Capitulo 1.

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Septiembre de 2006.

— ¡Mama, mama! — los gritos de Tommy Paddington retumbaron en el lago Big Bear esa mañana de principio de otoño.

Tommy, un niño de diez años, extremadamente delgado y demasiado alto para los años que tenia, corría a toda prisa en medio del bosque, mientras dejaba escapar su aliento en cada zancada.

La pequeña cabaña que su familia había alquilado para pasar el fin de semana, con la intención de pescar y cazar liebres o algún que otro venado, parecía no aparecer nunca antes sus ojos. Cuando por fin la diviso, tampoco aminoro la marcha. Penny, su hermana mayor, le salió el encuentro.

— ¡Por Dios, Tommy! ¡Vas a alarmar a todo el mundo! — le grito y frunció el seño.

Antes de subir los escalones de madera, Tommy se detuvo en seco para poder recuperar el aire.

 — ¿Dónde está mama? — Tommy hizo caso omiso a las quejas de su hermana y se escabullo en la cabaña antes de que ella lograra sujetarlo del brazo. Corrió hacia la cocina y se abalanzo sobre el regazo de su madre.

— ¡Tommy, cariño! ¿Qué sucede?, ¡Tu padre y yo pensábamos que estabas peleando con tu hermana!

Christine Paddington acomodo los mechones rojizos de su hijo más pequeño detrás de sus orejas, y le apoyo una mano en el pecho.

— ¡Tu corazón está realmente acelerado! — dijo, y comenzó a preocuparse, sin duda, no se trataba de ninguna de las rabietas que él y Peeny estaban acostumbrados a tener.

— ¿Qué sucede, Tommy? — Pregunto su padre mientras probaba un pedazo de pastel —. Creía que iba a poner algunos señuelos esta mañana, estoy ansioso por ir a cazar.

Tommy respiro hondo y lanzo sendas miradas a sus padres.        

— ¡Mama, papa! — Estiro el brazo y señalo hacia afuera —. ¡Hay un joven allí, creo que esta muerto— Burt Paddington se levanto de un salto, y la silla termino estrellándose contra el suelo.

— Tommy, ¿qué dices?

— ¡Lo he visto, papa! — aseguro y abrió sus ojos azules como platos. Christine lo sujeto de los hombros y lo obligo a mirarla.

— ¿Dónde?

 — En el bosque, junto al tronco caído — explico.

 Christine y su esposo se miraron un instante, ambos eran conscientes de que Tommy tenía una imaginación bastante activa, pero también sabían que su hijo jamás inventaría semejante historia, solo con la intención de jugar con ellos.

— Sera mejor que vayamos a echar un vistazo. — Burt se puso su viejo sombrero de fieltro y, tras pedirle a su esposa que se quedara con Penny e la cabaña, tomo la escopeta que colgaba en la pared y salió en compañía de su hijo.

Padre e hijo caminaban rápido por el sendero donde, segundos antes, Tommy había aparecido corriendo desesperado. Iban impulsados, sobre todo, por la ansiedad de descubrir lo que les estaría esperando en medio de aquel bosque.

— Ya falta poco — murmuro Burt y se abrió camino a través de unos matorrales —. ¿Estás seguro de que era por aquí?

— Si, papa — Tommy se puso la mano sobre la frente porque los rayos del sol le estaban dificultando la visión —. El estaba allí, junto al árbol caído.

Cuando por fin el árbol al que Tommy se refería apareció entre sus ojos, Burt Paddington se sintió embargado por una sensación inquietante. ¿Y si el muchacho que Tommy había visto estaba muerto? No quería ni siquiera pensar en esa posibilidad. Lanzo un vistazo a su hijo, y con ambas manos, apretó la escopeta contra su pecho. Se cercioro que estuviera cargada y lista para ser usada, en caso de necesitarlo. Cualquier cosa podía suceder en un lugar como aquel.

Don't Forget Me (Larry Stylinson) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora