy muy perezoso. Me cepillo los dientes y lavo la cara. Me veo al espejo y veo que tengo todas marcas en la cara y un hilo de baba seco. Señal que dormí bien, creo.

Me buscó ropa para ir a ducharme y así arrancar el día pero antes pongo un poco de música para romper con el silencio que ya me está aturdiendo.

~

12:53 p.m.

Cuando terminé de bañarme no tenía ganas de vestirme así que me enrollé la toalla a la cintura y ahora es así como estoy. Lo bueno de estar solo, puedo andar sólo con la toalla en la cintura, ir al baño con la puerta abierta... escuchar música sin necesidad de auriculares. También puedo cantar y bailar como diva sin ser juzgado o llorar sin tener que esconderme. En fin, ser libre; bueno no tan libre porque la mente nunca se calla.

Siento hambre lo que no desayuné así que voy a comer ahora. Espero que Gra se la haya jugado y haya preparado algo rico de comer. Voy a la cocina y me sorprende que no esté el táper sobre la mesada donde siempre me deja la comida. Me fijo en la heladera y tampoco hay nada preparado. Como última opción me fijo dentro del horno. ¡Mierda! No hay nada.

"Graciela no está
Graciela se fue
Graciela no me dejó que comeeeer" canto entre mí. Entiendo que Gra no es mi esclava ni mucho menos, peeeero ya me mal acostumbre a sus manjares.

En otra ocasión me aguantaría hasta la noche con tal de no cocinar pero ahora tengo mucha hambre. Me comería el paquete de fideo crudo, sin abrir. Bueno no tan así pero, sí tengo hambre.

No es que no me guste cocinar, sino que no me gusta tener que lavar las ollas, platos y cubiertos después. Con tal de no lavar soy capaz de no comer pero como ya dije, tengo hambre así que voy a "cocinar". Más que cocinar, inventar.

~

01:36 p.m.

Estoy comiendo. Más que comiendo, tragando porque me salió muy malo el fideo. Soy un fracaso, 17 años y ni un fideo sé hacer. Todos pegados me salieron, encima me olvide de ponerle sal. Por suerte encontré un caldito de verduras en la heladera -que tal vez estaba vencido- y se lo puse para darle un poco de sabor. De todas formas está incomible. Chef: Tachada de mis posibles futuras carreras.

Quise hacerme el canchero y puse a preparar el fideo mientras "hacía" una salsa. En mente el plato se veía exquisito, pero lo que me salió fue desastroso. La salsa no sé como pero se me quemó y por prestarle atención a eso es que se me pegaron los fideos. Solo faltaba incendiar la casa. Video tutorial en YouTube de como cocinar fracasó.

Ahora me queda terminar de comer esto y limpiar todo el desastre que hice. Aunque pensándolo no me quejó. Bueno sí me quejó pero no ya que es lo único que tengo para hacer. Es muy aburrida mi vida y aún más los domingos.

~

17:21 p.m.

Cuando ya había limpiado y acomodado todo me puse a terminar la tarea para química. No era más que un par de ejercicios de formación de sales así que lo terminé rápido.

Después me cambié de outfit, pasé de la toalla en la cintura a un short, una remera mostaza y unas ojotas, para ir al quiosco. El quiosco está a una cuadra en una casa y siempre está abierto. Marcos, el quiosquero, cuando me vio fue directo a los alfajores; el señor me conoce y sabe que siempre lo molesto a la siesta solo por un alfajor. Me compré un alfajor -como siempre- porque tengo alma de gordo y lo dulce es mi debilidad. Precisamente el chocolate.

Ahora estoy, hace una hora, tirado en el suelo haciendo nada más que escuchar la música de la radio. Muchos de mi edad, por no decir todos, desprecian la radio porque la toman como algo antiguo o para viejos; pero pasan buena música. O al menos música que a mí me gusta. Solo hay que saber que radio 'sintonizar', diría Graciela, porque es cierto que algunas son puro chámame.

En estos momentos quiero un celular, son pocas las veces que me pasa, pero extraño tener celular. Fui un idiota al romperlo. Todo por no saber controlarme. Leí un mensaje, me dio bronca y lo azote. Juro que después de romperlo me odie. Aunque debo admitir que no tener celular en cierto punto es bueno. No estoy todo el tiempo pendiente de los demás o de algo, tengo más tiempo para conectarme con lo real. Escribo, dibujo, en fin tiene sus pros y sus contras.

Ciertamente no me queda nada más por hacer más que esperar a Graciela y eso no es bueno, no para mí. Cuando no estoy ocupado en algo es cuando todo se desvirtúa, es cuando mi mente empieza a hablar y controlarme. Imagino cosas y hago cosas que no quiero. Cuando estoy solo como ahora es cuando me atormenta, me atormento. Y me pido perdón pero no puedo evitarlo.

~

19:36 p.m.

Me tiembla el cuerpo y veo sangre, mía.

Brad te necesito.   

Friends. [En Pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora