03. La decisión que podría arriesgararlo todo.

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A los pies de un árbol frondoso y grande fue donde cayeron Merlia y la joven reina.

Tardo unos segundos en que la hechicera volviera en si.
A pesar de no haber sido ella la que hubiera hecho el hechizo, sentía un mayor cansancio en su cuerpo.

Levantándose de el cuerpo de su ama para así quedar sentada, pudo ver que Aurora se encontraba inconsciente.

Cualquiera diría que estaba muerta viendo su aspecto y la inexistente movilidad.

El pensamiento también cruzo por la mente de Merlia, que rápidamente puso su oreja sobre el corazón de la reina.

Eran leves, casi inexistentes pero estaban ahí. Sus latidos se podían escuchar con un largo silencio al final y comienzo de cada uno.

Dejando salir un gran suspiro, Merlia sintió como el aire volvía a sus pulmones.

Aurora aun estaba viva, la podía salvar.

Una pequeña sonrisa de alivio se formo en sus labios. Pero en su mente, resonó el recuerdo de que no podía hacerlo sola. Necesitaba a Merlín. Necesitaba encontrarlo.

-Solo resiste un poco más, Aurora- Susurro cerca de el oído de la rubia.
-Solo un poco más - Dijo mientras pequeños rayos de luz que chocaban con la armadura de la reina y se veían reflejados sobre sus ropas.

El intento de levantarse la hizo consciente de que sus piernas no le respondían del todo. Eran como si estuviesen dormidas.

Sin darle importancia a ese hecho, mando toda su energía a sus brazos para sujetarse de el gran árbol que estaba a su lado y así poder levantarse.

Dando torpes pasos comenzó a moverse, sin sentir la firmeza de el piso, ni sus mismos pies pero teniendo en claro que debía seguir andando para encontrarlo.

Los otros árboles que estaban a su alcance sirvieron de ayuda para mantenerla en marcha, hasta que por fin la estabilidad volvió a sus piernas.

Sin saber bien donde estaba decidió seguir su instinto comenzando a dar pasos más y más rápidos, uno tras otro.

La pequeña brisa que chocaba con su rostro le hizo dar cuenta que había comenzado a correr.

Por alguna extraña razón se sentía segura de el camino que estaba tomando.

Ella lo sentía. No sabia como pero lo hacia. Era como si una fuerza externa lo llevara directamente hasta él.

Atravesando unos arbustos, pudo distinguir un par de figuras delante de ella.

Y ahí estaba él.

Sus ojos tenían en ese momento el mismo color que los de ella al liberar magia mediante un hechizo.

-Merlín-Dijo con gran alivio mientras veía como los ojos del nombrado, volvían a su color normal.

-Merlia- Salio de los labios de el hechicero con gran asombro.

¿Cómo era que ella estaba aquí?
La única forma era con ese hechizo pero era realmente imposible el que ella pudiese seguir de pie al haberlo hecho.

Recordaba perfectamente lo que fue hacer ese hechizo por error y lo que fue hacerlo para volver a su mundo.

Era agotador y utilizaba toda la magia que uno poseía.

Pero el como no era importante en este momento.

Ella estaba parada ahí enfrente de los caballeros y más importante de Arturo.

Si el reconocía el parecido no sabría como justificarse. Porque a la vista de cualquiera, ellos eran iguales. Mismo cabello oscuro y mismos ojos azules. Y sus ropas, eran tan similar, incluso traía su distintivo pañuelo.

Bajando rápidamente de su caballo y posteriormente acercando se a ella, pregunto.

-¿Qué haced aquí?-

-Necesito tu ayuda- Respondió respirando con dificultad por la pequeña corrida.

-Justo ahora no es el mejor momento- Susurro para que solo ella lo escuchase mientras hacia un pequeño gesto con su cabeza para que entendiera que no se encontrarán solos.

La joven cayo en cuenta de esto cuando miro atrás de él y vio a un par de caballeros que los miraba con curiosidad. Pero su vista se clavo en uno que tenia su espada en sus manos, la cual anteriormente fue claramente levantada en forma de ataque y que ahora se encontraba siendo bajada.

Fue claro para Merlia en ese instante, el era Arturo. Tan parecido a su reina, incluso irradiaba esa aura de líder que hacia que cualquiera quisiera seguirlo hasta la muerte.

Merlín no quería que dijera nada relacionado con magia. Lo entendía perfectamente; si él, anteriormente hubiera aparecido delante de Aurora de la misma forma que lo estaba haciendo ella, seguramente también tendría la misma expresión que había en ese momento en el rostro de Merlín.

Pero en ese momento el bienestar de su reina era lo único que le importaba.

-¡Lo se!- Exclamó.-Se que no tendría ni mencionarlo. Pero sabes que si no fuese algo realmente urgente, no hubiera venido. Eres mi ultima opción. Eres la ultima opción de Aurora.-

Era clara la angustia que expresaba la hechicera en ese momento para Merlín. Pero el simple hecho de arriesgarlo todo, le atemorizaba.

-Escucha - Le hablo sosteniendo sus hombres intentando tranquilizarla.- Ve a Camelot. Lleva allí. Gaius te ayudara.-

Con desesperación negó la cabeza mientras Merlín hablaba.

-No, no, no.- Negó repetidas veces.- Te necesito a ti; Aurora fue herida por una espada forjada por el aliento de un dragón. -Explico rápidamente tropezándose en algunas palabras.

El hechicero la miro sorprendido, sabia lo grave que era, un simple hechizo no podría ayudar.

-Se que no debería pedirlo frente a ellos, pero no tengo tiempo. No puedo dejar que muera.- Dijo la hechicera con una gran dolor en la ultima palabra salida de sus labios.

La duda de el hechicero duro siglos para la joven. Un gran temor comenzó a generarse en ella. Si él decía que no, la perdería.

-Por favor, Merlín.- Suplicó.- Lo harías por él.-

Los recuerdo de su rey apunto de morir lo invadieron.

Fueron tantos en la que el estuvo en el lugar en que ella estaba ahora, sin dudarlo él , no hubiera logrado mantener a salvo a su rey sin todas esas personas que le brindaron el conocimiento de como hacerlo.

Lo haría.

Si, aun que eso significaba arriesgarlo todo lo haría, si ella moría, abría la posibilidad de que Arturo también lo hiciera.

Apartó la vista de la joven y la centro en su rey.

Distintos sentimientos se comenzaron a formar en su interior; duda, angustia y miedo, temor, mejor dicho. Sabía la relación que tendría Arturo ante lo que iba hacer.

Él lo iba odiar.

Dejando salir un suspiro y cerrando los ojos fuertemente mientras hacia una mueca de frustración, dijo, casi como un susurro al momento de volver nuevamente a su rey.

-Lo siento.-

Después de esas palabras, volviendo su mirada a la joven hechicera y asintió con su cabeza una vez.

Merlia sujeto su brazo decidida a llevarlo al lugar en que se encontraba Aurora.

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