14.

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Abro los ojos de golpe y me topo con los de Zach. Se retira unos milímetros y mira hacia abajo. Después se le escapa una risita.

-Lo siento, Bolita- susurra.

Yo también bajo la vista. Bolita se ha despertado y nos mira, molesto.

-Le he aplastado un poco sin querer- explica Zach.- Por eso ha chillado.-

Bolita se gira para darle la espalda y trepa por mi cuerpo hasta colgarse de mi cuello. Levanto los brazos para sostenerlo y aprieta su carita peluda contra mi mejilla.

Zach se cruza de brazos.

-Diría que no le gusta que te toque- sugiere.- Esta celoso.-

-¿Celoso?-

Otra palabra que nunca había oído.

-Te pones celoso cuando ves que alguien que te importa hace algo con otra persona, que solo quieres que haga contigo, por ejemplo-

Eso lo entiendo sin problemas. Y además, recuerdo algo... no me gustó pensar que Zach supiera tanto de besar y procrear si eso significa que lo ha hecho con alguna otra chica.

Alguien que estuvo con él antes que yo. Quizás alguien que fue su compañera antes de que ese fuera mi lugar.

Me pierdo en su rostro mientras él acaricia a Bolita. Ojala supiera leer sus pensamientos tan bien como él lo hace con los míos.

Me pilla mirándole y sonríe.

-Ahora sí creo que deberíamos volver a la Base- anuncia.

Echo un vistazo fuera y me percato de que la tonalidad gris se ha oscurecido más aún.

-Esta anocheciendo...- murmuro, asustada.- Oh no...-

-Tranquila, llegaremos a tiempo.-

Se pone en pie de un salto y tan rápido como un parpadeo, apaga el fuego y recoge nuestras mochilas.

Me cuesta distinguirle en esta nueva oscuridad pero veo su mano frente a mí.

-Arriba- me dice.

Intento soltar a Bolita, pero sus patitas se aferran a mí con más fuerza. Tiro de él con delicadeza, y me responde con un gruñido.

Así que Zach tiene que ayudarme a levantar.

-Molly, no podemos llevarlo con nosotros.-

-¿Seguro que... no?-

-No querrás llevarlo, hazme caso- insiste.- Ya has visto lo que hacen en la Base con cualquier animal que llega.-

Los ojos se me abren de golpe e involuntariamente lo aprieto con más fuerza.

-¿Intentarían comérselo?-

La idea es tan repugnante que el estomago se me retuerce. No puedo ver bien la cara de Zach, pero su silencio es lo bastante claro.

-¡Sería horrible!- exclamo.- Tampoco quiero dejarle aquí.-

-Estará bien, pertenece al Valle ¿Recuerdas?- Siento que pone sus manos en Bolita que respira profundamente en mis brazos.- Podemos venir a visitarlo un rato cada día, cuando salgamos de misión.-

Supongo que es mejor que nada. No obstante, cuando Zach lo coge y siento que su peso y calidez abandonan mis manos, es como si ese vacío se alojara en mi corazón.

Tenía razón: a los animales se les coge cariño demasiado rápido.

Salimos de la cueva. El cielo sigue encapotado entre los huecos que dejan las copas de los árboles negros. Y aún así, puedo ver como la oscuridad se va abriendo camino en el cielo, por encima de esas nubes.

Patrullas del ExteriorWhere stories live. Discover now