Don't Forget Me (Larry Stylinson) TERMINADA

Capitulo 5.

Capitulo dedicado a flywithdjmalik

Recostado en su cama dio mil vueltas aquella mañana. Apenas había logrado pegar ojo en toda la noche. La excitación y la adrenalina que corría por su cuerpo se lo habían impedido. Se había habituado a que el vértigo fluyera por sus venas y encendiera su sangre hasta quemarse incluso de quemarse con él, con Louis.

Era una sensación que lo acompañaba desde hacia tanto tiempo que no podía recordar cuando había comenzado con exactitud. Tal vez todo había empezado esa noche de verano, cuando por fin, se había decidido a dar el siguiente paso: el gran paso. Esbozo una sonrisa de complacencia, y el sol que entraba a través de la ventana ilumino su rostro y le hizo más perverso aun.

Recordaba el día que había visto a Louis por primera vez. Ese día nunca se lo podría quitar de la cabeza. Había sido para el cómo descubrir un mundo nuevo, un mundo que le había sido negado con crueldad. Era perfecto, con su cabellera castaña toda revuelta, sus ojos extremadamente azules como el mar y su cuerpo bien tonificado habían logrado captar su atención desde el primer momento. Adoraba escuchar su risa cuando pasaba por el pasillo de la universidad junto a sus amigos. Se conformaba con eso, lo poco que obtenía de el había sido suficiente al comienzo. Lo admiraba, lo amaba en secreto, como si hacerlo fuese un pecado. Louis ni si quiera lo miraba, jamás le había prestado atención; sin embargo, el sabia que Louis le pertenecía.

De un modo diferente, sagrado, Louis le había sido asignado para convertirse en el amor de su vida. Era un dios de carne y hueso, tan cercano y al alcance de la mano, y al mismo tiempo, parecía pertenecer a otro mundo, un mundo donde él no tenía cabida, porque simplemente, Louis desconocía su existencia.

Había ensayado muchas veces encerrado en su cuarto la manera de acercarse a el y hablarle de los sentimientos que despertaba dentro suyo, pero sus intenciones de hacerlo quedaban siempre en vanos intentos. Tenía miedo, miedo de hacer el ridículo frente a Louis y obtener solo su rechazo. Prefirió seguir amándolo y admirándolo desde la oscuridad, un lugar en donde se sentía cómodo y a salvo.

Pero un día todo eso cambio. Supo que todo había cambiado cuando lo vio abrazado a uno de los jugadores del equipo de baloncesto de la universidad. Podía sentir como se le desgarraba el corazón en pedazos mientras lo veía sonreír. Esa risa debía estar destinada solo para él y nadie más. Todos sabían que Louis era homosexual y que estaba orgulloso de serlo, el no tenía miedo de lo que dijeran los demás, era muy seguro de mi mismo y eso era algo que realmente admiraba de Louis. Cuando se dio a conocer en el campus que Louis estaba en una relación con alguien, el debía ser testigo de cómo le estaba siendo arrebatado la persona que había nacido para convertirse, un día, en su eterno compañero.

Quería compartir el resto de la vida con él, tenerlo a su lado, cuidarlo y amarlo como nadie más lo haría. Estaban hechos el uno para el otro y ningún deportista detendría la rueda del destino que había comenzado a rodar el mismo instante en que sus caminos se cruzaron por primera vez. Sintió rabia, celos, un anhelo incontrolable de apartarlo, no solo de quien se lo estaba robando, sino de todo el mundo también. Aborrecía que otro estuviera disfrutando con lo que le pertenecía solo a él.

Entonces decidió dar finalmente ese gran paso que una y mil veces había imaginado en su cabeza, noche tras noche, tumbado en su cama. Se había visto tantas veces hacerlo que sería la cosa más sencilla del mundo.

Era una noche calurosa y esperaba verlo salir de la biblioteca, como cada jueves, y observarlo bajar los ocho escalones que conducían a la calle con el garbo que lo caracterizaba. Había sido más fácil de lo que había pensado; iba y solo y la, parada de autobuses estaba desierta. El seguía contemplando mientras Louis hojeaba uno de los libros que sostenía en los brazos.