Capítulo 25.

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Stanley puede respirar un poco mejor cuando ubica a sus amigos entre el público.

Bill está sentado cerca de la puerta (seguramente para esperar a Richie y Eddie) y Bev, Ben y Mike dos filas más adelante. Le sonríen, sus amigos le dan su apoyo.

Puede hacerlo.

Comienza a leer la Torá casi de memoria. Tiene que leer tres páginas y luego recibir las palabras del rabino.

Va a mitad de la segunda página cuando las puertas de la iglesia se abren de golpe. Richie y Eddie están allí.

—¡Detengan esta boda!— exclama Richie a todo pulmón, recibiendo una mirada confundida y molesta de parte del público—. Perdón, siempre quise decir eso.

—Ven, t-tarado— tira de él Bill y lo sienta a su lado.

Eddie se va a sentar con ellos, algo avergonzado por la gran intromisión, pero Stanley le habla directamente desde el micrófono:

—No te sientes, Eddie— le dice, sonriendole con suavidad—. Lo que voy a decir ahora es para ti.

Eddie lo mira con los ojos brillantes y las mejillas sonrojadas. Se queda de pie y sonríe levemente.

—¿Qué crees que haces, Stan?— le murmura su padre.

Stanley lo ignora. Ignora también a la gente que murmura palabras de decepción. Y es fácil ignorarlos porque sus amigos le están sonriendo. Eddie le está sonriendo. Solo tiene que mirarlos a ellos.

Respira profundo y comienza a hablar.

—Nunca he entendido el sentido de esta ceremonia, el que unas palabras en otrp idioma den el paso por ti. "Hacerse hombre", ahora entiendo que significa mucho más— baja del podio y queda con el micrófono a la altura del público—. Significa tomar tus decisiones y asumir las consecuencias, significa decidir amar y no echarse atrás. Y yo voy a decir hoy, ante todos, que amo a Eddie Kaspbrak.

Las personas sueltan exclamaciones atónitas. La sonrisa de se ensancha.

Stanley continúa hablando, pero esta vez dirigiéndose a Eddie:

—Te amo, y no quiero renunciar a lo que tenemos por lo que diga un grupo de adultos, porque ellos no ven lo que nosotros, y si eso significa ser adulto, no es la clase de adulto que quiero ser— sonríe y se mantiene firme—. Quiero ser el chico que tiene los amigos más raros y fabulosos del universo. El que tiene el novio más increíble.

—El segundo más increíble— murmura Richie al oído de Bill, haciéndole reír bajito.

Stan mira a Eddie. Eddie mira a Stan. Y Stan finaliza:

—Te quiero y no estoy bromeando, Eddie. Lo digo de todo corazón— deja caer el micrófono al suelo.

—¡Ese es nuestro hombre!— exclama Richie, poniéndose de pie. Bill lo hace sentarse de nuevo, pero está sonriendo.

Eddie sonríe con lágrimas en los ojos.

—También te amo, Stan.

—¡Stanley! ¡Vuelve aquí ahora mismo! ¿me escuchaste?— le dice su padre con voz firme.

Su madre no lo mira, la oye murmurar: "que humillación", pero a Stanley no le importa porque, al mirar a su querido club de perdedores, sabe que ya tiene a su familia.

Entrelaza su mano con la de Eddie y, ignorando los gritos de su padre, salen corriendo.

Richie se levanta y dice:

—Nos retiramos, señores, no hay nada que ver.

Los demás chicos se levantan y lo siguen con sonrisas en sus rostros.

Te quiero y no estoy bromeando | Staddie & Bichie.Where stories live. Discover now