Capítulo 5: Los ingenieros

1.3K 135 151
                                    

Marcela y su equipo abandonaron Salvo tan pronto se despidieron

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Marcela y su equipo abandonaron Salvo tan pronto se despidieron. Los supervivientes se quedaron observándolos hasta que sus figuras poco a poco se fueron perdiendo. Allí entonces supieron que la arena más blanca que habían visto, que el caudal de árboles y la zona selvática que tenían delante y que el interminable océano que los rodeaba por completo serían su única compañía por tiempo indeterminado.

-¿Y ahora qué, capitán? -preguntó Eduard girando su cabeza.

-Déjenme ver los suministros -le pidió a quien acababa de hablarle. Eduard le alcanzó la bolsa y el capitán rebuscó en ella-. Bien, tenemos lo necesario para sobrevivir por unos cuatro o cinco días. ¿Qué hay de su munición?

-A todos nos queda un cargador, Robin. Es mejor que nada -contestó Jack. El resto asintió en señal de aprobación.

-Pues en ese caso, todo listo. Vamos en busca del otro grupo -dijo Robin cargándose la bolsa al hombro, pero nadie lo siguió.

-¿No vamos a discutir absolutamente nada de lo que acaba de pasar? -preguntó Morris, en lo que parecía ser un interrogante que le había surgido a todos.

-No, claro que no. Quedan muchas cosas que hacer. Cuando estemos asentados podrán hablar todo lo que quieran.

-Pero...

-Pero nada, oficial. Ahora camina y ayuda a llevar la bandera bien alto -contestó Robin con su más dura seriedad. Morris volvió a resoplar por la contestación de su mejor amigo.

Así emprendieron su camino hacia lo desconocido. ¿Serán tierras vírgenes, llenas de animales exóticos o recaerán en lo mundano? Ninguno lo sabía aún. Pronto, tal vez.

En el primer tramo avanzaron por una arena tan blanca como espesa, y a cada paso los supervivientes enterraron sus botas a una mayor profundidad, haciendo que la caminata sea por sobre todo cansina. Fueron doscientos metros interminables, que denotaron el cansancio que el grupo tenía por todo el estrés y la adrenalina que habían vivido en las últimas horas. Entonces decidieron dejar de bordear la costa, y caminaron hacia una vegetación más viva, llena de verde y con la impresión de que se habían adentrado en una jungla temible del Amazonas. Daban cada paso con cautela mientras se dedicaban a apreciar el paisaje con detenimiento.

-¿Qué criaturas habitarán esta isla? -musitó Alexander cada vez más bajo que pronunciaba una palabra.

-No lo sé, pero puedo asegurarte de que nos toparemos con muchas -afirmó Doris con seguridad pero sin ningún tipo de certeza.,

-¿Dónde se supone que nos encontremos con el resto? Estamos caminando a ciegas -planteó Morris atento a sus alrededores. El mejor amigo de Robin era el último en la línea.

-Marcela no fue tan lejos. Si la montaña no viene a Mahoma... -El capitán se detuvo esperando respuesta.

-Mahoma va a la montaña -respondió una voz desconocida desde atrás de los supervivientes. Por reflejo, todos giraron velozmente y apuntaron con sus armas al desconocido.

Supervivientes #1 | La influencia del capitánWhere stories live. Discover now