1. La hechicera y la cazadora

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Ya había perdido la cuenta de los años en los que había vivido en el exilio en las profundidades del bosque cercano al pueblo, desde el ascenso de Kidou había sido así. Gracias a la misma magia negra que Kidou había decidido manipular había hecho que los poblanos que aquellas tierras la odiaran y ella no podía hacer nada.

Nosaka Yura era el nombre de aquella hechicera, la cual se encontraba caminando entre la gente en la plaza de mercado del pueblo; estaba exiliada por Kidou, era cierto, pero una capucha que le cubriera la cabeza y parte del rostro bastaba como para poder conseguir algunos víveres de vez en cuando, no siempre los guardianes del bosque le permitían tomar la comida de este mismo.

Las malas decisiones que Kidou, quien también era hechicero, había tomado, habían hecho que este comenzará a manipular la magia negra y por más poder que Nosaka tuviera no pudo combatir con la magia negra; de cierta forma se sentía culpable por varias cosas que pasaban por culpa del chico, cayó en cuenta muy tarde de que pudo detenerlo a tiempo.

Ya había terminado de conseguir sus víveres y caminaba rápidamente hacia las afueras de la ciudad para llegar al bosque hasta que un débil maullido llegó a sus oídos.

Se detuvo en seco intentando oír nuevamente aquel maullido, no tardó en escucharlo, lentamente se dirigió al callejón de donde esté provenía encontrándose con un gato negro, estaba maltratado y hasta parecía como si estuviera a punto de morir.

Tenía múltiples golpes y heridas abiertas.

¿Quien sería tan cruel como para hacerle daño a esa pobre criatura?

-Ven... No te haré daño- dijo la chica mientras se agachaba y estiraba una mano hacia el minino.

El minino vio con desconfianza a la contraria e intento alejarse, Nosaka al ver esto sacó de entre las cosas que llevaba un pescado de tamaño mediano y se lo ofreció al gato.

-Has de tener hambre seguramente.

El minino se acercó lentamente para comer el pez, una vez terminó Nosaka lo tomó entre sus brazos.

-Voy a cuidarte hasta que estés bien, lo prometo.

Su idea inicial era cuidar del gato hasta que tuviera la capacidad de valerse por sí mismo, se veía que no era domesticado, los gatos negros no eran para nada comunes en el pueblo, eran característicos del bosque; una vez el minino se recuperara ella lo dejaría en libertad en el bosque, sabía que las criaturas, casi que míticas que lo habitaban, lo tratarían bien.

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Mientras que en lo más profundo del bosque se veía a un par de hermanos corriendo de forma desesperada, no eran personas del común, eran parte lobo y su cola, orejas y garras los delataban.

-¡No te quedes atrás, Hikaru!- gritaba el mayor de ellos a la más pequeña mientras la jaloneaba de un brazo, la contraria estaba comenzando a realentizar su velocidad -¡Si no quieres morir no te quedes atrás!

Detrás de ellos a unos cuantos metros se veía correr a una joven cazadora de cabellos grises y tez morena, empuñando arco y flecha; Haizaki Ritsuko poseía la increíble habilidad de poder disparar sus flechas con cierta precisión sin la necesidad de detenerse, de cierta forma era admirable en ella.

-¡De nada sirve huir! Malditos lobos ¡Ya me causaron demasiados problemas!- gritó la cazadora.

Ichihoshi Mitsuru e Ichihoshi Hikaru se encontraban huyendo de ella, con la esperanza de salvar sus vidas, tenían miedo por lo que la chica pudiese hacerles luego de cazarlos y se encontraban lejos de cualquier regimiento de los guardianes como para solicitar la ayuda de alguno.

|FINALIZADO| Sangre De Cazadora [Inazuma Eleven AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora