Capítulo 1

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Hola!!! Primero de todo, yo no quería escribir un fanfic Irenés porque me conozco y sé que mi estilo de escritura no es el que conocéis la mayoría... Pero mi amiga Sara (Todo el hate a ella, plis) me obligó a escribirlo y aquí está. Espero que, aunque sea muy diferente, también os guste.

Vuelvo a avisar, esta historia es un drama, tendrá muchos mometos muy tensos pero también un final feliz, soy fan de los finales felices porque para el resto ya existe la vida real.

Sin más, espero que os guste, que no me odiéis mucho y leer vuestros comentarios.

SI SON.


I

Dos día, hacía dos interminables días desde ese último mensaje y luego el silencio, la ausencia de respuesta a ese buenos días y a los casi diez mensajes que siguieron después de su saludo, intercalados durante toda la mañana que jamás llegaron a su destino, provocando un resquemor en la boca de su estómago que se agudizo justo antes de decidirse a llamarla y que una voz mecánica le avisara de que al otro lado de la línea no había señal.

Dos días habían pasado desde que tuvo que aguantar el aliento, luchando contra los nervios que la consumían e intentando razonar, pensar que quizás Inés había perdido su teléfono o se le habría estropeado, que en cualquier momento volvería a aparecer con una explicación lógica que le haría reír de alivio al volver a saber de ella, porque Inés no desaparecería así como así, no después de tanto tiempo, de tantos baches y tropiezos hasta alcanzar la estabilidad y la rutina que ahora tenían, Inés no se marcharía de la noche a la mañana sin despedirse, sin decir adiós a los niños que tras cuatro años de vaivenes y una relación con sólidos cimientos, construidos con el día a día y los pequeños pasos que las empujaron a enamorarse, veían a la catalana como una más de la familia... No, Inés no era capaz de hacer algo así, la conocía demasiado bien, mejor que nadie se atrevería a decir y su mutismo, poco a poco, empezó a ponerla claramente nerviosa.

Dos días en los que las excusas que venían a su mente intentando calmarla empezaban a quebrarse, no solo tenía el teléfono apagado sino que ni siquiera apareció en sus redes sociales y, por muy ocupada que estuviera con la campaña ya que las elecciones volvían a estar encima, Inés nunca desaparecía durante todo el día, nunca se olvidaba de su mensaje de buenos días o de detenerse a la hora de la comida y llamarla para poder escuchar su voz y sentirse en casa.

Habían lidiado con mil frentes abiertos, enamorarse sabiendo que ambas estaban en bandos opuestos, que debían defender ideales tan diferentes a pesar de que en la intimidad de su habitación sentían como encajaban a la perfección, como los polos opuestos acaban atrayéndose y complementándose, como podían aprender la una de la otra y seguir maravillándose cuatro años más tarde de todo lo conseguido, de todo el camino recorrido...

No, Inés no desaparecería sin una buena excusa, sin avisarla de antemano que iba a desconectar para no tenerla en vilo esperando un mensaje o una llamada que nunca llegarían.

Dos días después, sin poder centrarse en nada más que la honda preocupación adherida a sus huesos sin saber nada de ella, dudando sin pretenderlo, con el espinazo amargo de la incertidumbre colándose en su mente y envenenándola con pensamientos que intentaba desterrar... imágenes de Inés rindiéndose tras haber luchado tanto por permanecer juntas y, de forma mezquina y cobarde, desapareciendo sin dar más explicación... Pensamientos que desterraba recordándose a sí misma que la catalana podía tener muchos defectos pero la cobardía no estaba entre ellos, se auto convencía de que pronto volvería y que esos dos días de ausencia de noticias se quedarían en un mal sueño.

Without youWhere stories live. Discover now