Capitulo 20.

1.4K 113 16
                                    

Harry atravesó el pasillo de la comisaria de policía a toda prisa. Llevaba casi meda hora de retraso y no estaba dispuesto aquella mañana de domingo a soportar las reprimendas de su compañera. Cuando llego a la puerta de la oficina que compartía con Rachel se detuvo un instante. Se arreglo el nudo de la corbata y se acomodo dos rizos que le caían sobre el rostro. Esperaba no ser demasiado obvio, pero le era difícil ocultar la dicha que sentía por dentro y que amenazaba con quedare expuesta en cualquier momento.

Sobre todo delante de su compañera a la hora de descubrir lo que pasaba en su interior era más eficiente que el mismo. El olfato detectivesco de Rachel Parker, sin lugar a duda, podía llegar a ser un arma de doble filo.

Entro por fin y la encontró sentada detrás de su escritorio leyendo unos papeles.

— Al fin, Styles — dijo y levanto la vista para poder observarlo —. Parece que se te han pegado las sabanas.

Harry desvió la mirada y camino hasta su escritorio.

— ¿Alguna novedad? — Se sentó y recostó la espalda en la silla —. ¿Ha llegado Jonathan Thomas?

Rachel cerro la carpeta que estaba leyendo y se levanto.

— No, no ha llegado todavía, pero tengo malas noticias — dijo preocupada.

A Harry se le hizo un nudo en la garganta. ¿Acaso Phil ya sabía lo que estaba sucediendo y le iban a comunicar, de forma oficial, que lo retiraban del caso? Se removió inquiero en la silla; de repente, el nudo de la corbata comenzó a molestarle demasiado.

— ¿Qué sucede? — hasta temía hacer aquella pregunta.

Rachel percibió su agitación.

— Las huellas de pisadas encontradas en la habitación de Austin Hodgins y en el sótano de Louis no concuerdan con las de Josh Cuthbert.

Podría haber respirado aliviado, pero aquella definitivamente no era una buena noticia.

— No pareces demasiado sorprendido — comento Rachel y frunció el ceño.

— No es solo lo que me acabas de decir. Es cierto que encontramos el bisturí en su casa, pero no tenía sus huellas, tampoco las encontramos en la cabina telefónica y su coartada se la da su propia madre.

— Que puede estar mintiendo. Después de todo, su hijo es lo único que tiene — alego Rachel y miro con atención a su compañero. Estaba extraño, demasiado nervioso tal vez.

Phil Conway entro en la oficina sin llamar.

— Muchachos, acaba de llegar el niño con su padre — les anuncio y volvió a salir.

— ¿Sucede algo? — pregunto Rachel —. Te has puesto pálido cuando ha entrado el jefe.

— No es nada, no te preocupes — se levanto de un salto —. Vamos, no perdamos tiempo.

En la pequeña habitación contigua a la salea de interrogatorio Jonathan Thomas y su padre los esperaban acompañados por un oficial. El niño parecía tranquilo, no así su padre.

— ¿Está seguro de que el sujeto no puede vernos?

— Sí, señor Thomas. — Lo tranquilizo Harry —. El no podrá verlos; tampoco sabe de su presencia aquí.

Rachel observo el niño pelirrojo sentado en el regazo de su padre.

— Hola, Jonathan. Mi nombre es Rachel. — Extendió la mano.

El pequeño la miro y extendió su pequeña mano hacia ella.

— ¿Eres policía?

— Así es.

Don't Forget Me (Larry Stylinson) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora