*El Trato*

19.5K 1.6K 2.7K
                                    

Si Kreacher había podido escapar de un lago lleno de inferis, confiaba en que la captura de Mundungus le llevaría unas pocas horas como mucho, y rondé por la casa toda la mañana en un estado de máxima expectación.

Sin embargo, Kreacher no volvió esa mañana o siquiera esa noche.

A la puesta de sol, me sentía desaminada y ansiosa, y la cena compuesta mayormente por pan mohoso, sobre el que Hermione había intentando una variedad de Trasfiguraciones sin éxito, no ayudaron en nada.

Kreacher no volvió al día siguiente, ni el día después de ese.

Sin embargo, dos hombres encapuchados habían aparecido en la plaza fuera del número doce, y se quedaron allí en la noche, mirando fijamente en dirección a la casa que no podían ver.

-Mortifagos, seguro. ¿Seguro que no saben que estamos aquí?- preguntó Ron, mientras mirábamos por la ventana.

-No creo, o habrían enviado a Snape a por nosotros, ¿verdad?- dijo Hermione.

-¿Creéis que ha estado aquí y tiene la lengua atada por la maldición de Moody?- preguntó Ron.

-Si, de otro modo habría podido decirles como entrar aquí, ¿verdad? Pero probablemente estén vigilando para ver si aparecemos. Sabían que Harry es el dueño de esta casa, después de todo.- dije.

-¿Cómo lo... ?- empezó Harry.

-Los testamentos de magos son examinados por el Ministerio, ¿recuerdas? Saben que Sirius te dejó este lugar.- dijo Hermione.

La presencia de los mortifagos fuera incrementó el humor amenazador dentro del número doce.

No habíamos tenido noticias de nadie que estuviera más allá de Grimmauld Place desde el patronus de Arthur, y la tensión empezaba a pasar factura.

Inquieto e irritable, Ron había desarrollado el molesto hábito de jugar con el Desiluminador en sus bolsillos.

Esto enfurecía particularmente a Hermione, que había abandonado la espera por Kreacher para estudiar Los Cuentos de Beedle el Bardo y no apreciaba la forma en que las luces seguían encendiéndose y apagándose.

-¡Quieres parar!- gritó la tercera noche de ausencia de Kreacher, cuando todas las luces se apagaron de nuevo en el salón de dibujo.

-¡Lo siento, lo siento! ¡No sé qué estoy haciendo!- dijo Ron.

-¿Bueno, puedo sugerirte que encuentres algo útil en que ocuparte?- dijo Hermione.

-¿Algo como leer cuentos para niños?- dijo irónicamente Ron.

-Dumbledore me dejó este libro, Ron...- dijo Hermione.

-... y a mí me dejó el Desiluminador, ¡quizás se supone que tenga que usarlo!- Incapaz de soportar la pelea, salí de la habitación sin que lo notara niguno de los dos junto con Harry.

Me dirigí escaleras abajo hacia la cocina, la cual seguía visitando porque estaba segura de que era allí donde era probablemente aparecería Kreacher.

A medio camino, sin embargo, oí un golpe en la puerta delantera, después chasquidos metálicos y el rechinar de la cadena.

Todos los nervios de mi cuerpo parecieron tensarse.

Saqué mi varita, adentrándome en las sombras junto a las cabezas de elfos decapitados, y esperé.

La puerta se abrió.

Vi un destello de luz de las farolas de la plaza de abajo, y una figura encapuchada se adentró en el vestíbulo y cerró la puerta tras ella.

El intruso dio un paso hacia adelante y la voz de Moody pregunto. "¿Severus Snape?".

La Hermana de Ron Weasley (Draco Malfoy y tú) //7//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora