¿Cómo Te Lo Digo Querida Jo?

Capítulo 1: Mal Venidos Todos

"...así que, alcemos la mirada tanto como nuestros espíritus, y con todo el corazón y a una sola voz, proclamemos orgullosos pertenecer a la escuela preparatoria de Hopewell High, ¡y que este sea el mejor año que han tenido en sus vidas hasta ahora!".

Con esas palabras, la directora Jefferson, recién ascendida a su puesto después que el director anterior enloqueciera y proclamara su intención de ir a salvar narvales en el ártico, deseaba cerrar un discurso en el auditorio de la escuela a los alumnos de nuevo ingreso que esperaba quizá pudiera motivarlos; llegarles al alma, estimular sus mentes e inspirarlos a llegar a nuevos horizontes.

La realidad fue que terminó por pronunciar un mensaje un tanto diferente.

—¡Por favor! —gritó al micrófono casi al borde de un ataque de nervios —. ¡Silencio o suelto el cianuro!

Ante la amenaza de envenenamiento, los estudiantes calmaron su inquietud.

—Espero que no se den cuenta propio que el presupuesto para el cianuro no fue aprobado —la directora pensó, al tiempo que preparaba las hojas de su discurso inicial.

Aunque sería difícil inspirar a la juventud frente suya cuando el prospecto de muerte está sobre la mesa.

—Ugh, pudieron ahorrarnos todo esto con un simple mensajito al celular que nadie leerá de todas formas —Harry, cabizbaja y a lado de Jo en sus asientos del auditorio, declaró mientras la directora trabaja de no sonar como si apenas hubiera subido al puesto durante el resto de su elocución.

—¿Te molesta tanto? —su compañera preguntó, apenas pudiendo soportar la cara de choque y la actitud de desastre esperando a ocurrir de su amiga.

—Esto es tan acartonado y ñoño como las películas que vimos ayer.

—¿Se te hace tan ñoña la saga de Academia de Princesas Rockstars? —Jo comentó—. ¡Es un clásico para nuestra generación! ¡Fue un fenómeno cultural! ¡Y...! Y... sí, ahora que lo digo en voz alta, puedo entender el por qué tu molestia.

—A veces molesta que te quieran tratar bien más que el solo te vean como basura.

—¿,Eso lo piensas de verdad? —Jo cuestionó con escepticismo.

—El tratar a la gente como basura lo entiendo; todos lo somos en mayor o menor medida: tú, yo, el pelirrojo de a lado que anda comiendo papitas con salsa.

—¿Que soy qué? —preguntó el pelirrojo.

—¡Qué comas con la puta boca cerrada carajo! ¡No seas maleducado la concha de tu madre!

—Porque nada indica educación como el referenciar los genitales de una señora.

—Vale, ya me calmo —Harry dijo tras exhalar un poco más de aire—. Es que tanta gente en un solo lugar me saca de quicio; es como una reunión de Navidad con la familia, o ir al juzgado.

—Conociendo la tuya, también una reunión con la familia en el juzgado.

—¡Mi primo Jake fue declarado inocente! ¿De acuerdo? ¡Nunca se comprobó nada! ¡Y las hojas en esos paquetes eran orégano! ¡O... bueno, eso dijo el forense!

Jo sonrió y cabeceó; esperaba que fuera una hipérbole, pero si resultara ser cierta tal aseveración, no podía decir que se sentiría impactada de la sorpresa.

—Velo por el lado bueno —murmuró a Harry—. Una tonta reunión es mejor que de hecho ir a clases; el primer día no se hace nada en realidad más que conocer a los maestros y preguntar por los baños.

—Cómo si me interesara saber los nombres de quiénes me van a mandar a segundas; y en cuanto a lo de los baños, bueno, para eso hay letreros.

—Igual que ayer, ¿verdad? ¿No ves nada de positivo en esto, Harry?