Epilogo.

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Dos meses después.

Louis respiro profundamente y dejo que la brisa que soplaba aquella tarde inundara sus pulmones. Apoyo los brazos en el balcón y sus ojos se posaron en la sortija que llevaba en el dedo anular de su mano.

Se había convertido en el esposo de Harry Styles tres días atrás y todavía le parecía estar viviendo un sueño, después de haber estado inmerso en una pesadilla que había durado más de cuatro años. Aquellos dos meses habían pasado demasiado rápido y, en ese momento, apenas podía detenerse a pensar en todo lo que había sucedido.

Harry se había pasado casi dos semanas en el hospital recuperándose de la herida en su abdomen. Todavía se le helaba la sangre cada vez que recordaba los momentos que habían pasado en aquel edificio abandonado.

Por fortuna, la policía y los paramédicos habían llegado rápido al lugar. Sonrió al recordar las reprimendas que había recibido Harry de su compañera  sobre no haberle avisado nada y haberse enfrentado a aquella situación él solo, arriesgando su propia vida. Harry había sabido calmarla con un apretón de manos y una de sus mejores sonrisas encantadoras.

Ese día, en el mismo momento en que Niall Horan casia al vacio, la pesadilla de Louis terminaba. Al menos la amenaza latente que sufrió por cuatros años había llegado a su fin. Después de aquella experiencia se despertaba por las noches bañado en un sudor frio.

Estiraba la mano, y entonces, se daba cuenta de que Harry no estaba con el porqué estaba internado en el hospital. Siguió los consejos de su hermana y volvió a a las sesiones de terapias.

Aquellas dos horas semanales, poco a poco, le fueron devolviendo la paz y el sosiego que su vida necesitaba. La terapia y Harry habían sido su motor para seguir adelante.

Cerró los ojos y pensó que, si algo malo le hubiese sucedido a Harry, el no lo habría soportado. Harry había puesto su vida en peligro para salvarlo. Sin detenerse a pensar en las consecuencias. Había permitido que Niall no lo hiciera participe de su juego. Le agradeció lo que había hecho por él y fue diario al hospital.

 Se quedaba durante todo el día y regresaba por las noches a casa, completamente agotado para acostarse a dormir junto a Sam y el pequeño Otelo II.

Lo amaba y le debía la vida.

Abrió los ojos cuando percibió su presencia. Se quedo allí, quieto. Le gustaba que Harry lo observara antes de acercarse.

Harry se recostó contra la puertaventana y se metió las manos en los bolsillos.

Una brisa ligera echaba el pelo desordenado de Louis hacia atrás, y Harry pensó, una vez más, que era la persona correcta para pasar a su lado por el resto de su vida.

Louis,  la persona que había comenzado a amar, casi sin darse cuenta, desde el primer encuentro: tan asustado y vulnerable. Su necesidad de protegerlo poco a poco se había ido convirtiendo en algo más profundo, más grande. Tan profundo y tan grande como el  amor que sentía por él.

No le había importado poner en vilo su propia vida por salvar la vida de Louis. Después de todo, si algo le hubiera sucedido a Louis, si lo hubiese perdido en manos de aquel loco, el dolor habría sido insoportable y ya la vida ya no habría sido jamás la misma.

Louis había estado junto a el mientras se recuperaba de su herida y sus cuidados eran la mejor recompensa por tanta angustia.

Su último día en el hospital seria inolvidable para ambos. Acostado en aquella cama y con el rostro todavía algo pálido le había pedido oficialmente que se convirtiera en su esposo.

Había contando con la complicidad de Kevin que se había encargado de traerle un anillo a escondidas. Se estremeció al recordar el asombro y la emoción en el rostro de Louis cuando le dio la pequeña cajita de terciopelo negro. No siquiera había necesidad de palabras; se habían mirado y eso había bastado.

Don't Forget Me (Larry Stylinson) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora