*La espada de Gryffindor*

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Algo brillaba a la luz de las varitas, y nos acercamos, pero todo lo que allí había era una pequeña y congelada charca, su agrietada superficie negra brilló cuando alzcé aún más alto la varita para examinarla.

Me adelanté cautelosamente y bajé la mirada hasta ella.

El hielo reflejaba las sombras distorsionadas de Harry y las mías y los rayos de las varitas, pero en lo profundo, bajo el grueso y brumoso caparazón gris, algo más brillaba.

Una gran cruz plateada...

El corazón me saltó a la boca.

Harry cayó de rodillas en el borde de la charca e inclinó la varita en un ángulo que inundara el fondo de la charca con tanta luz como fuera posible.

Un destello de rojo profundo... era una espada con relucientes rubíes en la empuñadura... la espada de Gryffindor yacía en el fondo de la charca de un bosque.

¿Cómo era esto posible?

¿Cómo podía haber llegado a yacer en una charca del bosque, tan cerca del lugar en el que acampábamos?

¿Alguna magia desconocida había arrastrado a Hermione a este lugar, o era la cierva, a la que había tomado por un Patronus, algún tipo de guardián de la charca?

¿O la espada había sido puesta en la charca después de que llegáramos, precisamente porque nosotros estábamos aquí?

Apuntó la varita hacia la forma plateada y murmuró.

-Accio espada.- apunté la varita hacia la forma plateada.

No se movió.

No había esperado que lo hiciera.

Si hubiera sido tan fácil, la espada habría estado tirada en el suelo para que la recogieramos, no en las profundidades de una charca helada.

Me paseé alrededor del círculo de hielo, pensando con fuerza en la última vez que la espada se había entregado a sí misma a mí.

-Ayuda.- murmuró Harry, pero la espada permaneció en el fondo de la charca, indiferente, inmóvil.

*Solo un verdadero Gryffindor podría haber sacado eso del Sombrero.*

Dejé de pasearme y dejé escapar un largo suspiro, mi vaporoso aliento se dispersó rápidamente en el aire congelado.

Sabía lo que tenía que hacer.

Miré de nuevo a los árboles circundantes, pero estaba convencida de que nadie iba a atacarnos.

Habían tenido su oportunidad cuando caminábamos solos a través del bosque, había habido muchas oportunidades mientras examinábamos la charca.

La única razón para retrasarlo era que la perspectiva de la acción inmediata era muy poco invitadora.

-Diffindo.- susurré agrietando el hielo, dándole paso a Harry para que fuera a recuperar la espada de Gryffindor.

*Yo no pienso meterme ahí por ninguna razón, no estoy ni tan loca ni tan desesperada para hacerlo.*

Se agrietó con un sonido parecido al de disparar una bala en el silencio.

La superficie de la charca se rompió y trozos de hielo oscuro se mecieron sobre el agua se ondeaba. Por lo que podía juzgar, no era profunda, pero para recuperar la espada Harry tendría que sumergirse completamente.

Harry se acercó al borde de la charca y colocó la varita de Hermione en el suelo, todavía encendida.

Después saltó.

La Hermana de Ron Weasley (Draco Malfoy y tú) //7//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora