Capitulo 30.

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— La sangre con la que escribió el mensaje en el rompecabezas es de animal — le informo Rachel a Harry.

Louis permanecía en silencio en el asiento trasero del Mustang y escuchaba con atención.

— Los análisis del laboratorio indican que se trata, posiblemente, de alguna especie de felino — añadió.

Rachel no menciono nada, pero Louis sabía que era muy probable que aquel mensaje se hubiese escrito con la sangre de Otelo. Un escalofrió le bajo por la espalda y cuando Harry lo miro a través del espejo retrovisor supo que él pensaba lo mismo. Bajaron en el departamento de policía y volvieron a recurrir al helicóptero.

— Debemos atravesar la ciudad y llegar hasta las montañas. Por allí pasan las vías del tren que rodean la cabaña — dijo Harry a Louis.

— ¿Cuánto falta para llegar? — No estaba impaciente, pero deseaba terminar con aquello de una maldita vez.

— Unos tres cuartos de hora.

— ¿Por qué no intentas dormir? — sugirió Rachel y se dio media vuelta para mirarlo.

— No podría — le respondió mientras esbozaba una tibia sonrisa —. Estoy demasiado nervioso para pegar ojo.

Rachel asintió.

— Encenderé mi radio portátil, al menos un poco de música te ayudara a relajarte.

Louis asintió, aunque le daba lo mismo. Nada lograría quitarle la impotencia y el dolor que sentía en el pecho; bueno, tal vez, solo había algo que lograría que desaparezca por, aunque sea, un momento. Un abrazo de Harry. Pero había muchos policías y el debía guardar las formas.

Se recostó en el asiento y cerró los ojos. La melodía de una emisora country inundo un poco sus oídos.

Cada vez que el locutor detenía la música para hacer algún anuncio, su cuerpo se tensaba. El temor de que volvieran a anunciar que alguien dedicaba una canción al tal Boo Bear seguía latente.

 Abrió los ojos y noto que estaban descendiendo. Cuando el helicóptero se poso, descorrió la cortina de la ventana. Echo un vistazo fuera, Harry y Rachel estaban conversando. Se pregunto cuánto tiempo se había dormido en el aire. Se reincorporo en el asiento y, antes de bajarse, miro a su alrededor. El lugar estaba cubierto de matorrales y un pequeño bosque se erguía no muy lejos de allí.

Estaban parados al costado de lo que parecía ser un camino improvisado. Cuando Louis se bajo y se puso de pie, la diviso. Una cabaña de madera oculta entre unos cuantos pinos. Se quedo parado allí, incapaz de dar un paso.

Harry avanzo hacia él. — ¿Estás listo, lou?

Louis no le respondió, tampoco lo miro. Sus ojos zafiros seguían clavados en la pequeña construcción de madera que parecía que se iba a derrumbar de un momento a otro.

— Vamos. — Lo asió por la cintura y lo llevo a través del angosto sendero que conducía a la cabaña. Harry percibió como el cuerpo de Louis se tensaba de a momentos; caminaba a su lado pero parecía un robot, un muñeco que se movía sin voluntad. Miro a Rachel y ella se puso del otro lado para ayudarle a llevar a Louis hasta la cabaña.

Era el lugar, lo sabía aun antes de entrar. Durante los tres meses de su cautiverio, nunca lo había visto; sin embargo, podía sentir como cada milímetro de su cuerpo se estremecía de pavor con cada paso que daba.

Harry descorrió la lona que colgaba de la puerta y Louis se soltó de su brazo.

Harry se dispuso a abrazarlo de nuevo, pero Rachel le hizo señas de que no lo hiciera. Ambos se quedaron muy cerca de Louis y estudiaron su reacción. Aquello era algo que Louis debía enfrentar solo.

Don't Forget Me (Larry Stylinson) TERMINADATahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon