Capítulo 8: Camino al Sur

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Tras una semana no muy novedosa en las tierras intrépidas de Salvo, de a poco todo comenzaba a volverse mucho más normal para los soldados británicos

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Tras una semana no muy novedosa en las tierras intrépidas de Salvo, de a poco todo comenzaba a volverse mucho más normal para los soldados británicos. Los dos grupos congeniaban de forma bastante amigable gracias a Robin y Andy que se tomaron un gran trabajo en estrechar lazos, pero no cabía lugar todavía para confiar. Si las palabras de Loreley y el capitán eran ciertas, entonces mejor ahorrarse las palabras y dedicarse a tener un contacto mínimo e indispensable.

El capitán se decepcionó consigo mismo por haber sido tan pasional. El anuncio sobre los traidores no había sido más que un simple aviso para los infiltrados de que deberían estar en guardia. Lejos de generar algo positivo, sus palabras solo habían tenido el efecto contrario. Aunque, si de resultados hablamos, Robin aprendió la lección. No volvería a cometer el mismo error de pecar por su carácter.

-La cabaña ha quedado bastante bien, ¿no es así? -preguntó Robin a Andy en el amanecer del octavo día. Tras conseguir nuevos suministros, armas y un buen montón de manos, los supervivientes habían sido capaces de construir una cabaña de madera mucho más acogedora. Las habilidades de Eduard y Alexander en albañilería y carpintería habían sido de lo más útiles.

-Totalmente. Ese sí que es un verdadero refugio. ¿Quieres agua? -consultó el pecoso ofreciéndole la botella. Todos esos días también habían sido claves para racionar el agua y los alimentos. Se la habían ingeniado lo suficientemente bien como para idear un recolector de agua de lluvia y aprovechar los nuevos recursos que Marcela les había otorgado. Si a todo ello le sumábamos lo que los ingenieros ya poseían y lo que conseguían en cada expedición diaria, se podría decir que los supervivientes no morirían ni de sed ni de hambre en el futuro cercano.

-No, gracias. Ya he tomado mi parte -dijo Robin-. Entonces hoy por fin emprenderemos nuestro último camino hacia lo desconocido, ¿verdad?

Andy, líder de los ingenieros, se había tomado el trabajo muy serio de explicarle al capitán todo lo que habían visto en sus expediciones durante todo el mes que estuvieron el Salvo. De esa forma se aseguraban de que todos estuvieran en igualdad de condiciones. Un trabajo en equipo implacable.

-Así es, capitán. Pero no es tema para alegrarse mucho, ya te he contado suficiente sobre todo lo que hemos oído del sur...

-No has querido contarme mucho además de los gritos espeluznantes.

-Te basta con saber que no tenemos idea con qué nos encontraremos. Hay que tener sumo cuidado, ir paso a paso y en completa alerta. -El capitán notó como la extrema cautela en las palabras de Andy se debían a la muerte de su compañero Erik. Ni él ni ninguno de los ingenieros se habían recuperado del golpe. Todavía se podía escuchar en las noches el sollozo de Louie, o las palabras de consuelo de Gregory a Loreley.

-Estamos contigo, hermano. Mi equipo no te fallará. Nos cuidamos los unos a los otros, ¿recuerdas? -dijo Robin apoyando sus manos callosas sobre el hombro de Andy, quien se apartó bruscamente.

Supervivientes #1 | La influencia del capitánUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum