07. El encuentro de dos mundos.

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La noche ya había caído por completo, cuando el rey comenzó a quitar la montura de su caballo, para que este descansara.

La alocada conversación había terminado dejando con dudas a los reyes.

Y la teoría de la reina podía ser totalmente certera, pero resultaba desconcertante para cualquiera que la escuchara.

La única solución que lograron pensar era el esperar que Merlín y Merlia despertasen y que ellos les explicaran todo.

Por lo cual la mejor idea fue llevarlos a Camelot para que Gaius los atendiera, pero todo se vio afectado al ver que el levantarlos era algo completamente imposible

A pesar de que los dos azabaches eran delgados y livianos, cuando Aurora y Gwaine intentaron tomarlos en sus brazos, no pudieron alejarlos ni un centímetro de el frió suelo.

Ambos se encontraban pegados a el piso, adheridos a él.

Sin más que hacer y como el día ya estaba terminando por completo, comenzaron a hacer una fogata en medio de ellos para que el calor les llegara a los dos.

Cuando el sol volviera a salir, mandaría a alguien por Gaius.

Arturo realmente se encontraba perdido en sus pensamientos cuando Sir León se acerco a él y su caballo.

– ¿De enserio crees lo que ella dice?– Cuestiono el noble caballero haciendo un gesto con su cabeza, dando a entender que hablaba de la joven con armadura.

Arturo la miro por un momento.

La reina se encontraba apoyada en un trocó, sentada en el suelo, mirando atentamente a la hechicera, esperando alguna señal de que fuera a despertar.

– No lo se.–Respondió Arturo mirando a el piso y posteriormente miro el cuerpo inconsciente  de Merlín.– Ya no se realmente que creer.– Termino dejando escapar un leve suspiro.

El rey se alejo de el caballero, él cual se quedo mirando mientras Arturo se acercaba a la joven.

El rubio se sentó del lado derecho de la reina.

Ella lo miro por su acción sin recibir respuesta alguna, ya que este se centro en mira detenidamente a su sirviente.

Él cual era custodiado por Gwaine que mantenía con recelo su espada entre sus brazos, recargada en su hombro derecho, mostrando aun una gran desconfianza a todos los caballeros y al el rey.

La reina aparto la vista de el rubio para volverla a su sierva. 

– Te pareces a mi padre.– Dijo ella rompiendo el silencio que los rodeaba.

El Pendragon giro su rostro para verla como ella había estado haciendo antes. Sin recibir la mirada de el otro.

– Él murió cuando yo nací. Pero un hechicero lo mostró frente a mi, hace tiempo ya.– Contó recordando la felicidad que fue ver a su padre por primera vez. – Tu te pareces mucho a él.– Dijo mientras dejaba salir una pequeña sonrisa.

Arturo la miro comprendiendo sus palabras. Después de todo él sintió lo mismo la primera vez que la vio.

– Y tu a mi madre.–

La joven apoyo sus manos sobre sus propias piernas, entrelazándolas y hablo.

–¿ Crees que sea cierto? ¿Que nacimos por magia?–

Dejando escapar el aire de sus pulmones el joven rey contesto.

– En este momento no se que pensar realmente.–

–Lo se, es algo abrumador ¿cierto?–Dejo salir un suspiro.–Me sentí así cuando me lo dijo. No le creí al principio, pero en el momento en que la vi...– Dio un suspiro.

Otro mundoWhere stories live. Discover now