Capítulo 12: Momento crítico

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Los supervivientes se quedaron congelados ante el grito eufórico de Loreley

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Los supervivientes se quedaron congelados ante el grito eufórico de Loreley. La misma rubia también quedó paralizada al haber notado que esas palabras realmente habían salido de su boca.

-¿Qué dices, Loreley? -Robin se retorció. Gregory seguía apuntando con su navaja al pecho de Doris y Eduard y Alexander seguían con el dedo en el gatillo.

-Esa noche al despedirse, alguien te dijo D... Igual que Eduard acaba de hacer contigo ahora -dijo la rubia tan dubitativa que tuvo miedo de terminar la frase.

-Todos le decimos D. -Eduard se sintió atacado indirectamente.

-Nadie te dijo nada a ti -contestó Andy que notó el disgusto del fortachón, pero intentando mantenerse inofensivo: Doris no bajaba el arma.

-Vamos chicos, ¿en serio? ¿Vamos a creerle a esta? -Doris fue tan despectivo al decir esas palabras que el resto se asqueó con solo escucharlo.

Un silencio atroz se formó en ese círculo imperfecto que los supervivientes habían formado, donde estaban a punto de hacerse pedazos. Ninguno se atrevía a dar el paso en falso, porque eso podría acabar significando la muerte de todos los suyos.

-¿Qué tan segura estás de lo que escuchaste, Loreley? -preguntó el capitán.

Robin nuevamente se encontraba en aquel dilema moral similar al que había enfrentado en su pasado: ¿confiar ciegamente en las palabras de una muchacha que lo tenía flechado pero que conocía hace menos de un mes o defender sin escrúpulos la postura de uno de sus subordinados con el que había compartido como un año en la Marina?

-Me das tanto asco, Robin. Tanto asco. Eres débil. Eres sumiso. Eres un pequeñito pedazo de mierda. ¡Y yo me he tropezado contigo! -Doris no le había dado tiempo a la rubia de responder y comenzó a blasfemar sin freno ni arrepentimiento.

Bruscamente, Doris se giró hacia el capitán. Al parecer ahora era Robin el objetivo de su ira descontrolada. Eduard y Alexander cargaron contra él con mucha más seguridad de lo que lo habían hecho contra Gregory. El ruso, en tanto, se limitó a bajar su navaja.

-¿Qué les sucede a todos? ¡Esta isla acabará por volverlos locos! -gritó Robin quien por primera vez se vio encerrado en sus posibilidades. Cruzaron por su mente todos los recuerdos desde que habían llegado a Salvo, y ninguno le resultó esperanzador. Su mejor amigo parecía otra persona. Su teniente mentía y le ocultaba algo. ¿Qué más le quedaría por saber del resto de su equipo?

-¡Demonios! Jamás debería haber aceptado venir a esta misión de mierda, ¡si al final hasta el objetivo era un error! Todo por esta puta resistencia y tu familia... Tu maldita familia. -Doris empuñó el arma como si estuviera listo para disparar.

-Doris... Solo cálmate. Podemos resolverlo -dijo Robin lo más sereno que pudo, aunque sabía que sus palabras no causarían efecto alguno.

-¡Estados Unidos y Rusia acabarán con todos ustedes! Tarde o temprano, terminarán como pobres cucarach...

Supervivientes #1 | La influencia del capitánWhere stories live. Discover now