Capítulo 3

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Hoy mi mama y yo nos mudariamos, ayer decidieron que como yo soy el "heredero" de aquella casa debería irme a vivir allí, aunque en realidad yo aun no me lo crea, si esa casa la construyo "mi padre" por que no nos avisaron antes. Tengo varias preguntas que aun no he resuelto, así que lo primero que haré al llegar sera bombardear a mi madre y a Samanta de preguntas.

-¿Mama, Samanta podemos hablar un momento?- ellas me miraron algo asustadas pero después aceptaron.

-¿que es lo que pasa Percy?- me pregunto Samanta con el ceño fruncido.

-¿por que no me contaron todo esto antes? ¿Porque ha tenido que ser tan tarde?-

-Percy, si quieres culpar a alguien por eso...culpame a mi, yo no quería que te alejaras de mi y por eso no te dijimos nada- me contesto mi madre con tristeza.

-¿y por qué razón me alejaría de ti?- volví a preguntar.

-porque tendrías que estar en el campamento mestizo- hablo Samanta.

-¿en el que?- dije mirándola.

Ella suspiro. -el campamento mestizo, cualquier cosa que quieras saber sobre él sólo pregúntale a Annabeth, ella es la mas sabe del campamento, ya que de los que estamos aquí ella es la única que ha estado dentro-

-Samanta, ¿tu no has estado en el campamento mestizo?- ella negó con la cabeza.

-Al campamento mestizo solo pueden entrar dioses, semidioses y alguna que otra criatura- me contesto Samanta.

-esta bien, iré a hablar con Annabeth- salí de allí y me dirigí a la habitación de Annabeth. Toco la puerta.

-¡Adelante!- pude oír desde el otro lado de la puerta, así que abrí la puerta y pase, vi a Annabeth tumbada en su cama leyendo un libro, pero no era el mismo que me cayó ayer en la cabeza, si no otro diferente. Al verme pude notar que se puso nerviosa ya que cerro de inmediato el libro y se sentó en su cama. -Percy- dijo ella sonriendo, no se por que pero me encantaba oír mi nombre cuando salia de sus labios.

-hola Annabeth- le sonreí.

-hola-

-Emm...¿puedo hacerte una pregunta?- le dije pasando mi mano por mi nuca.

-claro la que quieras-

-¿podrías hablarme del campamento mestizo?- al hacerle esa pregunta noté como su rostro se tornaba a triste.

-emm...bueno pues...el campamento mestizo es un campamento donde residen algunos hijos de Dioses-

-¿Y? ¿Eso es todo?- le dije esperando algo mas.

-emm...- ella solo bajo la mirada y note como se ponía nerviosa.

-Annabeth, se que apenas nos conocimos ayer pero, puedes contar con migo, puedes contarme lo que quieras- le dije sentándome al lado suya.

-bueno, es que no es una historia muy corta que digamos- me miro y vi tristeza en sus ojos. -yo entre al campamento mestizo unos meses después de haber nacido, mi padre me abandono allí, ya que por alguna extraña razón no me quería, año tras años estuve allí sin poder salir, a los pocos años, empecé a hacer amigos, en ese entonces yo era una de las niñas mas feliz del mundo, hasta que un día llego mi mama al campamento ella empezó a hablar con migo sobre mi papa, fue hay cuando me entere de que el me abandono, después de aquello lo único que hacia era llorar, pensaba que nadie me quería. Al cumplir los siete años a mis amigos y a mi nos mandaron a una misión, pensaban que estábamos preparados pero no, justo cuando íbamos a llegar al campamento un cíclope...mato a Thalia, mi mejor amiga, entonces fue cuando mas sola me sentí, así que hable con Quiron y el señor D para que me dejaran salir y poder vivir como una niña normal, pero no me dejaron, ya que yo apenas tenía siete años, pero por suerte a Quirón se le ocurrió la idea de buscarme una madre adoptiva que cuidara de mi fuera del campamento y que entendiera todo sobre mi vida, no fue fácil pero al final lo conseguimos, Quirón encontró a Samanta y desde entonces vivo con ella, y si vivimos aquí fue por petición de Quirón ya que esta casa esta a unos solos metros del campamento, pero tranquilo, hoy mismo nos marcharemos para que tu y tu madre podáis vivir aquí tranquilamente-

-¿que os vais a ir?- ella solo asintió.

-esta casa te pertenece a ti Percy-

-pero no importa yo quiero que os quedéis aquí, si no fuera por Samanta y por ti yo no sabría nada sobre mi verdadera identidad-

-¿de verdad quieres que me quede...digo que nos quedemos?-

-si, quiero que te quedes...digo que os quedeis- ella se río un poco y al instante yo hice lo mismo. -lamento todo lo que tuviste que pasar de pequeña- dije volviendo a ponerme serio.

-tranquilo, pasado pisado ¿no?- ella me sonrió y yo le devolví la sonrisa.



Siento no haber publicado antes, me han cortado el WiFi por toda la cara los eléctricistas del edificio y ahora lo acaban de poner.

El HerederoWhere stories live. Discover now