Capitulo 18.

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El partido entre los Falcons y los Sharks de San José había entrado ya en el segundo periodo. Ganaban los locales dos a uno y había una marcada diferencia entre los dos equipos. Jessie estaba entusiasmado con el juego y se levantaba de su asiento cada vez que algún jugador cometía una falta o era sancionado. A su lado, Mónica se limitaba a calmarlo t decirle que estaba haciendo el ridículo.

Harry y Louis estaban sentados juntos a sus vecinos pero el noto, casi de inmediato, lo que menos llamaba la atención de Harry era el partido; ni si quiera había celebrado los dos goles. En cambio, continuaba con su rol de novio perfecto y su brazo se extendía sobre el hombro de Louis; era tan largo que sus dedos llegaban hasta su pecho. El temía que Harry pudiera sentir como su corazón había comenzado a palpitar alocadamente dentro de su pecho. Su mano no se movía, pero el calor que emanaba traspasaba la tela gruesa de su sudadera y le quemaba la piel.

Harry estaba atento a la multitud que había asistido a ver el partido pero no olvidaba donde estaba su mano. Tuvo que reprimir varias veces el impulso de acariciar la curva de su cuello para luego sujetarlo del rostro con suavidad y besarle la boca.

Se dijo que lo hacía por el simple hecho de no levantar sospechas con sus vecinos. En el edificio, todos creían que eran novio y era mejor que continuaran creyéndolo. Sin embargo, por más que se engañara, sabía que lo hacía porque quería hacerlo, porque cualquier excusa era buena para estar cerca de Louis.

De repente, un niño que sostenía un enorme vaso de refresco de cola llamo su atención. Tenía el cabello rojizo y llevaba una sudadera de los Falcons; coincidía con la descripción del niño que había entregado la caja. Siguió buscando entre la multitud, pronto descubrió que no era el único niño pelirrojo dentro del pequeño estadio.

Contabilizo cuatro en total, pero solo dos llevaban la insignia del equipo que iba venciendo.

Louis noto la expectativa en el rostro de Harry, sabia cual era su verdadera misión al asistir a aquel partido.

— Vuelvo en un momento Louis — le dijo y se puso de pie.

Louis no tuvo más remedio que quedarse sentado en la grada a esperarlo.

Lo observo se alejaba y caminaba hacia la grada ubicada frente a ellos. Se acerco a una mujer que estaba acompañada por un niño pelirrojo. Desde allí vio que Harry le mostraba su placa y el rostro de la mujer se puso pálido. Luego se dirigió al niño y, después de hablar un momento con él, los dejo que siguieran disfrutando del partido. A juzgar por la expresión en el rostro de Harry, aquella charla no había sido positiva.

Lo vio dirigirse hacia otra grada ubicada a un costado y acercarse a otro niño pelirrojo; este, como el anterior, llevaba una sudadera de los Falcons. Estaba acompañado por un hombre que Louis supuso seria su padre. Una vez más, Harry saco su placa y después de intercambiar algunas palabras con el niño y con el hombre sentado junto a él, se alejo y regreso a su lugar. Esa vez su rostro denotaba satisfacción.

— ¿Has tenido suerte? — pregunto Louis mientras se sentaba junto a él.

— Si, el segundo niño con el que he hablado es el mismo que entrego la caja en tu casa. Ira mañana mismo a la comisaria para que lo interroguemos y para ver si reconocer a Josh Cuthbert — le informo y lo tomo de la mano.

— Harry, ¿es realmente necesario? — Gruño Louis y miro sus manos unidas.

Harry lo miro y luego observo con el rabillo del ojo a Mónica y su marido.

— Debemos hacerlo, cariño. — Esbozo una sonrisa seductora —. Considéralo como parte de mi trabajo.

Trabajo. Louis lo sabía, el siempre había formado parte de su trabajo, sin embargo, escucharlo de sus propios labios era mucho más doloroso aun. ¡Y Louis que creía que existía un vínculo especial entre ellos! “Reacciona de una maldita vez, Louis”, se dijo para sus adentros. ¡No imagines lo que no es! Tal vez Harry Styles, además de ser un competente detective, era un excelente actor que representaba su papel frente a sus vecinos. Se pregunto si no había estado actuando con él desde el principio. Prefirió no responderse, porque la respuesta a aquella duda era demasiado dolorosa.

Don't Forget Me (Larry Stylinson) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora