8. Amenaza

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Haizaki había caminado sin rumbo fijo por el bosque durante varias horas, seguía sin encontrar señal alguna de los lobos. De nuevo llegaría a casa de Kidou con las manos vacías, tendría que soportar otro regaño por parte del hechicero y una nueva amenaza quizás.

Ya estaba harta de la situación; caminando hacia la casa de él estaba considerando la idea de hacerle frente de una vez por todas, con la vaga ilusión de que algo cambiaría al hacerlo... Cuán equivocada estaba.

Entró en la casa del hechicero y se sobresaltó al verlo sentado en uno de los sillones de la sala, se veía que la había estado esperando.

-De nuevo se escapó- dijo la morena acercándose al contrario con una expresión seria.

-¿De nuevo se escapó?- replicó Kidou mientras fruncía el ceño, estaba más que molesto -¿Y crees que con eso me vas a tenerme tranquilo? Cazadora inútil- Haizaki rodó los ojos al escucharlo.

-No es tan fácil como tú crees ¿Sabes? Ese maldito lobo es muy escurridizo- respondió cruzándose de brazos.

-Como sea... Ese es problema tuyo, después de todo yo no soy quien está desesperado por salvar a un estúpido bufón- sonrió socarronamente pero esta sonrisa no duró mucho -¿Hay algo que tengas que decirme, Ritsuko?- ella odiaba que Kidou la llamase así -¿Alguna novedad que me quieras contar o algo así?

Haizaki recordó por un momento que había encontrado a otro lobo, pero aún seguía firme en su decisión de no decirle nada al contrario.

-¿Además de que ese lobo se desapareció de un momento a otro? Nada nuevo- comentó con el mismo tono neutral que siempre usaba.

Haizaki tenía cierto don a la hora de mentir, era muy buena en ello y era muy difícil detectar cuando mentía y cuando no.

-¿Segura que no viste nada nuevo entre esos árboles?- él acomodó sus lentes y se levantó dirigiéndose hacia la cazadora, cruzándose de brazos; Haizaki ni se inmutaba -¿Como un nuevo lobo? Por ejemplo.

-No se de qué demonios me hablas, esas pócimas tuyas ya te están afectando el cerebro ¿O que?- tenía que ocultar la verdad de cualquier forma, otro lobo solo implicaría menos posibilidad de salvar a Hiroto.

-¡NO MIENTAS MALDITA!- gritó mientras se quitaba los lentes mostrando sus ojos rojizos, ella nunca lo había visto sin los lentes, debía admitir que era muy intimidante -¿Crees que soy imbécil? ¿Que nací ayer? ¡He vivido mucho más de lo que tú podrías! Se cuando me mienten, además- comenzó a caminar alrededor de la chica -lo he visto todo a través de mi bola de cristal... Yo mismo he visto que había otro hombre lobo aparte del que te pedí que cazaras.

Haizaki desvío la mirada, Kidou se apartó un poco y volvió a ponerse sus lentes, ella se esperaba más regaños por parte de Kidou o alguna amenaza nueva.

-Hagamos un trato y está vez te doy mi palabra de que es el último que haremos- Kidou soltó un pequeño suspiro -voy a dejar pasar esto que acabas de hacer, pero, vas a cazar para mi a esos dos hombres lobos y cuando los traigas dejaré libre a tu bufón y ustedes podrán largarse- el hechicero extendió su mano hacia la chica mientras sonreía -estoy dispuesto a hacer un pacto de sangre si es necesario... ¿Que me dices?

La cazadora miró con escepticismo la mano de Kidou, comenzó a extender su mano hacia la de él para hacer ese "último" trato, pero la detuvo a mitad de camino al ver a Kidou. Esa sonrisa que el mayor le ofrecía era demasiado confiada, algo debía estar planeando. Ella frunció el ceño y apartó la mano de Kidou con brusquedad.

-No- respondió con esa misma brusquedad -¡No quiero y no seguiré cazando nada para ti, maldito sádico! Por si no lo sabes soy una maldita cazadora de animales ¡No de criaturas inocentes!- espetó enojada, estaba cansada de esa situación y de las promesas falsas del hechicero, también de perseguir a las criaturas por capricho de Kidou para que este las asesinara luego de torturarlas -no quiero cumplir ninguna otra de tus excentricidades y quiero que liberes a Hiroto ahora.

|FINALIZADO| Sangre De Cazadora [Inazuma Eleven AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora