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𝚕𝚊𝚝𝚒𝚍𝚘𝚜 𝚎𝚞𝚏ó𝚛𝚒𝚌𝚘𝚜.

Busán, Corea del Sur.
9:58 pm.


Aquel alfa de mirada y aura intimidarte, se encontraba observando el bello manto oscuro que lo acompañaban los hermosos luceros siendo protagonista la resplandeciente luna.

Tranquilidad era lo que se sentía en ese instante después de un arduo día de trabajo, después de todo, de alguna manera tendría que satisfacer sus necesidades como persona. Y el dinero no llegaba por si solo.

Ojalá así fuese.

Recostado en aquella raíz hueca de un gran árbol, se sumergía en sus pensamientos mientras su respiración permanecía calmada y serena. Era un buen lugar para meditar por si solo, y claro, el siempre venía cada vez que necesitaba un tiempo a solas consigo mismo o simplemente se sentía sofocado de la sociedad el cual lo rodeaba.  

No tenía interés alguno en relacionarse con algún Alfa, omega o beta,  incluso una humana ya sea este ultimo acto prohibido para su especie. 

Para el significaba el amarrar tu vida para siempre o por algún tiempo en una relación innecesaria, en donde siempre, en algún punto, habrá esa desconfianza y la necesidad de querer guardar secretos mutuamente y el sentimiento de amar se desvanece hasta el punto de hacerse daño.

Pero no pasemos por desapercibido que tenia ciertas necesidades que atender.

Cada que veía una oportunidad de relacionarse sexualmente con una chica no desaprovechaba la oportunidad. Pero les dejaba claro después que no era nada serio. Sino un buen polvo para pasar el rato.

Sintió vibrar su celular interrumpiendo cualquier aura de tranquilidad. Suspirando con amargura saco el teléfono  y se dio cuenta que era un mensaje de uno de sus amigos.

Taehyung:
Hey Kook, fiesta en la casa de Dami,
Pregunta por ti.

Guardo su teléfono sin tomarse la molestia de responderlo, sus amigos sabían que se iba a presentar sin falta así que se puso de pie y completamente sereno camino hasta su motocicleta.


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Mientras tanto, en algún lugar del extenso bosque del corregimiento, temía por su vida una chica con vestimenta blanca y cabello castaño, su respiración se encontraba agitada y su corazón latía rápidamente, corría sin rumbo alguno tratando de escapar de aquellas personas.

No iba a durar mucho, ella lo sabía. Con las heridas que llevaba en su cuerpo, tarde o temprano la atraparían.

Pero quería seguir aferrada a la vida así diera un último suspiro y su fuerza se lo permitieran.

Lanzo un pequeño sollozo al percatarse que estaban demasiado cerca de ella, su mejor opción por el momento era tratar de al menos esconderse. Rápidamente busco algún lugar poco visible, y grata fue su suerte al encontrar arbustos con frutos silvestres, corría menos riesgo que la encontrarán por su aroma ya que podían mezclarse y pasar desapercibido por aquellos frutos. Tratando de hacer el menor ruido posible se escondio esperando lo peor.

Con mucho miedo logró percatarse de aquellas criaturas de gran tamaño, ojos inyectados en sangre y salivación en su hocico.

Parecian ser criaturas de los cuentos que le narraba su padre antes de que todo se volviera oscuro.

Su corazon amenazaba en salir de su pecho al sentir la presión por la adrenalina que corría en ella. En realidad deseaba que todo fuera un sueño.

Pero los espasmos en su cuerpo le afirmaban que esto estaba alejado de ser un sueño. Las criaturas que le seguían se detuvieron olfateando el suelo en busca de algún rastro, y su cuerpo tembló al ver a uno de ellos transformándose nuevamente a lo que era en un principio, un humano.

—No puedes ir muy lejos, E-27. —Afirmo fuertemente con una sonrisa cínica. —Déjate de juegos y sal de una buena vez. Prometo que el castigo no sera tan excedido.

Su cuerpo temblaba en miedo y estaba al borde de entrar en crisis por no saber que hacer. Se cruzó por su mente el pensamiento de entregarse para no llevar la situación al extremo al acabar la paciencia de las personas que iban tras ella.

Dispuesta a salir alzó sus brazos en señal de rendición temiendo d ejercer un movimiento brusco, sin embargo, un sonido le dio esperanza. Buscó con la mirada rápidamente el origen de este mismo, y vio más allá una pequeña luz, que cada vez se acercaba y se hacía más luminosa.

Era todo, o era nada.

Fue lo único que pensó en ese instante, y con la poca fuerza y esperanza que aún permanecía en ella, se reincorporó rápidamente para correr en dirección de aquella luminosidad que le brindó fe de permanecer con vida más tiempo.

Estaba consciente que debía seguir sin mirar atrás, ya que sabía muy bien que estaban cerca de ella y no sólo era una suposición ya que escuchaba gruñidos y el crujir de la ramas a sus espaldas.

Así que, sin pensarlo, y escuchando inconsciente sus latidos eufóricos, se lanzo a aquel camino que iluminaba aquella luz de esperanza para ella.

Y cerro sus ojos fuertemente al observar que la luz venía rápidamente hacia ella, sin ninguna intención de detenerse.

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Predestinados#1 |𝙹𝚎𝚘𝚗 𝙹𝚞𝚗𝚐𝚔𝚘𝚘𝚔| 𝙾𝚖𝚎𝚐𝚊𝚟𝚎𝚛𝚜𝚎Where stories live. Discover now