Capitulo 26.

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La sala de espera del consultorio del doctor Foster estaba vacía cuando Harry y Louis llegaron aquella mañana, quince minutos antes de su cita. El psicólogo les había hablado por un intercomunicador y les había hecho pasar, no sin antes pedirle que aguardaran un instante.

Louis se sentó en una silla y Harry prefirió quedarse de pie a su lado. Estaba nervioso; sin embargo, saber que Harry estaba con él había disipado los temores que siempre había tenido ante la idea de someterse a un tratamiento de hipnosis.

Un par de minutos después, el hombre los convocó a su consulta. Caminaron por un estrecho pasillo y se detuvieron frente a una puerta de madera en la que se podía leer un letrero de bronce: “Max Foster. Doctor en Psicología”.

— Pasen.

Louis entro primero, seguido de cerca por Harry. El doctor Foster se levanto de su silla al verlos y se acerco a ellos.

— Detective Styles, señor Mitchell — saludo y extendió la mano —. Bienvenidos.

Louis noto que había mencionado el apellido que había adoptado después de su secuestro.

— Gracias, doctor Foster — respondió Louis y estrecho su mano.

— Doctor — saludo Harry y echo un vistazo al lugar. Había un gran ventanal que daba a la calle, pero las cortinas estaban corridas y dejaban el consultorio sumido en medio de la penumbra.

— Venga por aquí. — Los condujo hacia un sector apartado donde había un cómodo diván y una poltrona ubicada justo enfrente.

— Siéntese, señor Mitchell.

— Louis, si no es molestia — No se acostumbraba a que lo llamaran así.

El doctor Foster le sonrió mientras sus ojos, oculto detrás de sus gafas, lo observaban con atención.

— ¿Puede Harry quedarse conmigo durante la sesión de hipnosis? — quiso saber antes de aceptar definitivamente.

— No es lo habitual, pero dadas las circunstancias de su caso, creo que no hay ningún inconveniente. Solo deberá guardar absoluto silencio — subrayo y se dirigió a Harry.

— No se preocupe, le prometo que ni siquiera notara que estoy aquí — dijo mientras se sentaba en una de las esquinas del diván.

Louis se sentó a su lado y el doctor Foster le pidió, entonces que se recostara y cerrara los ojos.

— Se que prometí permanecer en silencio pero ¿puedo sostener su mano mientras usted lo hipnotiza?

 Max Foster suspiro resignado. — Supongo que tampoco será un inconveniente.

Louis le sonrió y busco su mano antes de cerrar los ojos.

— ¿Está nervioso?

Louis asintió con un leve movimiento de cabeza.

— Lo primero que debe hacer es tratar de relajarse. La hipnosis es solo una herramienta para que los pacientes recuerden incidentes por mucho tiempo olvidados. No encierra misterio alguno y no debe causarle ningún temor; solo se encontrara en un estado de concentración enfocada — comenzó a hablar más pausado —. Su cuerpo, lentamente, se irá relajando y su memoria se agudizara. Quiero que comience a respirar muy profundamente, con cada exhalación liberara la tensión y la ansiedad acumuladas.

Harry observaba con atención sin soltar la mano de Louis.

— Concéntrese en cada musculo de su cuerpo. — Su voz se había tornado más grave —. Relaje su rostro, afloje la mandíbula, descienda por los músculos del cuello, luego sus hombros y brazos. Pase por su espalda y su estomago y siga hasta sus piernas, como si su cuerpo se estuviese hundiendo en el diván.

Don't Forget Me (Larry Stylinson) TERMINADATahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon