Capítulo 2.

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Richie le dedica a Beverly un ceño fruncido como diciéndole: ¿qué haces tú aquí?, pero ella pasa olímpicamente de él.

—Vamos a la farmacia, tengo un plan— dice.

Bill la sigue sin rechistar. Como Bill la sigue también lo hace Eddie, y después Stan. Richie intenta ir pero lo detienen.

—Tu cuidalo.

Richie resopla fuerte.

—Claro, dejen al más útil afuera.

—Te la tienes muy creído— comenta Stanley.

Bill solo se ríe.

Entran a la farmacia y Richie mira a Ben con cierta incomodidad.

—Bueno...me alegro de haberte conocido antes de que mueras.

Ben alzó la mirada al cielo y suspiró. De entre todos, ¿por qué había tenido que encontrarse con ellos?

....

Gracias a Beverly, que distrajo al farmacéutico, pudieron escapar de la farmacia con las cosas necesarias para curar a Ben y sin gastar lo que no tenían.

Eddie se agachó rápidamente y, esquivando las bromas de Richie, inició la tarea de desinfectar la herida y luego vendarla.

Stanley lo observa hacerlo. Le sorprendió, de hecho. Eddie, que siempre se ve asustado o inseguro, actúa con madurez para ayudar a un chico herido. Sonríe sin darse cuenta y una extraña pero agradable sensación se revuelve en su estómago.

Cuando Eddie acaba, Ben le da las gracias. Beverly avisa entonces que tiene que marcharse.

—Espera, B-B-Beverly— la detiene Bill—. M-Mañana por la tarde iremos al l-lago, ¿quieres v-venir?

Ella le sonríe.

—Me lo pensaré.

Y se marcha.

Richie resopla fuerte.

—¿Por qué demonios la invitaste?

Bill ladea la expresión sin comprender porqué el de lentes está molesto.

—Uh, ¿p-por qué no? N-Nos ayudó. Es b-b-buena.

Eddie da la mano a Ben para ayudarlo a ponerse de pie.

—También puedes venir mañana— le dice.

Ben sonríe avergonzado.

—Claro.

Stanley se apresura a posicionarse junto a Eddie para alejar un poco la cercanía que este mantiene con Ben.

—Hasta mañana.

—Adiós.

—¡Ten cuidado de no caer sobre Henry Bowers en el camino!

—¡Beep beep Richie!

—Ay Eds, no me pegues.

Lo que no sabían ellos es que, precisamente mañana, iban a pasar demasiadas cosas.

....

—¡A un lado, cobardes!— Beverly saltó hacia el lago haciendo una entrada estelar que hizo a Richie rodar los ojos con hastío.

Por su parte, Bill y Ben la miraron embobados.

Richie fue el siguiente en saltar. Le siguió Bill. Luego Ben. Y solo quedaron Stan y Eddie.

Te quiero y no estoy bromeando | Staddie & Bichie.Where stories live. Discover now