5. Gato Negro

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Los días habían pasado, en las profundidades del bosque, lejos de cualquier regimiento de alguno de los guardianes, se podía ver un amplio campo de flores y en medio de este campo había una casa protegida por un poderoso hechizo que la hacía invisible ante los ojos de cualquier humano o hechicero, pero no ante los ojos de las criaturas y los guardianes.

En aquella casa vivía Nosaka, quien en los últimos días había estado cuidando al gato que se había encontrado en el pueblo el día que fue por provisiones.

Aunque su idea era liberarlo apenas él estuviera bien, ella le había agarrado cierto cariño, ya había pasado mucho tiempo desde la última vez que había tenido alguna compañía en aquel lugar, todo gracias al exilio de Kidou. Nosaka se dedicaba a cuidar al gato y de vez en cuando paseaban por el bosque para que él se familiarizara con el entorno.

El gato, por su parte, también se había encariñado de la hechicera, ante cualquier movimiento extraño siempre se ponía delante de ella como si quisiera protegerla, también dormía a su lado en las noches.

Aquel día Nosaka se encontraba sentada frente a la mesa, pues estaba leyendo varios libros que hablaban acerca de varias criaturas. Desde hacía varios días se estaba cuestionando acerca de si aquel gato que había salvado era realmente un gato y los libros lo único que hacían era aumentar sus sospechas, pero no le diría nada, quería que el gato se lo hiciera saber de una u otra forma.

El minino aprovechó que la contraria estaba sentada para comenzar a pasearse alrededor de ella mientras ronroneaba un poco, se detuvo y sobó su cabeza contra la pierna de la chica queriendo llamar su atención, y lo logró.

Aquel roce hizo que ella detuviera su lectura, cerró el libro y acercó una mano hacia el minino para acariciarlo.

-Eres tu, pequeño- sonrió dulcemente la hechicera y acarició un poco la cabeza del gato -dime ¿Tienes hambre? ¿Quieres jugar un rato?

El gato se apartó en ese momento de la contraria, sabía que ya era hora de revelar su verdadera forma. Poco a poco se fue transformando hasta adoptar una forma humana, a excepción de sus orejas y cola de gato; la hechicera miraba sorprendida el cambio de forma de aquella criatura, no podía creer lo que veía.

-En realidad- dijo el chico una vez había terminado de transformarse -quería mostrarle cómo soy realmente- dicho esto aquel joven se arrodilló frente a la hechicera como si fuese un caballero -quiero agradecerle por haberme cuidado, ha salvado mi vida.

-E-eres... ¡Eres...!- Nosaka ni siquiera sabía cómo reaccionar, estaba sorprendida pero a la vez fascinada. Sabía perfectamente la especie de aquel chico que estaba frente a ella, había estudiado por años un sin fin de criaturas pero nunca había visto algunas de estas en persona, aquel gato negro que cambiaba de forma era una de esas especies.

Pero de cierta forma ella se sentía un poco extraña frente a aquel joven.

-Mi nombre es Nishikage Seiya- dijo el chico alzando su vista hacia ella -soy un gato negro con capacidad de adoptar una forma humana y soy el último de mi especie.

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Al ser una hechicera la magia que Nosaka poseía la hacía casi que eternamente joven, la única forma de que lograra envejecer como un humano promedio era renunciar por completo a la magia.

Quizás actualmente había perdido la cuenta exacta del tiempo que había vivido... 3 o 4 siglos, no lo sabía o más bien no lo quería recordar. Había muchas cosas que no quería recordar pero había algo que jamás olvidaría.

O más bien a alguien.

Todavía Nosaka intentaba perfeccionar su magia, tenía mucho por aprender y recientemente había perdido a la persona que le estaba enseñando, su maestro, por lo que ella misma había decidido aprender de forma empírica, después de todo poseía todos los libros que su maestro le había dejado.

|FINALIZADO| Sangre De Cazadora [Inazuma Eleven AU]Where stories live. Discover now